lunes, octubre 20, 2014

La Evidencia de un Futuro Reino Terrenal de Apocalipsis 5:10

clip_image002 La Evidencia de un Futuro Reino Terrenal en Apocalipsis 5:10

Por Mike Vlach

Apocalipsis 5:10 es un versículo estratégico que revela varias verdades sobre el programa del reino de Dios. También hay evidencia significativa para la perspectiva premilenial que habrá un reino terrenal venidero de Jesús el Mesías. Después de presentar el contexto de este versículo, discutiré cinco verdades fundamentales del reino de Apoc. 5:10.

Apocalipsis 4-5 describe una escena de la sala del trono celestial. Los miembros de la Trinidad están presentes mientras se desarrolla el plan de Dios recuperando el planeta tierra. Con Apocalipsis 4 y 5, el cielo es la sede para el desencadenamiento de la ira divina que dará lugar a la sustitución del reino de Satanás con el reino del Mesías en la tierra. Mientras los que rodean el trono testifican, Dios es digno de recibir toda la gloria, el honor y el poder, porque Él creó todas las cosas y todas las cosas existen a causa de Él.

En la diestra de Dios, está un libro con los sellos en el mismo (5, 1). Este libro parece estar vinculado con el título de propiedad de la tierra. Un ángel hace la pregunta, “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?” (5:2). Juan llora cuando nadie había sido hallado digno de tomar el libro de la diestra de Dios. Pero entonces el Cordero, Jesucristo, viene. Él es digno y es capaz de tomar el libro de la mano de Dios y abrir los sellos en el libro (5:4-7). Jesús es el que por Su sangre compró gente "de toda raza, lengua, tribu y nación" (5, 9).

Una referencia explícita al reino se encuentra a continuación, en Apoc. 5:10: “Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.” Este versículo revela cinco verdades fundamentales sobre el reino, incluyendo información sobre el momento y la naturaleza.

En primer lugar, existe una vinculación y una distinción entre el reino de Dios en el cielo y la venida del reino sobre la tierra. Hay una escena en la sala del trono celestial que anticipa un reino que viene sobre la tierra. Jesús toma el rollo del Padre que está en Su trono celestial [Reino Universal] de modo que se puede producir un “reinado sobre la tierra” [Reino Davídico / Milenial].

Es claro que existe un reino del Padre en el cielo. Apocalipsis 4 2 habla de “a uno sentado en el trono.” Además, la palabra “trono” se encuentra al menos diecisiete veces en Apocalipsis 4-5. Así que hay un reino que existe en el cielo. Este es el reino universal del Padre mientras Él gobierna sobre todo. Pero este reino celestial no es todo lo que hay en el programa del reino. Anticipa un reino que debe establecerse “sobre la tierra.” Este es el reino del Mesías, el reino davídico predicho por Gabriel (cf. Luc 1:31-33) y Jesús (ver Mateo 19:28; 25:31).

En segundo lugar, las personas que Jesús compró con Su sangre se dice que son “un reino.” Los creyentes en Jesús están posicionalmente relacionados con el reino y forman el núcleo del mismo (ver Apoc 1: 6). Esto muestra una relación presente de los cristianos al reino, no en la forma de un reinado todavía, sino un creciente grupo de seguidores que han creído en Jesús Rey y están calificados para entrar en Su reino cuando llegue.

En tercer lugar, los santos de Dios están llamados a reinar con Cristo reina. Cuando Jesús reine, los santos también reinarán. Esto demuestra que Jesús va a compartir Su autoridad del reino con Sus seguidores. En Apocalipsis 2:26-27, Jesús prometió a Sus seguidores que habrían de participar en Su reinado sobre las naciones. Esta fue la motivación para aquellos que actualmente enfrentaban tiempos difíciles. Debido a que Jesús tiene autoridad como “soberano de los reyes de la tierra” (Apoc 1:5) los santos pueden saber que van a reinar con él.

En cuarto lugar, este reino es futuro- “reinarán.” Apocalipsis 5:10 muestra que el reino de Jesús es futuro. En el momento de la escena de la sala del trono celestial el reinado de Apoc. 5:10 no había comenzado todavía. Pero este reinado se producirá después de la segunda venida de Jesús (ver Ap 19), como se describe en Apocalipsis 20:4:

“También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años.”

Observe cómo Apocalipsis 5:10 y Apocalipsis 20:4 están conectados.

Apoc 5:10: “reinarán sobre la tierra.” (Promesa de recompensa)

Apoc 20:4: “Volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años.” (Promesa actualizada)

Apocalipsis 5:10 es la promesa de un reino que viene de los santos mientras Apoc. 20:4 es la actualización del reinado después del regreso de Jesús. Por otro lado, la condición de los santos antes del regreso de Jesús no es el de estar reinando. Es la persecución y prueba (ver Apocalipsis 2-3; 6-19). Como Herman Ridderbos señala, “En ninguna parte están los discípulos o la iglesia próxima, dándoseles el papel de conquistadores o gobernantes del mundo" (La Venida del Reino, 470). Sin embargo, estas condiciones darán paso a un reino en el futuro.

En quinto lugar, este reinado venidero de los santos es “sobre la tierra.” Apocalipsis 5:10 muestra que el reino de Cristo se basa en la tierra, no el cielo. A pesar de que Apocalipsis 4-5 muestra una escena celestial la atención se centra en la venida del reino terrenal de Jesús. El reinado de los santos y de Jesús debe estar en el reino de la creación original dada al hombre en Génesis 1-2. No es el caso que Adán tuvo la tarea de gobernar la Tierra, mientras que el gobierno mesiánico / Davídico de Jesús y de los santos está en el cielo. Jesús va a tener éxito en el dominio que Adán falló. El reino milenario de Jesús es futuro y terrenal.

En resumen, Ap 5:10 es evidencia importante de un reinado terrenal venidero de Jesús el Mesías y de los santos, los que son identificados con El.

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