viernes, abril 30, 2010

Instrumentos en las Manos del Redentor

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Escrito por Gary Gilley

Se me sugirió recientemente que Instruments in the Redeemer's Hands [Instrumentos en las Manos del Redentor] era el libro más valioso para aquellos interesados en la consejería bíblica. Después de haber leído numerosos libros sobre el tema estaba un poco escéptico de esa evaluación; habiendo leído ya el libro tengo que estar de acuerdo.

Si existe un volumen completo sobre consejería bíblica es este. Tripp escribe bien, es fiel a las Escrituras (con un par de excepciones), proporciona muchos consejos bíblicos, ofrece estudios de casos, da herramientas prácticas y desarrolla un marco general para el asesoramiento de aquellos en necesidad. La premisa de Tripp es que nuestros problemas se derivan de nuestros corazones. Si vamos a ayudar a las personas a vivir para la gloria de Dios y manejar sus problemas adecuadamente debemos abordar el corazón. Tenemos que exponer lo que está en el corazón, analizar lo que se encuentre a luz de la Escritura, y hacer un llamado a una respuesta bíblica.

Este énfasis en el corazón es bienvenido, porque si no tenemos cuidado, la conserjería bíblica se puede reducir a la modificación del comportamiento, -exponer un problema, encontrar textos bíblicos correctos, llamar a la obediencia y el cambio de comportamiento. Pero si no se dirige al corazón no tendrá lugar un cambio duradero y profundo y aquel en necesidad puede ser transformado en un legalista en lugar de la persona que Dios quiere que sea.

El libro no solo es útil para consejeros cristianos, sino para cualquier persona que desee crecer en Cristo y ayudar a otros a hacer lo mismo. Recomiendo mucho este título.

martes, abril 27, 2010

Un Desafio para Comunicadores Cristianos

Un desafío para comunicadores cristianos

Este artículo fue adaptado de la publicación de Primavera 2006 de The Master's Seminary Journal.

La claridad y la precisión en la comunicación de la verdad divina, es más importante para los comunicadores cristianos que para cualquier otra persona. La disponibilidad de medios masivos de comunicación contribuye al trabajo del predicador en esta época, ya que puede alcanzar a grandes audiencias, las cuales no eran de esa magnitud en épocas pasadas. No obstante, como ha sucedido en tantos casos, las oportunidades en medios masivos de comunicación pueden ser abusadas. Por ejemplo, la televisión ayudó a expulsar la “época de la exposición” e introdujo la época de las “frases,” cuando la imagen se convirtió en algo más importante que la sustancia en el mensaje que se estaba comunicando. Como un medio de entretenimiento, la televisión ha contribuido a que el apetito del pensamiento serio haya decrecido y que las expectativas de lo trivial y lo breve hayan incrementado.

Precisamente ese es el caso con sermones difundidos mediante medios masivos de comunicación. Las publicaciones cristianas han seguido la misma dirección, al apelar a las “necesidades percibidas” de la gente y darle lo que quiere en lugar de las verdades doctrinales de la Biblia. Eso es precisamente aquello de lo cual advirtió Pablo a Timoteo y que Jeremías se rehusó a hacer. Como embajadores de Cristo, los comunicadores cristianos deben hacer que el mensaje, no el medio, séa el corazón de lo que le dan a su audiencia. 

La importancia de la comunicación clara

A ningún predicador le gusta sentirse con la lengua atada—especialmente cuando sucede en el púlpito. La pesadilla de todo predicador son esos momentos incómodos cuando su cerebro se atora en neutral y su boca continúa diciendo cosas. Puede ser especialmente peligroso cuando todo lo que dice es grabado.

Hace unos años atrás, algunas de las personas que laboran en la producción de nuestro programa de radio, prepararon una colección grabada de todos mis errores verbales a lo largo de los años. Recolectaron unos quince años de errores editados y los unieron para terminar con un sermón entero de tonterías. Fue doloroso escucharlo.

Por ello, no tengo nada más que compasión extrema hacia el Reverendo William Archibald Spooner, quien padeció de una discapacidad que ningún predicador merece. Spooner fue un hombre brillante que fue el Director del New College, en Oxford, a principios del siglo veinte. Hoy en día es recordado primordialmente porque elevó los errores de la lengua a una forma de arte. Él tuvo una tendencia en particular a cometer un error verbal que ha recibido su nombre—el espunerismo. Un espunerismo traspone las sílabas o sonidos de dos o más palabras.

Es fácil ver cómo esta tendencia podría afectar de manera adversa a un ministerio de predicación. La tendencia de Spooner de trasponer los sonidos, ocasionalmente le causó decir exactamente lo opuesto de lo que quizo decir. En una ocasión estaba presidiendo una boda y el Reverendo Spooner le dijo al novio, “Por bestumbre se cesa a la novia,” en lugar de decir, “Por costumbre se besa a la novia.” Cuando te das cuenta de que el ministerio de Spooner se llevó a cabo primordialmente entre jóvenes, te ves obligado a darle un reconocimiento por su fortaleza.

Ningún comunicador quiere destrozar el mensaje. Pero para los comunicadores cristianos, la necesidad de que el mensaje sea el correcto es elevada a la altura de un deber sagrado. Quizás uno puede sonreír y perdonar una aflicción como la de William Spooner, pero ciertamente no puede tolerar ninguna distorsión de la verdad divina que es el resultado de pensamiento descuidado, pereza, apatía ó indiferencia. Más siniestra aún es la tendencia de evadir elementos de verdad o suavizar el mensaje por un deseo de agradar a la gente, por un amor por la alabanza mundana, ó también por una falta de valentía santa.

Nuevas oportunidades

Debido a que tenemos grandes oportunidades, nuestra generación tiene una mayor responsabilidad de comunicar la verdad del evangelio claramente y con precisión, que aquellos que vivieron antes que nosotros. Lucas 12:48 dice, “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”.

Ninguna generación pasada ha sido tan bendecida con los medios de comunicación masiva como la nuestra. Hace cien años atrás, la “comunicación cristiana” consistía casi totalmente en predicar sermones y escribir libros. La única forma de comunicación masiva era la prensa. Hombres como Carlos Spurgeon nunca se hubieran imaginado que existirían medios para transmitir sonidos e imágenes en vivo vía satélite, a toda nación en el mundo.

Para fines del siglo diecinueve, Spurgeon fue el predicador más escuchado en la historia. Él le predicó a multitudes enormes en su iglesia. Algunos estiman que cuatro millones de personas lo escucharon predicar a lo largo de una vida excepcional de ministerio.
Pero actualmente, a través de la radio, Chuck Swindoll le predica a más gente que eso en una semana normal. J. Vernon McGee (“quien aún muerto aún habla”) ha estado en la radio diariamente a nivel mundial durante décadas. Si cuentas los sermones que son traducidos y predicados en otros idiomas, McGee indudablemente le ha predicado a más personas que cualquier otra persona en la historia—y continúa haciéndolo desde la tumba.

Al personal que produce nuestras grabaciones y programas de radio, le gusta recordarme que el sol nunca se pone en nuestro ministerio. En cualquier momento dado del día o la noche, a nivel mundial a toda hora, alguien, en algún lugar, está escuchando un sermón que prediqué desde el púlpito de nuestra iglesia. No puedo decirles lo mucho que pesa en mí esa responsabilidad de manera continua. Estoy consciente de la responsabilidad de que el mensaje séa el correcto, de hablarlo claramente, y de proclamarlo con autoridad y convicción.

Nuevas oportunidades de comunicación se presentan de manera constante. Las generaciones futuras podrán descargar de un banco de datos centralizado, imágenes de video y sonidos de los predicadores de hoy. Si los estudiantes del mañana de la Biblia quieren saber lo que James Boice dijo acerca de Romanos 7, no tendrán que conseguir su comentario y consultarlo. Si lo prefieren, se conectarán a la red de comunicaciones digitales y escucharán o verán el sermón original tal como lo predicó desde el púlpito.

La tecnología satelital, el sonido digital, la alta resolución, la televisión de pantalla ancha ya están disponibles. Otros avances de alta tecnología apuntan a que dentro de cien años, las comunicaciones habrán avanzado por lo menos tan lejos de la tecnología actual como nuestro mundo ha avanzado desde el tiempo de Spurgeon. Si el Señor retrasa Su regreso, nuestros tataranietos quizás tengan acceso a formas de comunicación que ni siquiera podemos imaginar en nuestro día.

Oportunidades desaprovechadas

Esta es una época muy emocionante para vivir y ministrar. Pero recuerda Lucas 12:48: “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”. Somos administradores que darán cuentas por las oportunidades con las que el Señor nos ha bendecido. Y si somos honestos, creo que tendríamos que confesar que en la mayoría de los casos, la iglesia simplemente ha desaprovechado las ricas oportunidades que la tecnología de la comunicación moderna ha dado. Nuestra generación, con mejores medios que nunca para alcanzar al mundo con el evangelio, espiritualmente de hecho está perdiendo terreno. La influencia de de la iglesia de hecho está disminuyendo. Nuestro mensaje se está confundiendo—y es confuso. No estamos hablando la verdad claramente para que el mundo oiga el mensaje.     

Parte del problema es que la iglesia no ha visto las fallas que son inherentes en las comunicaciones modernas. La nueva tecnología ha traído mucho más que nuevas oportunidade, ya que también ha traído un nuevo conjunto de desafíos para aquellos cuya meta es proclamar y enseñar la verdad de Dios. La mayoría de los medios nuevos son más apropiados para el entretenimiento.

Hace algunos años atrás, Neil Postman escribió un libro importante titulado, “Entreteniéndonos a morir”. Todo comunicador cristiano debería estar familiarizado con este libro. Postman no es cristiano. Enseña comunicaciones en la Universidad de Nueva York. Él escribe desde una perspectiva académica y secular. Su libro es un análisis de cómo la tecnología moderna de comunicación—y la televisión en particular—ha alterado dramáticamente nuestra cultura.

Postman señala que antes de la televisión, para la mayoría de la información que recibía la sociedad, los medios impresos eran la manera en la que la información era diseminada. La gente tenía que ser culta—no meramente saber leer y escribir, sino ser capaz de pensar lógicamente, capaz de digerir información de manera significativa, capaz de usar su mente en todo tipo de procesos racionales. El contenido de cualquier forma de comunicación tomó la prioridad por encima de la forma. Los comunicadores estaban primordialmente preocupados con la sustancia, no el estilo. El mensaje debía tener contenido cognitivo.
Postman hace referencia a la época previa al siglo veinte como “la época de la exposición”.

El discurso humano en la época de la exposición era significativamente diferente. Los debates entre Lincoln y Douglas, por ejemplo, se llevaron a cabo en comunidades rurales, al aire libre, frecuentemente en un calor asfixiante, sin el beneficio de sistemas de megafonía. Sin embargo, miles de personas permanecían de pie y escucharon por horas, siguiendo cuidadosamente la lógica de los que debatían, escuchando atentamente el diálogo profundo, prestando atención a cada palabra pronunciada por dos oradores elocuentes.  

Como contraste, los políticos de hoy compiten por “frases”. La imagen es más importante que la sustancia. En la actualidad, Estados Unidos escoge a los candidatos presidenciales de la misma manera que Hollywood slecciona actores mediante audiciones. De hecho, antes de Bill Clinton, el único presidente en cuarenta años que concluyó dos periodos presidenciales fue un actor (Ronald Reagan).

De acuerdo a Postman, apareció una fuerte tendencia hacia el entretenimiento, “Cerca del fin del siglo diecinueve...La época de la exposición comenzó a desaparecer, y las primeras señales de su reemplazo podían ser discernidas. Su reemplazo sería La época del mundo del espectáculo”.

Un mensaje modificado por los medios

El medio que más ha contribuido para definir la época del mundo del espectáculo ha sido la televisión. Tendemos a pensar que la televisión es una herramienta significativa en la extensión del conocimiento. A través del ojo de la cámara de televisión, podemos ser testigos de acontecimientos que suceden al otro lado del globo—o hasta en la luna—en el momento que ocurren. Vemos y oímos cosas que nuestros ancestros nunca se hubieran imaginado. Ciertamente deberíamos ser la generación mejor informada y con mayor conocimiento en la historia. 

Pero el efecto de la televisión ha sido precisamente el opuesto. La televisión no nos ha hecho ser más cultos que nuestros ancestros. En lugar de esto, ha inundado nuestras mentes con información irrelevante y sin significado. Somos expertos en las trivialidades de la cultura pop, pero somos ignorantes acerca de asuntos serios. La publicidad que rodeó el juicio del homicidio de O.J. Simpson en 1995 ilustra esto. Durante la audiencia preliminar de Simpson, se estaba desatando una crisis severa debido a armas nucleares en Corea. El gobierno de Haití fue derrocado mediante un golpe de estado y una nación entera fue arrojada al caos. Por primera vez en décadas, Yasser Arafat regresó de manera legal a la franja de Gaza, marcando uno de los desarrollos políticos modernos más significativos en el Medio Oriente. El primer ministro de Nepal renunció a su cargo. Todas estas cosas fueron tan importantes que sacudieron al mundo. Pero a pesar de lo significativo que fueron, nuestros noticieros locales por televisión concentraron el 93 por ciento de su cobertura a la audiencia de Simpson.

La televisión es un medio de entretenimiento. El estar expuesta a tanta televisión ha alimentado el apetito de la gente de entretenimiento y rebajado su tolerancia hacia el pensamiento serio. Ahora, aún los medios impresos están siguiendo la guía de la televisión y formateando su contenido para que séan más entretenidos que informativos. En Inglaterra, los diarios sensacionalistas han llevado a los periódicos serios a quedarse sin trabajo. El diario USA Today fue fundado para alcanzar un propósito parecido. Fue diseñado y formateado deliberadamente para alcanzar a la generación de la televisión. Las historias son cortas a propósito. Solo los artículos principales de la primera página continúan en otra página. Es un periódico entero de información en frases, formateado para una generación cuyas mentes han sido moldeadas por la televisión. Y comercialmente ha sido un éxito tremendo.

La publicación de libros tiene la misma tendencia. Vé la lista reciente de los libros más vendidos del New York Times. Siete de los libros más vendidos fueron colecciones de caricaturas—“Garfield” y otros parecidos. Los libros más vendidos en el género de no ficción, incluyeron algunos ensayos fotográficos y obras de Dave Barry, Rush Limbaugh y Howard Stern. Únicamente tres de los libros más vendidos en la lista que no es de ficción, tenían algún contenido sustancial que no era de humor. ¿Qué dice esto acerca de nuestra sociedad?

La televisión no solo ha reducido la tolerancia hacia el pensamiento serio, sino que también ha adormecido la mente a la realidad. Conforme se desenvolvía el drama de O.J. Simpson, una cadena de televisión siguió la persecusión sensacional por las calles por helicóptero, pero mantuvo una pequeña ventana en la parte de abajo de la pantalla, que mostraba los juegos finales de la liga nacional de basquetbol. Las dos escenas eran absolutamente incongruentes.

Pero aún fuera de la historia de O.J. Simpson, las noticias de las cadenas de televisión son ridículas. Las noticias de la tarde son una actuación, en donde elegantes locutores leén con estilo breves reportes acerca de la guerra, homicidio, crimen y desastre natural. Los comerciales que hacen triviales las historias y las aíslan de cualquier contexto puntualizan estas historias. Neil Postman relata un programa de noticias en el cual un general de la marina, declaró que la guerra nuclear global es inevitable. El siguiente segmento fue un comercial para Burger King.

No se espera que respondamos racionalmente. En las palabras de Postman, “De la misma manera en la que una audiencia en una obra de teatro, se vá corriendo a llamar a casa porque un personaje en el escenario ha dijo que un homicida está suelto en el vecindario, así también la audiencia no será atrapada contaminando su respuesta con un sentido de realidad.” (2)

La televisión no puede demandar una respuesta prudente. La gente vé el canal de televisión no para ser desafiada para pensar. Si un programa demanda contemplación o demanda demasiado uso del intelecto, nadie lo vé.

La televisión también ha rebajado la capacidad de concentración. Después de quince minutos se nos dá un descanso para comerciales. Hasta una de las cadenas de televisión tiene un programa llamado “Teatro de poca capacidad de concentración”. En toda cadena de televisión, los programas demandan un involucramiento intelectual mínimo. La mayoría de los dramas de televisión está diseñada para una capacidad intelectual de un niño promedio de siete años de edad. El punto no es desafiar a la audiencia sino entretenerla. Neil Postman dice que estamos entreteniéndonos a morir. Él señala que nuestra fascinación con la televisión ha debilitado la capacidad de esfuerzo intelectual y espiritual de nuestra cultura.

De hecho, sus palabras más fuertes están en un capítulo acerca de la religión moderna. Postman es judío, pero escribe con una capacidad de análisis penetrante acerca del declive de la predicación en la iglesia cristiana. Él hace un contraste entre los ministerios de Jonathan Edwards y Jorge Whitefield comparándolos con la predicación de nuestro día.

Esos hombres se apoyaron en profundidad, contenido, lógica y conocimiento de las Escrituras. En comparación a ellos, la predicación en nuestro día es superficial y exalta el estilo y la emoción. De acuerdo a la definición moderna, la “buena” predicación debe ser sobre cualquier otra cosa, breve y entretenida. Gran parte de lo que actualmente se presenta en estos días como predicación, es meramente entretenimiento—carente de cualquier exhortación, reprensión, ó instrucción (cp. 2 Ti. 3:16; 4:2).

La personificación de la predicación moderna es el evangelista ingenioso que exagera toda emoción, lleva un micrófono conforme camina por la  plataforma como si fuera el dueño de todo, e incita a la audiencia mediante aplausos, pisotones y gritos, para llevarla a un estado de descontrol emocional. El mensaje no tiene carne, pero ¿a quién le importa, siempre y cuando la respuesta séa entusiasta?

No son solo unos cuantos televangelistas los que caben en esta categoría. Algunas de nuestras iglesias evangélicas más conservadoras, han permitido que el entretenimiento reemplace la predicación clara de la verdad. En donde la predicación puede ser encontrada, frecuentemente es carente de doctrina, está llena de anécdotas inteligentes y frases interesantes y fáciles de recordar. La predicación bíblica con contenido real está en un serio estado de declive.

La comunicación en base a necesidades percibidas

Las editoriales cristianas han seguido las tendencias. Cierta casa de publicaciones ha estado publicando libros durante casi cien años, publicando literatura cristiana muy sólida. Pero no hace mucho tiempo atrás cerraron su división de libros de texto, y anunciaron que su nuevo enfoque sería la publicación de libros que fácilmente pudieran ingresar al mercado secular. Estaban buscando libros de ayuda personal, de humor y otros materiales de peso ligero con un mínimo de referencias bíblicas.

Esa es precisamente la dirección equivocada, hacia donde no debemos ir. Nosotros que tenemos acceso a la verdad divinamente inspirada de la Palabra de Dios, debemos estar confrontando la apatía y la insensatez de una sociedad, que es adicta al entretenimiento e ignorante de la verdad. Debemos estar proclamando la verdad a gritos desde los techos de las casas, no adaptando nuestro mensaje a los entretenimientos superficiales e insípidos, que han dejado a nuestra sociedad moral e intelectualmente en la bancarrota.

Al vivir en una época que ha abandonado la búsqueda de la verdad, la iglesia no puede darse el lujo de estar tambaleándose. Ministramos a personas que tienen una necesidad desesperada de una palabra del Señor, y no podemos restarle importancia a nuestro mensaje, ó atenuar el evangelio. Si nos hacemos amigos del mundo, nos hacemos enemigos de Dios. Si confiamos en estrategias mundanas, automáticamente hacemos a un lado el poder del Espíritu Santo.   

Estoy muy preocupado por la fascinación que tiene la iglesia moderna con la metodología mercadológica. Escribí un libro, Avergonzados del evangelio, en el cual analizo y critico la tendencia de la iglesia moderna de apoyarse en la técnica de la Avenida Madison. Hay demasiadas personas que están tratando de vender el evangelio como un producto, en lugar de entender que el evangelio mismo es el poder de Dios para cambiar los corazones y mentes de la gente.

Mi desafío para pastores y escritores es el mismo. La tarea de todo comunicador cristiano es la misma. No es simplemente entretener. No es meramente recrear. No es solo vender un producto. Ciertamente no es incrementar los ratings de la aprobación de la audiencia. La tarea consiste en comunicar la verdad de Dios con tanta claridad, eficacia y precisión como sea posible.

Frecuentemente esto es incompatible con las metas de la mercadotecnia. ¿Por qué? ¿Alguna vez has notado cuántos comerciales de televisión omiten decir algo de los productos que promueven? El comercial típico de pantalones de mezclilla muestra un drama doloroso acerca de los ayes de la adolescencia, pero no menciona pantalones de mezclilla. Un anuncio de perfume es un collage de imágenes sensuales sin referencia alguna al producto. Los comerciales de cerveza contienen algo del material más simpático que hay en televisión, pero dicen muy poco acerca de la cerveza.

Esos comerciales supuestamente inducen a la audiencia a un estado emocional, para entretener, para apelar a las emociones—no para darle información. Un paralelo obvio existe entre dichos comerciales y algunas de las tendencias que hay en las comunicaciones cristianas. Al igual que los comerciales, muchos comunicadores cristianos, sean predicadores ó escritores, buscan inducir a la gente a un estado emocional, producir una respuesta emocional, entretener—pero no necesariamente comunicar algo de sustancia.

Otros, usando las mejores técnicas de mercadotecnia moderna, deliberadamente presentan el mensaje de tal manera que apela al deseo de la gente de ser feliz, próspera y de disfrutar de gratificación personal. La meta es darle a la gente lo que quiere. Los promotores de una filosofía de comunicaciones impulsada por el mercado, son bastante honestos acerca de esto. La satisfacción del cliente es la meta expresa de la nueva filosofía. Un recurso clave de ministerio impulsado por el mercado dice, “En esto consiste el mercadéo [del mensaje cristiano]: en proveer nuestro producto...como una solución para la necesidad percibida de la gente”.

Entonces, las “necesidades percibidas” determinan el camino a seguir para el plan de mercadotecnia del comunicador moderno. La idea es un principio básico de mercadotecnia: satisfaces un deseo existente, en lugar de tratar de persuadir a la gente a comprar algo que no quiere. Dichas tendencias son un mero ajuste a una sociedad criada por la televisión. Siguen lo que está de moda pero muestran poca preocupación por lo que es verdadero. Apelan a las peores tendencias de la sociedad moderna. Buscan agradar a personas cuyo primer amor son ellos mismos. Le ofrecen a la gente a Dios sin ninguna interrupción en sus estilos de vida egoístas.

Comunicación bíblica 

Y si lo que quieres son resultados, esta es una manera segura de obtenerlos. Prométele a la gente una religión que le permitirá estar cómoda  en su materialismo y amor propio, y te respondera por multitudes. Pero esa no es comunicación cristiana eficaz. De hecho, es precisamente lo que Pablo le advirtió a Timoteo que evitara.
Pablo mandó a Timoteo con estas palabras, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Ti. 4:2).

El apóstol incluyó esta advertencia profética: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (4:3-4).

Es claro que la filosofía de ministerio de Pablo no tenía cupo para la teoría de mercadotecnia moderna, de darle a la gente lo que quiere. Él no instó a Timoteo a hacer una encuesta para descubrir qué quería su congregación. No le sugirió que estudiara información demográfica, o que llevara a cabo una investigación de las “necesidades percibidas” de su congregación. Le mandó a predicar la Palabra—fielmente, reprendiendo con paciencia—y que confrontara el espíritu de la época de frente.  

Observa que Pablo no le dijo nada a Timoteo acerca de cómo la gente puede responder. No le dió un discurso a Timoteo acerca de lo grande que era su iglesia, cuánto dinero recibía, o qué tan influyente era. Pablo tampoco le dijo que el mundo debía reverenciarlo, estimarlo, o ni siquiera aceptarlo. De hecho, Pablo no dijo nada de éxito externo. Pablo se concentró en fidelidad, no en éxito.

En contraste a esto, los expertos de mercadotecnia moderna le están diciendo a los comunicadores cristianos, que descubran lo que la gente quiere, y entonces hagan lo que sea necesario para satisfacer las demandas más populares. La audiencia es “soberana” en asuntos como ese. Un libro de los más vendidos en la mercadotecnia cristiana, de hecho afirma que la audiencia debe deteminar cómo preparar un mensaje:

Es...crítico que mantengamos en mente un principio fundamental de comunicación cristiana: la audiencia, no el mensaje, es soberana. Si nuestra publicidad va a detener a la gente en medio de agendas ocupadas, y hacerla pensar acerca de lo que estamos diciendo, nuestro mensaje tiene que ser adaptado a las necesidades de la audiencia. Cuando producimos publicidad que está basada en la proposición de tómalo o déjalo, en lugar de estar basada en una sensibilidad y respuesta a las necesidades de la gente, las personas invariablemente rechazan nuestro mensaje.(4)

¿Qué hubiera pasado si los profetas hubieran suscrito dicha filosofía? Por ejemplo, Jeremías predicó cuarenta años sin ver una respuesta positiva significativa. Por el contrario, sus compatriotas lo amenazaron de muerte si no dejaba de profetizar (Jer. 11:19-23); su propia familia y amigos tramaron en contra de él (12:6); no se le permitió casarse, y esto lo llevó a enfrentar una soledad agonizante (16:2); se hicieron planes para matarlo en secreto (18:20-23); fue golpeado y puesto en un cepo (20:1-2); fue espiado por amigos que buscaron venganza (20:10); fue consumido por la tristeza y la vergüenza—al grado que maldijo el día en el que nació (20:14-18); y fue falsamente acusado de ser un traidor a la nación (37:13-14). Jeremías fue entonces golpeado, arrojado a un calabozo, y privado de comida durante muchos días (37:15-21). Si un gentil etíope no hubiera intercedido por él, Jeremías habría muerto ahí. Dice la tradición que al llegar al final de su vida, de acuerdo a la tradición, fue exiliado a Egipto en donde fue apedreado hasta la muerte por su propio pueblo. Virtualmente no tuvo convertidos que mostraran una vida entera de ministerio. 

Imaginemos que Jeremías hubiera asistido a un seminario moderno de comunicaciones, y aprendiera la filosofía de comunicaciones impulsada por el mercado. ¿Creés que él habría cambiado su estilo de ministerio de confrontación? ¿Puedes imaginártelo como anfitrión de un espectáculo de variedades ó usando la comedia para tratar de ganarse el afecto de la gente? Él pudo haber aprendido a congregar a una multitud que lo quisiera, pero ciertamente no hubiera tenido el ministerio al cual Dios lo llamó. 

Compara el compromiso de Jeremías con el consejo de un experto de mercadotecnia moderna. Un autor que insiste en que la audiencia es soberana, sugiere que el comunicador sabio debe “moldear sus comunicaciones de acuerdo a las necesidades [de la gente] para recibir la respuesta que [busca]”.(5) El efecto de esa filosofía es evidente; los comunicadores cristianos se están volviendo personas que buscan agradar a la gente—precisamente lo que las Escrituras prohiben.

La estrategia está al revés. La audiencia no es soberana, Dios sí. Y Su verdad es incambiable. Su Palabra ha sido establecida en el cielo para siempre. Aunque nuevas formas de medios masivos de comunicación vengan y se vayan, el mensaje mismo no puede ser cambiado. Cambiar el mensaje bíblico en cualquier forma está expresamente prohibido. No podemos truncarlo, suavizarlo, endulzarlo, o minimizar la ofensa de la cruz de alguna otra manera.

Alguien inevitablemente señalará que Pablo dijo que se convirtió en todas las cosas a todos los hombres, para que de alguna manera ganara a algunos. Pero Pablo no estaba proponiendo que el mensaje fuera cambiado o suavizado. Pablo se rehusó a cambiar ó abreviar su mensaje para hacer que la gente estuviera feliz. Él escribió, “¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gá. 1:10). Él se oponía a tratar de quitar la ofensa del evangelio (5:11). No usó metodología que apelara a las concupiscencias de sus oyentes. Ciertamente no siguió el tipo de filosofía pragmática de los comunicadores modernos, impulsados por el mercado.

Lo que hizo que Pablo fuera eficaz no fue su sensibilidad mercadológica, sino una devoción obstinada a la verdad. Se vió a sí mismo como el embajador de Cristo, no Su secretario de prensa. La verdad era algo que debía ser declarado, no negociado. Pablo no estaba avergonzado del evangelio (2 Co. 11:23-28). No dió marcha atrás frente a la oposición ó el rechazo. No ajustó la verdad para hacer que los incrédulos estuvieran contentos. No hizo amigos con los enemigos de Dios.

El mensaje de Pablo siempre fue no negociable. En el mismo capítulo en el que habló de volverse todas las cosas a todos los hombres, Pablo escribió, “me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Co. 9:16). Su ministerio fue en respuesta a un mandato divino. Dios lo llamó y comisionó. Pablo predicó el evangelio tal como lo había recibido, directamente del Señor y siempre entregó ese mensaje como prioritario (1 Co. 15:3). Él no era vendedor ni comerciante, sino un emisario divino. Ciertamente no estaba “dispuesto a moldear su comunicación” para adaptarse a sus oyentes o producir una respuesta deseable. El hecho de que fue apedreado y dejado como muerto (Hechos 14:9), golpeado, encarcelado y finalmente matado por causa de la verdad, ¡debe demostrar que no adaptó el mensaje para hacerlo agradable a sus oyentes! Y el sufrimiento personal que llevó debido a su ministerio no indica que algo estuvo mal con su estrategia, ¡sino que todo había estado bien!

Como comunicadores cristianos, debemos comprometernos con ser lo que Dios nos ha llamado a ser. No somos promotores de carnaval, vendedores de coches usados, o comerciantes. Somos embajadores de Cristo (2 Co. 5:20). Conociendo el temor del Señor (5:11), motivados por el amor de Cristo (5:14), hechos totalmente nuevos por Él (5:17), le imploramos a pecadores a que se reconcilien con Dios (5:20).

Usa los medios sin abusar del mensaje

Creo que podemos ser innovadores y creativos en la manera en la que presentamos el evangelio, pero tenemos que tener cuidado de que nuestros métodos estén en armonía con la profunda verdad espiritual que estamos tratando de comunicar. Es demasiado fácil caer en trivialidades al presentar el mensaje sagrado. Debemos hacer que el mensaje, no el medio, séa el corazón de lo que queremos comunicarle a la audiencia.

Como escritores y comunicadores cristianos, los desafío a que olviden lo que está de moda y se preocupen por lo que es verdad. No séas pronto para abrazar las tendencias de la mercadotecnia moderna. Ciertamente debemos usar los nuevos medios. Pero en lugar de adaptar nuestro mensaje para que encaje con el medio, usemos el medio para presentar el mensaje de la manera más clara, precisa y completa posible. Si somos fieles en eso, la tierra que Dios ha preparado dará fruto. Su Palabra no regresará vacía.
________________________________________
*El siguiente discurso, previamente no publicado y dado por el Presidente MacArthur en una conferencia de comunicadores cristianos hace varios años atrás, ha sido editado para usarse en The Master’s Seminary Journal.

1 (New York: Penguin Books, 1986).
2 Citado in George Barna, Marketing the Church (Colorado Springs, Colo.: NavPress, 1988) 145 (énfasis añadido).
3 (Wheaton, Ill.: Crossway, 1993).

4 Barna, Marketing the Church 145 (énfasis añadido).
5 Ibid., 33.

Tomado de Gracia a Vosotros

El Naturalismo Como Religión

El Naturalismo Como Religión
Fe y Ciencia, Falsamente Llamada

Martes, 27 de abril 2010

Gracias a la teoría de la evolución, el naturalismo es ahora la religión dominante de la sociedad moderna. Menos de un siglo y medio atrás, Charles Darwin popularizó el credo de esta religión secular con su libro El origen de las especies. Aunque la mayoría de las teorías de Darwin sobre los mecanismos de la evolución se han descartado hace mucho tiempo, la doctrina de la evolución misma ha logrado el estado de un artículo fundamental de fe en la mente moderna popular. El naturalismo ha sustituido al cristianismo como la religión mayoritaria del mundo occidental, y la evolución se ha convertido en el dogma principal del naturalismo.

El naturalismo es la opinión de que todas las leyes y todas las fuerzas que operan en el universo son naturales, más que morales, espirituales o sobrenaturales. El naturalismo es inherentemente anti-teísta, rechazando el concepto de un Dios personal. Muchos dan por sentado por tanto que el naturalismo no tiene nada que ver con la religión. De hecho, es un error muy común que el naturalismo encarne la esencia misma de la objetividad científica. Los naturalistas mismos gustan retratar a su sistema como una filosofía que se opone a todas las visiones religiosas del mundo, fingiendo que es científicamente y superior intelectualmente, precisamente por su supuesto carácter no religioso.

No es así. La religión es la palabra exacta para describir el naturalismo. Toda la concepción se basa en una premisa basada en la fe. Su presupuesto fundamental-un rechazo a priori de todo lo sobrenatural-exige un gran salto de fe. Y casi todas sus teorías de apoyo deben ser tomadas por la fe también.

Considere el dogma de la evolución, por ejemplo. La idea de que los procesos evolutivos naturales pueden explicar el origen de todas las especies vivas que nunca ha sido ni será establecida como un hecho. Tampoco es “científico” en el verdadero sentido de la palabra. La ciencia trata con lo que puede ser observado y reproducido por la experimentación. El origen de la vida no puede ser ni observado ni reproducirse en cualquier laboratorio. Por definición, entonces, la verdadera ciencia no nos puede dar ningún conocimiento acerca de dónde venimos y cómo hemos llegado hasta aquí. La creencia en la teoría de la evolución es una cuestión de fe pura. Y la creencia dogmática en cualquier teoría naturalista no es más “científica” que cualquier otro tipo de fe religiosa.

El naturalismo moderno a menudo se promulgó con un celo misionero que tiene potentes connotaciones religiosas. El símbolo popular del pez popular que muchos cristianos ponen en sus coches ahora tiene una contraparte naturalista: un pez con patas y la palabra “Darwin” en relieve en su lado. El Internet se ha convertido en más concurrido campo misionero del naturalismo, donde los evangelistas por la causa intentarán agresivamente entregar las almas ignorantes que todavía se aferran a sus presupuestos teístas. A juzgar por el tenor de algunos de los materiales que he leído tratando de ganar adeptos para el naturalismo, los naturalistas se han dedicado a su fe con una pasión devota que rivaliza o supera fácilmente el fanatismo de cualquier fanático religioso radical. El naturalismo es claramente tanto una religión como cualquier cosmovisión teísta.

La cuestión es aún más demostrada al examinar las creencias de los naturalistas, que alegan ser más libres de las creencias religiosas. Tomemos, por ejemplo, el caso de Carl Sagan, tal vez la celebridad científica más conocida de las últimas dos décadas. Un astrónomo de renombre y figura de medios de comunicación, Sagan era abiertamente antagónico con el teísmo bíblico. Pero se convirtió en el tele-evangelista principal de la religión del naturalismo. Predicó una visión del mundo que se basa enteramente en supuestos naturalistas. Detrás de todo lo que enseñó estaba la firme convicción de que todo en el universo tiene una causa natural y una explicación natural. Esa creencia, —una cuestión de fe, no una verdadera observación científica –gobernada y formada por cada una de sus teorías sobre el universo.

Sagan examino la vastedad y complejidad del universo y llegó a la conclusión-como él estaba obligado a ello, dado su punto de partida-que no hay nada más grande que el universo mismo. Así que tomó prestado atributos divinos como la infinitud, la eternidad y la omnipotencia, y las hizo características del universo mismo.

La religión de Sagan fue en realidad una especie de panteísmo naturalista, y su lema lo resume a la perfección. El deifico el universo y todo lo que hay en él-insistió en que el cosmos mismo es lo que era, y es, y ha de venir (cf. Apocalipsis 4:8). Habiendo examinado lo suficiente del cosmos para ver la evidencia del poder infinito del Creador y la majestad, el imputo esa omnipotencia y gloria a la creación misma-precisamente el error que el apóstol Pablo describe en Romanos 1:20-22:

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios,

Exactamente igual a los idólatras que Pablo estaba describiendo, Sagan puso a la creación el lugar justo que le corresponde al Creador.

Carl Sagan miró el universo y vio su grandeza y posiblemente llegó a la conclusión de que no podría ser mayor. Sus presuposiciones religiosas le obligaron a negar que el universo fuera el resultado de un diseño inteligente. De hecho, como un naturalista dedicado, tuvo que negar que fuese creado en absoluto. Por lo tanto lo veía como eterno e infinito, por lo que, naturalmente, tomó el lugar de Dios en su pensamiento.

El carácter religioso de la filosofía de esa cosmovisión de Sagan es evidente en gran parte de lo que escribió y dijo. Su novela “Contact” (hecha película en 1997) está cargada de metáforas e imágenes religiosas. Se trata del descubrimiento de vida extraterrestre, que se produce en diciembre de 1999, en los albores de un nuevo milenio, cuando el mundo está lleno de expectativas mesiánicas y temores apocalípticos. En la imaginación de Sagan, el descubrimiento de vida inteligente en otros lugares del universo se convierte en la “revelación” que ofrece una base para la fusión de la ciencia y la religión en una visión del mundo que refleja perfectamente el propio sistema de creencias de Sagan –con el cosmos como Dios y los científicos como el nuevo sacerdocio.

Tomado de aquí:

Publican Lista de 65 Sacerdotes Pedrastas

Publican lista de 65 sacerdotes que han abusado sexualmente
de menores en México

La Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes dio a conocer un archivo con los clérigos acusados en Estados Unidos que recibieron carta de traslado a distintas arquidiócesis del país.

Eugenia Jiménez


Éric Barragán, presidente para América Latina de la SNAP, dijo que la lista fue cuidadosamente revisada. Foto: Javier García

México.- En México hay al menos 65 sacerdotes acusados de abuso sexual contra menores. Todos ellos fueron trasladados a distintas arquidiócesis del país luego de que se presentaron denuncias en su contra en territorio estadunidense por pederastia.

Éric Barragán, presidente para América Latina de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP por sus siglas en inglés), afirmó que gracias al Directorio Eclesiástico de la República Mexicana 2009, elaborado por la Arquidiócesis de México y que salió a la venta el mes pasado, se ha podido localizar a 16 curas en activo con denuncias.

Estos sacerdotes, provenientes de diferentes países, fueron colocados, para ejercer su ministerio, en las Arquidiócesis de Guadalajara, San Luis Potosí, Xalapa, Tlalnepantla, Yucatán, México, Querétaro y Tijuana, así como en las diócesis de Colima, Aguascalientes, Ciudad Guzmán, Ciudad Obregón, Cuernavaca y Culiacán.

Articulo Completo aqui

lunes, abril 26, 2010

Compromiso: A Veces Sutil y Siempre Significativo

Compromiso: A Veces Sutil y Siempre Significativo
Domingo, 25 de abril 2010

Al igual que el caos filosófico y moral que resulta del naturalismo, todo tipo de travesuras teológicas sobrevienen cuando rechazamos o comprometemos la verdad literal del relato bíblico de la creación y la caída de Adán.

Me doy cuenta, por supuesto, que algunos creacionistas de la antigua tierra sostienen la creación literal de Adán y afirman que Adán fue una figura histórica. Pero su decisión de aceptar la creación de Adán como literal implica un cambio arbitrario hermenéutico sobre Génesis 1:26-27 y luego otra vez en Génesis 2:7. Si todo en torno a estos versículos se maneja alegóricamente o simbólicamente, es injustificable tomar esos versículos en un sentido literal e histórico. Por lo tanto, el método de los creacionistas de la tierra antigua de interpretar el texto del Génesis en realidad socava la historicidad de Adán. Después de haber decidido ya el tratamiento del relato de la creación misma como un mito o alegoría, no tienen motivos para insistir (de pronto y arbitrariamente, al parecer) que la creación de Adán es historia literal. Su creencia en un histórico Adán es simplemente incompatible con su propia exégesis del resto del texto.

[Ese cambio hermenéutico se ilustra claramente en este post . Bruce Waltke está dispuesto a dialogar sobre un punto de vista evolutivo del Génesis 1-2; Tremper Longman III cómodamente pone en tela de juicio la historicidad de Adán y Eva.)

Pero es una contradicción necesaria si uno afirma una tierra antigua y seguir siendo evangélico. Porque si Adán no fue el antepasado literal de toda la raza humana, entonces la explicación de la Biblia acerca de cómo el pecado entró en el mundo es imposible de entender. Por otra parte, si no caímos en Adán, no podemos ser redimidos en Cristo, debido a la posición de Cristo como la Cabeza de la raza redimida exactamente paralela a la posición de Adán como la cabeza de la raza caída: “Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados”(1 Corintios 15:22). “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:18-19). “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.” (1 Corintios 15:45; cf. 1 Timoteo 2:13-14; Judas 14).

Por lo tanto en un sentido importante, todo lo que la Escritura dice acerca de nuestra salvación en Cristo Jesús gira en torno a la verdad literal de lo que Génesis 1-3 enseña acerca de la creación y la caída de Adán. No hay pasaje más fundamental de las Escrituras.

Lo que están haciendo los “creacionistas de la antigua tierra” (incluyendo, en gran medida, los mismos evangélicos) con Génesis 1-3 es precisamente lo que los liberales religiosos han hecho siempre con toda la Escritura, espiritualizar y reinterpretar el texto alegóricamente haciendo que signifique lo que quieren que signifique. Es una forma peligrosa de manejar las Escrituras. Y se trata de una capitulación peligrosa e innecesaria a las presuposiciones religiosas del naturalismo-sin mencionar una deshonra grave a Dios.

Los evangélicos que aceptan la interpretación de la tierra antigua del Génesis han adoptado una hermenéutica que es hostil a una visión elevada de la Escritura. Están trayendo a los primeros capítulos de la Escritura un método de interpretación bíblica que se ha incorporado en las presuposiciones anti-evangélicas. Los que adoptan este enfoque ya se han embarcado en un proceso que invariablemente derroca a la fe. Las Iglesias y colegios que abrazan este punto de vista no van a permanecer mucho tiempo como evangélicos.

miércoles, abril 21, 2010

Destronando al Juez

Destronando al Juez
Domingo, 04 de abril 2010

La evolución se presentó como una alternativa atea a la visión bíblica de la creación. Según la evolución, el hombre creó a Dios antes que a la inversa. La principal agenda de los evolucionistas es eliminar por completo la fe en Dios y por lo tanto prescindir de la responsabilidad moral.

La intuición sugiere una serie de preguntas a la mente humana cuando contemplamos nuestro origen: ¿Quién tiene el control del universo? ¿Hay alguien que es soberano-un Legislador? ¿Hay un juez universal? ¿Existe una norma moral trascendente para vivir? ¿Hay alguien a quien vamos a rendir cuentas? ¿Habrá una evaluación final de cómo vivimos nuestras vidas? ¿Habrá un juicio final?

Esas son las preguntas que la evolución inventó para evitar.

La evolución fue ideada para explicar al Dios de la Biblia, no porque realmente los evolucionistas creían que un Creador no era necesario para explicar cómo las cosas empezaron, sino porque no querían al Dios de las Escrituras como su Juez. Marvin L. Lubenow escribe:

El problema real en el debate de la creación/evolución no es la existencia de Dios. El problema real es la naturaleza de Dios. Pensar en la evolución como básicamente atea es no entender la singularidad de la evolución. La evolución no fue diseñada como un ataque general contra el teísmo. Fue diseñada como un ataque específico contra el Dios de la Biblia y el Dios de la Biblia se revela claramente a través de la doctrina de la creación. Obviamente, si una persona es un ateo, sería normal para él ser también un evolucionista. Pero la evolución esta tan cómoda con el teísmo como lo es con el ateísmo. Un evolucionista es perfectamente libre de elegir cualquier dios que desee, siempre y cuando no sea el Dios de la Biblia. Los dioses permitidos por la evolución son de carácter privado, subjetivo, y artificial. Ellos no molestan a nadie y no hacen exigencias éticas absolutas. Sin embargo, el Dios de la Biblia es el Creador, el Sustentador, el Salvador y el Juez. Todos son responsables ante él. Él tiene un programa que entra en conflicto con el de los seres humanos pecadores. Porque el hombre creado a la imagen de Dios es muy impresionante. Porque Dios para ser creado a imagen del hombre es muy cómodo. ( Bones of Contention: A Creationist Assessment of Human Fossils , 188-89).

En pocas palabras, la evolución fue inventada a fin de eliminar el Dios del Génesis y por lo tanto para derrocar al Legislador y destruir la inviolabilidad de Su ley. La evolución es simplemente el último medio que nuestra raza caída ha ideado con el fin de suprimir nuestro conocimiento innato y el testimonio bíblico de que hay un Dios y que somos responsables ante Él (cf. Romanos 1:28). Al abrazar la evolución, la sociedad moderna busca acabar con la moral, la responsabilidad y la culpa. La sociedad ha abrazado con tanto entusiasmo la evolución, porque la gente se imagina que elimina al Juez y los deja libres para hacer lo que quieran sin culpa y sin consecuencias.

Es importante recordar que las teorías evolucionistas (por ejemplo, la mutación favorable, millones de años) no surgen de la investigación científica honesta-la evolución es ciencia con una agenda. La evolución comenzó y continúa en la rebelión contra el Creador, haciendo caso omiso de las leyes y de destronar al Juez. Incluso su ciencia está a flote en un mar de irracionalidad, sostenida sólo por las oscuras profundidades de la contradicción y la especulación.

Muchos cristianos profesantes e influyentes están ignorando esa evidencia en estos días, es decir, los orígenes de la evolución, cuando nos animan a armonizar la teoría evolutiva con la Biblia. ¿Por qué entregar la tierra a los rebeldes ilegales? ¿Por qué el diálogo con el enemigo sobre esto? ¿Por qué darle voz al “intruso”?

Hay demasiados que afirman el nombre de Cristo, pero no están satisfechos con Su ley, no están contentos en meditar la Palabra de Dios día y noche. Más bien, se sienten intimidados por el consejo de los malvados (teoría de la evolución), se sienten atraídos por el camino de los pecadores (deseo de la pertinencia y la credibilidad académica), y tienen muchas ganas de sentarse en silla de escarnecedores (posiciones de respeto y de influencia).. Hagan lo que hagan, no destronaran al juez, sino que van a encontrar con El un día.

-John F. Macarthur

Colocando a los Seres Humanos en Su Lugar

Colocando a los Seres Humanos en Su Lugar  - John F. Macarthur
Martes, 20 de abril 2010

El naturalista, si es fiel a sus principios, finalmente debe concluir que la humanidad es un extraño accidente sin ningún tipo de propósito o importancia real. El naturalismo es por tanto una fórmula de inutilidad y falta de sentido, borrando la imagen de Dios de la imagen propia de nuestra raza colectiva, depreciando el valor de la vida humana, lo que socava la dignidad humana, y subvierte la moralidad.

El montón de la sociedad moderna lo demuestra. Estamos siendo testigos de un abandono de las normas morales y la pérdida del sentido del destino de la humanidad. La delincuencia rampante, el abuso de drogas, la perversión sexual, las crecientes tasas de suicidio, y la epidemia del aborto son todos síntomas de que la vida humana está siendo sistemáticamente devaluada y un sentido de inutilidad absoluta se extiende por encima de la sociedad. Estas tendencias pueden atribuirse directamente al ascenso de la teoría evolutiva.

¿Y por qué no? Si la evolución es verdad, los seres humanos son sólo una de las muchas especies que evolucionaron de antepasados comunes. No somos mejores que los animales, y no debemos pensar que lo somos. Si hemos evolucionado a partir de materia pura, ¿por qué estimar lo que es espiritual? De hecho, si todo se desarrolló de la materia, nada “espiritual” es real. Finalmente, nosotros mismos no somos mejor que o diferentes a cualquier otra especie viviente.. No somos nada más que el protoplasma de espera para convertirse en abono.

En realidad, esa es precisamente la razón detrás del movimiento moderno de derechos de los animales, un movimiento cuya razón de ser es la degradación absoluta de la raza humana. Naturalmente, todos los defensores radicales de derechos de los animales son evolucionistas. Su sistema de creencias es un subproducto inevitable de la teoría evolutiva.

Gente por el Trato Ético de los Animales (PETA) es bien conocido por su postura de que los derechos de los animales son iguales (o más importantes que) los derechos humanos. Sostienen que matar un animal para la alimentación es el equivalente moral del asesinato; comer carne es prácticamente el canibalismo, y el hombre es una especie de tirano, en detrimento de su entorno.

PETA se opone a la cría de animales domésticos y los “animales de compañía”-incluyendo a los perros guía para ciegos. Una declaración de 1988 distribuida por la organización incluye lo siguiente: “Como John Bryant ha escrito en su libro Reinos Encadenados, [los animales de compañía] son como esclavos, aunque esclavos bien guardados.”

Ingrid Newkirk, fundador controversial de PETA, dice: “No hay base racional para decir que los seres humanos tienen derechos especiales.... Una rata es un cerdo es un perro es un niño” (Citado en Katie McCabe, “Who Will Live and Who Will Die?” [¿Quién van a vivir y que va a morir?] The Washingtonian, Agosto, 1986, p. 114). Newkirk dijo a un reportero del Washington Post que las atrocidades de los nazis de Alemania palidecen en comparación con el matar animales para la alimentación: “Seis millones de Judíos murieron en campos de concentración, pero seis mil millones de pollos para asar morirán este año en los mataderos” (Citado en Chip Brown, “She’s a Portrait of Zealotry in Plastic Shoes” The Washington Post, 13 de noviembre de 1983, B-10).

Claramente, la Sra. Newkirk esta más indignada por la matanza de pollos para la alimentación de lo que esta por la masacre al por mayor de seres humanos. Uno tiene la impresión de que no necesariamente considera la extinción de la humanidad una cosa indeseable. De hecho, ella y otros defensores de los derechos de los animales a menudo suenan francamente misántropo. Ella le dijo a un reportero, “no tengo ningún respeto por la vida, sólo para las propias entidades. Prefiero ver un espacio en blanco donde estoy. Esto suena como materia de pastel de frutas de nuevo, pero al menos yo no dañaría nada” (Ibíd.).

Y la edición de verano de la revista Wild Earth [Tierra Salvaje], una revista para promover el ecologismo radical, incluido un manifiesto para la extinción de la raza humana, escrita bajo el seudónimo de “Les U. Knight.” El artículo decía: “Si usted no le ha dado antes la importancia a la extinción humana voluntaria, la idea de un mundo sin gente en el puede parecer extraña. Pero, si le das una oportunidad, creo que podría estar de acuerdo que la extinción del Homo sapiens significa la supervivencia de millones, si no miles de millones de especies que habitan la Tierra....La supresión gradual de la raza humana va a resolver todos los problemas en la tierra, sociales y ambientales”(“Voluntary Human Extinction” [Extinción Humana Voluntaria], Wild Earth, Vol. 1. , No. 2, 72).

Eso es peor que simplemente estúpido, irracional, inmoral, o humillante, es mortal.

Pero hay incluso una organización llamada La Iglesia de la Eutanasia. Su página web defiende el suicidio, el aborto, el canibalismo y la sodomía como las principales formas de reducir la población humana. Aunque la página Web contiene los elementos de la parodia deliberadamente diseñados para el valor de choque (por ejemplo, que “defienden” el canibalismo con el lema “Coma gente, no animales” para establecer el punto de que en su opinión, el acto de comer cualquier animal es la moral equivalente al canibalismo), la gente detrás de ella son muy serios en su oposición a la continuidad de la raza humana. They include detailed instructions for committing suicide. Se incluyen instrucciones detalladas para suicidarse.

Los miembros de la Iglesia de un mandamiento están obligados a obedecer “No procrearas”. Al manifestar de forma deliberada su opinión sonando tan escandaloso como sea posible, han recibido una amplia cobertura en programas de entrevistas y programas informativos tipo tabloide. Se aprovechan de esa publicidad para reclutar miembros para su causa. A pesar de su mensaje impactante, evidentemente han podido convencer a muchas personas que una de las especies en la tierra que debe ser extinguida es la humanidad. Su sitio Web se jacta de que miles de personas han pagado la cuota de membresía de $10 para convertirse en “miembros de la iglesia.”

Ese tipo de locura tiene sus raíces en la creencia de que la humanidad es simplemente el producto de la evolución-un mero animal sin ningún propósito, sin destino, y sin semejanza con el Creador. Después de todo, si llegamos a donde estamos por un proceso evolutivo natural, no puede haber toda validez a la idea de que nuestra raza lleva la imagen de Dios. En última instancia, no tienen dignidad más que la de una ameba. Y desde luego no tienen un mandato del Todopoderoso para someter al resto de la creación.

Y si un ser humano no es más que un animal en proceso de evolución, ¿Quién puede argumentar en contra del movimiento de los derechos de los animales? Incluso la posición más radical de derechos de los animales se justifica en una cosmovisión naturalista y evolutiva. Si realmente hemos evolucionado de los animales, de hecho sólo somos animales. Y si la evolución es correcta, es una pura casualidad que el hombre evolucionó de una inteligencia superior. Si las mutaciones al azar se han producido de manera diferente, los simios podrían estar funcionando el planeta y los humanoides estarían en el zoológico. ¿Qué derecho tenemos de ejercer dominio sobre otras especies que no han tenido todavía la oportunidad de evolucionar a un estado más avanzado?

De hecho, si el hombre no es más que un producto de procesos evolutivos naturales, entonces él es en última instancia, nada más que el subproducto accidental de miles de mutaciones genéticas al azar. Él es uno más de los animales que evolucionaron de la ameba, y es probable que ni siquiera la más alta forma de vida que con el tiempo irá evolucionando. ¿Que es lo que tiene  de especial él? ¿Dónde está su sentido? ¿Dónde está su dignidad? ¿Dónde está su valor? ¿Cuál es su propósito? Obviamente, él no tiene ninguno.

Es sólo cuestión de tiempo antes de que una sociedad inmersa en la creencia de naturalistas abrace plenamente ese pensamiento y lo despoje de todas las restricciones morales y espirituales. De hecho, ese proceso ha comenzado. Si usted duda de esto, considere algunos de los libertinajes televisados dirigido a la generación de MTV / Jerry Springer.

La Vida Guiada por el Evangelio

La Vida Guiada por el Evangelio

por Harry Reeder

Cuando me pidieron participar en esta columna diseñada para cristianos maduros para compartir ideas y estímulos a jóvenes creyentes, no tenía ninguna duda del tema a tratar - la vida Guiada por el Evangelio.

El Evangelio de la gracia salvadora de Jesús es el fundamento, la formación, y la principal motivación para la vida cristiana.

El mensaje del Evangelio te lleva a Cristo como el fundamento seguro para la vida eterna. El mensaje del Evangelio provee la dirección para la formación de su nueva vida. El mensaje del Evangelio proporciona la principal motivación para una vida en maduración. La importancia de vivir una vida basada en el Evangelio es la causa de porque Pablo recordó a la iglesia de Corinto que cuando estaba “con ellos” estaba decidido a mantener su atención sobre el Evangelio, predicando a “Cristo y a éste crucificado”. Añadiendo énfasis, declaró, “No he venido a bautizar, sino a predicar el Evangelio” (cf. 1 Cor. 1:17). Él no estaba degradando el bautismo, sino que subraya que el Evangelio es esencial para la evangelización y el hacer discípulos.

Al principio de mi vida cristiana, pensé que el Evangelio era el mensaje para ganar la gente para Cristo, luego, al hacer discípulos, uno se trasladaba a “cosas más profundas.” ¡Qué falacia! Usted nunca ira más allá del Evangelio. Usted profundiza más y más con el Evangelio, pero nunca más allá del Evangelio. El Evangelio es lo que define cómo ser un hombre, mujer, esposo, padre y ciudadano cristiano. El Evangelio trae el reino del reino de Cristo a nuestros corazones y a todo el mundo. Las bendiciones del Evangelio dan gozo a la vida cristiana y la capacidad de regocijarse, incluso en el sufrimiento. Los imperativos del Evangelio dirigen nuestro deseo obedecer amorosamente a nuestro Señor. El Evangelio es el fundamento, la formación, y la motivación, ya que enciende nuestra obediencia amorosa a Cristo cuando descubrimos la verdad transformadora que “Él nos amó primero” (1 Juan 4:19).

Un amplio paquete de folletos a mi oficina ofrecen conferencias que ayudarán a la iglesia “a hacer relevante el Evangelio.” Betsy Childs, una hija de nuestra iglesia y escritora de Ravi Zacharias, al comentar sobre este fenómeno, escribe: “¿Por qué pensamos que el Evang. A decir verdad, debemos entender los problemas de nuestro tiempo y comunicarnos con la gente intencionadamente para un evangelismo y discipulado efectivo, pero nada es más importante que el mensaje del Evangelio, el cual anuncia: cuando no había forma de que el hombre estuviera bien con Dios, Él hizo un camino, a través de Cristo, su Hijo, que es “el Camino, y la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por [El]” (Juan 14:6). El mensaje del Evangelio revela que el amor de Dios ha cumplido la santidad de Dios en la cruz. Por lo tanto, nuestra salvación es por el poder de Dios y la justicia infalible de Dios.

La mayoría de las religiones tienen un denominador común. Te dicen lo que debes hacer para ganar la salvación. Por el contrario, el Evangelio cristiano declara que lo que hacemos no es la respuesta, sino el problema. Estoy convencido de que las grandes palabras de la Biblia son: “Mas Dios.” “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado...” (Rom. 11:22).

En Romanos 1:15 Pablo declara que una clave de su deseo de venir a Roma se debe a que estaba “ansioso estoy de anunciar el evangelio también a vosotros que estáis en Roma”. El “vosotros” se identifican en el versículo 7 como “a todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos.” En otras palabras, los cristianos. Pablo estaba ansioso por predicar el Evangelio no sólo a los perdidos, sino también a los cristianos. Pablo obviamente creía que el Evangelio es esencial tanto para la evangelización como para el discipulado, ya que ofrece el fundamento, la formación, y la motivación para la vida cristiana.

Cuando tenía dieciséis años, mi padre me compró un coche en una subasta por $ 75. Era una Ford 57 color rosa, que papá insistía que era “de coral.” ¡No podía conducir un coche de color rosa a la escuela! Entonces oí las palabras que en un futuro no muy lejano mis hijos oirían: “Hijo, un paseo pobre es mejor que un paseo orgulloso.” Se decían de forma tan convincente que probablemente yo sabía que eran de la Biblia. Entonces mi papá abrió el cofre, y para mi sorpresa, debajo estaba un motor 390 con dos carburadores de cuatro gargantas. El carro había sido un Interceptor del Estado de Carolina del Sur (un coche de patrulla de caminos). Nada había con más potencia que bajo el cofre. El espacio y la convicción me impiden detallar las sorpresas que los Corvettes y los Roadsters obtendrían después de que vieran con risa mi Ford 57 rosa mientras se detuvieran al lado en los semáforos. It didn't look like much, but there was power under the hood. No parece gran cosa, pero había poder bajo el cofre.

Joven cristiano, el mundo desprecia el Evangelio en su simplicidad y desdeña las vasijas encargadas de realizar y proclamarlo. Pero hay poder bajo el cofre. Viva el Evangelio, créalo y predique todo el Evangelio - las bendiciones del Evangelio que declaran quién es usted en Cristo, los imperativos del Evangelio que le llaman a su nueva vida por Cristo. Este Evangelio transforma los corazones, mentes y las voluntades de los pecadores. Gracias a Dios, sigue transformando la mía. Predíquelo a usted mismo, el uno al otro, y a los perdidos, y conozca las alegrías de la vida guiada por el evangelio.

Tomado de aquí

Una Justificación para el Nihilismo

Una Justificación para el Nihilismo
Jueves, 08 de abril 2010

Dios creó los cielos y la tierra. Y sólo hay un documento que afirma con credibilidad ser  un registro de revelación divina de esa creación: el libro del Génesis. A menos de que tengamos un creador que no nos haya dejado información acerca de dónde venimos o cual es nuestro propósito, el texto de Génesis 1-2 se mantiene por todos los propósitos prácticos indiscutibles como la única descripción de revelación divina de la creación. En otras palabras, si hay un Dios que creó los cielos y la tierra, y si Él reveló a la humanidad algún registro de esa creación, Génesis es el registro. Si el Dios de la Escritura no creó los cielos y la tierra, entonces no tenemos respuestas reales a todo lo que es verdaderamente importante. Todo se reduce a esas dos opciones simples.

Así que si creemos que en el registro del Génesis o no, esto marcara toda la diferencia en el mundo. Douglas Kelly, profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico Reformado, ha escrito sobre este tema con gran perspicacia. Él dice: “En esencia, la humanidad tiene sólo dos opciones. O bien se han desarrollado fuera del fango y se puede explicar sólo en un sentido materialista, lo que significa que fuimos hechos de nada mas que materia, o bien se hemos sido creados sobre un patrón celestial” (Creación y Cambio, 15-16).

Él tiene razón. Esos son en última instancia, las únicas dos opciones. Podemos creer o no lo que dice el Génesis. Si Génesis 1:1 es verdad, entonces el universo y todo en ello fue creado por un Dios amoroso y personal y Sus propósitos son claramente revelados en las Escrituras. Además, si el relato del Génesis es verdad, entonces tenemos el sello de Dios y somos amados por Él, -y debido a que somos hechos a Su imagen, los seres humanos tienen una dignidad, valor, y obligación que va más allá de todas las demás criaturas. Por otra parte, si Génesis es verdad, entonces no sólo tenemos las respuestas de Dios a las preguntas de porque estamos aquí y cómo llegamos a donde estamos, sino también tenemos la promesa de salvación de nuestros pecados.

Si Génesis no es cierto, sin embargo, no tenemos respuesta fiable a nada. Tire a la basura Génesis y la autoridad de toda la Escritura estará fatalmente comprometida. En última instancia, significa que el Dios de la Biblia simplemente no existe. Y si algún otro tipo de dios-creador no existe, evidentemente no le importa lo suficiente acerca de su creación para ofrecer una revelación sobre sí mismo, su plan para la creación, o su voluntad para con sus criaturas.

Hay, por supuesto, varios relatos extrabíblicos de la creación de escritos sagrados paganos. Pero todos ellos son relatos míticos, de fantasía y frívolos, con dioses terriblemente impíos. Aquellos que se imaginan que existen deidades tendríamos que concluir que nos han dejado sin ninguna razón de esperanza, sin principios claros por los que vivir, sin ningún tipo de rendición de cuentas, sin ningún tipo de respuestas a nuestras preguntas más básicas, y (lo más preocupante de todo) sin ningún tipo de explicación o solución al dilema del mal.

Por lo tanto si el Génesis no es cierto, también podríamos suponer que Dios no existe. Ese es precisamente el supuesto detrás de la teoría evolutiva moderna. De ser cierto, significa que la materia impersonal es la realidad principal. La personalidad humana y la inteligencia humana son simplemente accidentes sin sentido producidos al azar por los procesos naturales de la evolución. No tenemos la responsabilidad moral de ningún Ser superior. Toda la moral –de hecho, toda la verdad misma –finalmente, es relativa. De hecho, la verdad, la falsedad, el bien y el mal son conceptos meramente teóricos sin ningún significado real o significado. Nada importa realmente en la inmensidad de un universo infinito e impersonal.

Así que si Génesis es falso, el nihilismo es la mejor opción. La absoluta irracionalidad se convierte en lo único “racional” elección. Obviamente, las ramificaciones de nuestros puntos de vista sobre estas cosas son inmensas. Nuestro punto de vista de la creación es el punto de partida necesario para toda nuestra cosmovisión.

No Eres Nada Especial

No Eres Nada Especial - John F. Macarthur
Jueves, 15 de abril 2010

Carl Sagan, tal vez la celebridad científica más conocida de las últimas dos décadas. Un astrónomo de renombre y figura de medios de comunicación, Sagan era abiertamente antagónico con el teísmo bíblico. Pero se convirtió en el tele-evangelista jefe de la religión del naturalismo. Predicó una visión del mundo que se basa enteramente en supuestos naturalistas. Detrás de todo lo que enseñó estaba la firme convicción de que todo en el universo tiene una causa natural y una explicación natural. Esa creencia, —una cuestión de fe, no una verdad observación científica -gobernó y le dio forma a cada una de sus teorías sobre el universo.

La religión de Sagan incluía la creencia de que la raza humana no es nada especial. Dada la inmensidad incomprensible del universo y la impersonalidad de todo esto, ¿cómo podría la humanidad, posiblemente, ser importante? Sagan llegó a la conclusión de que nuestra raza no es importante en absoluto. En diciembre de 1996, a menos de tres semanas antes de que Sagan muriera, fue entrevistado por Ted Koppel en “Nightline”. Sagan sabía que estaba muriendo, y le preguntó Koppel, “Dr. Sagan, ¿tiene usted ciertas perlas de sabiduría que le gustaría dar a la raza humana?”

Sagan contestó:

Vivimos en un trozo de roca y metal que rodea una estrella aburrida que es una de las 400 mil millones de otras estrellas que componen la Vía Láctea, que es una de las miles de millones de otras galaxias, que forman un universo, que puede ser uno de un número muy grande-tal vez un infinito número de otros universos. Esa es una perspectiva de la vida humana y de nuestra cultura que vale la pena reflexionar. (ABC News Nightline, 4 de diciembre de 1996)

En un libro publicado a título póstumo, Sagan escribió: “Nuestro planeta es una mota solitaria en la gran envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta inmensidad, no hay ningún indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos” (Pale Blue Dot, Nueva York: Random House, 1994, p. 9).

Aunque Sagan decididamente trató de mantener una apariencia de optimismo para el final, su religión le llevó a donde todo naturalismo inevitablemente conduce: a una sensación de insignificancia absoluta y a la desesperación. De acuerdo a su perspectiva, la humanidad ocupa un puesto pequeño-un punto azul pálido en un vasto mar de las galaxias. Por lo que sabemos, pasamos desapercibidos por el resto del universo, no rendimos cuentas a nadie, y somos pequeños e irrelevantes en un cosmos tan expansivo. Es necio hablar de la ayuda externa o el rescate de la raza humana. Ninguna ayuda vendra. Sería bueno si resolviésemos de alguna manera algunos de nuestros problemas, pero si lo hacemos o no en última instancia, seriamos un poco olvidado de trivialidades cósmicas. Eso, dijo Sagan, es una perspectiva que vale la pena reflexionar.

Todo esto pone de relieve la esterilidad espiritual del naturalismo. La religión naturalista borra toda la responsabilidad moral y ética, y en última instancia, abandona toda esperanza para la humanidad. Si el cosmos impersonal es todo lo que hay, todo lo que alguna vez fue, y todo lo que alguna vez será, entonces la moralidad es en última instancia, discutible. Si no hay un Creador personal a quien la humanidad es responsable y la supervivencia del más apto es la ley que rige el universo, todos los principios morales que normalmente regulan la conciencia humana son en última instancia-sin fundamento e incluso perjudiciales para la supervivencia de nuestra especie.

De hecho, el aumento del naturalismo ha significado una catástrofe moral de la sociedad moderna. Las ideologías más perjudiciales de los siglos XIX y XX se basaban todas en el darwinismo. Uno de los primeros campeones de Darwin, Thomas Huxley, dio una conferencia en 1893 en el cual argumentaba que la ética y la evolución son incompatibles. Escribió que “la práctica de lo que es éticamente mejor –lo que llamamos bondad o virtud, - consiste en una línea de conducta que, en todos los aspectos, se opone a lo que conduce al éxito en la lucha cósmica por la existencia” (“Evolución y Ética:” The Romanes Lecture, 1893).

[Nota: Huxley no obstante, pasó a tratar de justificar la ética como un resultado positivo de funciones racionales superiores de la humanidad, y pidió a su audiencia ni a imitar “el proceso cósmico”, ni a huir de él, sino a luchar contra él-ostensiblemente al mantener una cierta apariencia de la moralidad y la ética. Pero lo que no podía hacer-lo que él y otros filósofos de su época ni siquiera se molestaron en hacer-no ofrece justificación alguna para suponer la validez de la moralidad y la ética en sí misma en principios puramente naturalistas. Huxley y sus colegas naturalistas no podían ofrecer ninguna brújula moral que no sean sus propias preferencias personales, como era previsible, todas sus filosofías abrieron la puerta de la subjetividad moral total y finalmente a la amoralidad.]

Los filósofos que incorporaron las ideas de Darwin fueron rápidos en ver el punto de Huxley, concibiendo nuevas filosofías que sentaron las bases para la amoralidad y el genocidio que caracterizó a gran parte del siglo XX.

Karl Marx, por ejemplo, tímidamente siguió a Darwin en la elaboración de sus teorías económicas y sociales. Se inscribió un ejemplar de su libro Das Kapital to Darwin “de un devoto admirador.” Se refirió al El Origen de las Especies de Darwin como “el libro que contiene la base de la historia natural de nuestro punto de vista” (Stephen Jay Gould, Ever Since Darwin, Nueva York: Norton, 1977, p. 26).

La filosofía de Herbert Spencer del “darwinismo social” aplico las doctrinas de la evolución y la supervivencia del más apto para las sociedades humanas. Spencer sostuvo que si la naturaleza misma ha determinado que los fuertes sobreviven y los débiles perezcan, esta norma debe regir también. Las distinciones raciales y de clase reflejan simplemente la manera natural. Por lo tanto, ninguna razón moral trascendente para simpatizar con la lucha de las clases desfavorecidas. Es, después de todo, parte del proceso evolutivo natural-y la sociedad de hecho se podría mejorar mediante el reconocimiento de la superioridad de las clases dominantes y el fomento de su ascendencia. El racismo de los escritores como Ernst Haeckel (que creían que las razas de África eran incapaces de la cultura o el desarrollo mental superior) también tiene sus raíces en el darwinismo.

Toda la filosofía de Friedrich Nietzsche se basaba en la doctrina de la evolución. Nietzsche fue implacablemente hostil a la religión, y en particular el cristianismo. La moral cristiana encarna la esencia de todo lo que Nietzsche odiaba, creía que la enseñanza de Cristo glorificaba la debilidad humana y era perjudicial para el desarrollo de la raza humana. Él se burlaba de los valores morales cristianos como la humildad, la misericordia, la modestia, la mansedumbre, la compasión por los débiles, y el servicio a los otros. A su juicio tales ideales habían criado debilidad en la sociedad. Nietzsche vio a dos tipos de personas-el maestro de clase, un ser iluminado, minoría dominante, y la “manada”, seguidores serviles que eran dirigidos con facilidad. Y concluyó que la única esperanza para la humanidad sería cuando el maestro de clase se convirtiera en una raza de Übermenschen (superhombres), sin el estorbo de las costumbres religiosas o sociales, que tomarían el poder y llevarían a la humanidad a la siguiente etapa de su evolución.

No sorprende que la filosofía de Nietzsche sentara las bases para el movimiento nazi en Alemania. Lo sorprendente es que en los albores del siglo XXI, la reputación de Nietzsche ha sido rehabilitada por portavoces filosóficos y sus escritos son una vez más de moda en el mundo académico. De hecho, su filosofía-o algo muy parecido a ello –es a lo que el naturalismo inevitablemente debe regresar.

Todas estas filosofías se basan en conceptos que son diametralmente opuestos a una visión bíblica de la naturaleza del hombre, porque todos comienzan por abrazar una visión darwiniana del origen de la humanidad. Ellos tienen sus raíces en las teorías anti-cristianas sobre los orígenes del hombre y el origen del cosmos, y por lo tanto no es de extrañar que se opongan a los principios bíblicos en todos los niveles.

El simple hecho de la cuestión es que todos los frutos filosóficos del darwinismo han sido negativos, innobles, y destructivos para el tejido de la sociedad. Ninguna de las grandes revoluciones del siglo XX, dirigido por filosofías post-darwinianas han mejorado o ennoblecido cualquier sociedad. En cambio, el principal legado social y político del pensamiento darwiniano es un espectro completo de la tiranía malvada con el comunismo inspirado de Marx en un extremos y el fascismo inspirado en Nietzsche en el otro. Y la catástrofe moral que ha desfigurado la sociedad occidental moderna está también directamente rastreables hasta el darwinismo y el rechazo de los primeros capítulos del Génesis.

En este momento en la historia, aunque la mayoría de la sociedad moderna ya está plenamente comprometida con una visión del mundo naturalista y evolutiva, nuestra sociedad sigue beneficiándose de la memoria colectiva de una cosmovisión bíblica. La gente en general todavía cree que la vida humana es especial. Ellos todavía tienen restos de la moral bíblica, como la noción de que el amor es la mayor virtud (1 Corintios 13:13), el servicio de los unos a otros es mejor que la lucha por el dominio personal (Mateo 20:25-27), y la humildad y la sumisión son superiores a la arrogancia y la rebelión (1 Pedro 5:5).

Pero la sociedad secular a cualquier grado aún mantiene las virtudes en gran estima, y lo hace por completo sin ningún fundamento filosófico. Después de haber rechazado ya el Dios revelado en las Escrituras y en cambio abrazado el materialismo naturalista puro, la mente moderna no tiene motivo alguno para la celebración de cualquier norma ética, no hay razón alguna por la estima de la “virtud” sobre el “vicio”, y sin justificación alguna para considerar la vida humana como más valiosa que cualquier otra forma de vida. La sociedad moderna ha abandonado su base moral.

Edimburgo 2010

Edimburgo 2010

Escrito por Gary Gilley

(Abril / mayo 2010 - Volumen 16, Número 2)

Los conocedores de la historia de la iglesia actual y de la misionología en particular, probablemente estarán familiarizados con Edimburgo 1910. Se considera como la más grande conferencia misionera de esa fecha y, posteriormente, ha demostrado ser la más influyente. En honor de su centenario, cuatro grandes conferencias se han previsto para el año 2010, después de haber estado en desarrollo desde 2005 [1] (junto con muchos otros centros menores), todos conectados con y bajo el entorno de Edimburgo de 2010. El primero será en Tokio, mayo 11-15. Edimburgo continua el 2 de junio -6, seguido de Ciudad del Cabo, octubre 16-25 y, finalmente, Boston, noviembre 4-7. Cada conferencia es algo independiente, con diferentes listas de oradores, papeles y agendas, pero que están trabajando en cooperación y van a compartir sus investigaciones e intentar establecer directrices e iniciativas de alcance mundial en el futuro.

Edimburgo 1910

Es significativo para nuestro análisis de estas conferencias ver hacia atrás a la original Conferencia de Edimburgo y determinar por qué tanto entusiasmo se está generando sobre lo que sucedió hace 100 años. En 1910, los líderes de la conferencia, John R. Mott y JH Oldham reunieron a 1.200 delegados representando los esfuerzos misioneros de la mayoría de las principales denominaciones existentes en el momento. Si bien la mayoría de los delegados eran de países occidentales, una característica única de Edimburgo 1910 fue que por primera vez líderes de la iglesia no occidentales estaban involucrados en una conferencia misionera importante. También hubo varios representantes delegados femeninos, aunque se quedaron bajo perfil.

En un esfuerzo por ganar el mayor número de participación posible y, en líneas generales para hacer frente a los problemas apremiantes, Mott y Oldham realizaron dos decisiones monumentales. Limitarían la agenda a la política misionera, el entrenamiento y la estrategia y no permitirían la discusión de cuestiones teológicas ni requerirían la firma de una declaración doctrinal. Dada la principal inquietud teológica de la época éstas parecen ser las increíbles decisiones, pero al parecer se hicieron para evitar la división y para promover una divulgación unida con el evangelio. Otro punto de interés fundamental era que si bien no fueron invitados delegados de las traiciones católicos u ortodoxas orientales se decidió, sin embargo evitar debates sobre las misiones en las partes saturadas católicas y ortodoxa del mundo. Estas resoluciones se basaron en la creencia equivocada de que todos los involucrados eran evangélicos, por lo que se supone estaban en acuerdo doctrinal.

Por desgracia, Mott y Oldham habían allanado el camino justo para el movimiento ecuménico del siglo XX.  Directamente surgiendo de Edimburgo 1910 estaría la formación del Consejo Mundial de Iglesias en 1948. David J. Hesselgrave Profesor por mucho tiempo en la Universidad Trinity, cita una autoridad líder diciendo que en Edimburgo 1910 fue “el punto de partida del movimiento ecuménico moderno en todas sus formas.” [2] El movimiento ecuménico se ha traducido en un compromiso generalizado cuando organizaciones misioneras, denominaciones y líderes cristianos en particular han decidido deponer las diferencias doctrinales con el fin de asegurar alguna forma de unión externa y de conformidad con casi cualquiera que se atribuya el nombre de Cristo.

Es poco probable que los líderes de la Conferencia original de Edimburgo dirigieran tales consecuencias a la mayoría de los que tuviesen posiciones doctrinales sólidos. Tampoco puede la violación del liberalismo en el evangelicalismo echarle la culpa a Edimburgo ya que las raíces del liberalismo teológico han precedido a Edimburgo por décadas. En realidad, la batalla liberal-fundamentalista estaba en su apogeo en 1910 como quedó patente con la publicación, entre 1910 y 1914, de una serie de folletos titulados “Los fundamentos”. Las líneas de batalla en ese momento estaban siendo elaboradas en torno a las doctrinas cardinales de la fe y los campeones de ambos lados habían marchado al frente de la batalla. En un par de décadas las dos partes continuaron por caminos separados. Los liberales afirmarían la mayoría de las principales denominaciones y la mayoría de las instituciones cristianas, escuelas y organizaciones y difunden su evangelio de mejoramiento social para el planeta. Los conservadores, conocidos desde el principio como fundamentalistas, se separan de sus alineaciones anteriores y afiliaciones y crean sus propias denominaciones, escuelas, organizaciones y misiones. Con el tiempo, los fundamentalistas se dividirían por la cuestión de la separación. Aquellos que mantenían el nombre de fundamentalistas se aferrarían a sus posiciones conservadoras, tanto doctrinales y su postura separatista, a veces hasta la exageración. Los mismos etiquetados como neo-evangélicos, o nuevos evangélicos, tratarían de mantener una fuerte doctrina, pero rechazarían el separatismo, intentando lo mas posible cooperar con los de otras orientaciones teológicas, resultando a menudo en compromiso.

Lo que Edimburgo 1910 añadió a la mezcla era establecer un patrón de estilo de conferencias ecuménicas dedicadas a las funciones y propósitos, con poca consideración al acuerdo doctrinal. Como Hessegrave señala: “Desde el tiempo de Edimburgo, el movimiento ecuménico moderno se ha caracterizado más por la unión de organización que por consenso teológico.”[3] Por ejemplo, cuando el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) se formó en 1948 su única declaración de fe fue que uno “confesara al Señor Jesucristo como Señor y Salvador.” Esta afirmación es tan amplia que permitía prácticamente que todas las denominaciones cristianizadas profesantes e incluso las sectas lo afirmaran. No sólo el CMI finalmente se materializaría de Edimburgo, sino un número de otros resultados no gratos vendrían también. Hessegrave identifica varios entre ellas:

  • Una indecisión en cuanto a la naturaleza y el significado de la misión cristiana. ¿Qué es lo que exactamente la iglesia ha recibido como comisión para hacer? Hasta el día de hoy este debate se desencadena sobre esta pregunta.
  • La asignación para “las teologías contextualizadas”, que abrió la puerta a las enseñanzas aberrantes como la “Teología de la Liberación”.
  • El virtual abandono de las misiones por parte de las principales denominaciones protestantes en los Estados Unidos. A principios del siglo XX, el ochenta por ciento de los misioneros norteamericanos eran de iglesias principales; a finales del siglo sólo seis por ciento.[4]

Teniendo en cuenta el legado de Edimburgo 1910, parece extraño que los evangélicos en todo el mundo se están preparando para celebrar su centenario. La gente puede optar por recordar un acontecimiento trágico, como la invasión de Pearl Harbor, pero no lo celebramos. El que los miembros del Consejo Mundial de Iglesias den reverencia a esta conferencia no nos sorprende, puesto que abrió la puerta a un nuevo tipo de ecumenismo que se convirtió en la marca del CMI. Pero que la comunidad evangélica está igualmente impresionada nos debe hacer pensar. Que quieren unirse a la CMI en la promoción de las repercusiones de Edimburgo 1910 debe ser un llamado de atención para el estado de la iglesia conservadora en la actualidad. Por supuesto las cosas no son tan en blanco y negro en la superficie. Echemos un vistazo.

Edimburgo 2010

Si bien varias conferencias misioneras planeadas para 2010, honran el Edimburgo original, el objetivo declarado, de acuerdo con su sitio web oficial, es “profundizar y fortalecer su visión profética de la unidad de todo el mundo, unidad Cristiana multicultural - una unidad marcada por la pasión compartida por difundir la Buena Noticias de Jesucristo.” [5] Este es un noble objetivo, pero una pregunta legítima que necesita ser tratada es el contenido de las “Buenas Noticias” de Edimburgo 2010, especialmente teniendo en cuenta las amplias variantes doctrinales entre los participantes. En el evento de 1910, los asistentes fueron en gran parte de las principales denominaciones importantes. El liderazgo asumido, quizá equivocadamente, de que todos los participantes celebraban una comprensión de la doctrina evangélica, incluyendo el evangelio. Esto fue sin duda una idea ingenua, especialmente a la luz de que las incursiones de la teología liberal se lograban en ese momento dentro de la mayoría de las denominaciones. En cambio el liderazgo de Edimburgo 2010 parece descartar los problemas doctrinales con muy poca preocupación. Ellos declaran: “Considerando que 1910 fue confinado al protestantismo, los participantes en el año 2010 provienen de toda la gama de tradiciones y confesiones cristianas, como la Iglesia católica, ortodoxa, pentecostal y las iglesias independientes, y muestra un mayor equilibrio de género de edad.”[6]

Dado que muchos dentro de este “rango de tradiciones y confesiones cristianas” sostienen distintas interpretaciones del mensaje del evangelio, uno tiene que preguntarse qué buena noticia finalmente es difundida. Esto no es poca cosa cuando leemos la siguiente declaración que expresa el resultado previsto de la Conferencia:

Un diálogo clave sobre la misión se iniciará con los líderes de la misión, desde los antiguos movimientos misioneros del Norte y los nuevos movimientos misioneros del Sur y del Este, con diálogos mantenidos entre representantes de diferentes tradiciones cristianas, [y] Redes se crearán y se formaran alianzas de manera que desarrollen una mayor colaboración estratégica y una mayor sinergia en el cumplimiento del mandato de la misión.[7]

Diálogos, alianzas, una colaboración estratégica y una mayor sinergia (entre las tradiciones) con el fin de cumplir con el “mandato de la misión” es el resultado deseado de Edimburgo 2010. Todo esto es muy preocupante dado que el “mandato de la misión” (especialmente el contenido del mensaje del evangelio) se ha dejado sin definir aún incrementando alianzas ecuménicas y la sinergia se están formando (entre los que no están de acuerdo sobre el mandato y su contenido) para cumplir con dicho mandato.

Con el fin de lograr estos nobles objetivos numerosos eventos en todo el mundo están en el tablero del esquema. Veintitrés eventos, además de los cuatro grandes de la cual voy a dar más detalle a continuación, están previstas para 2010 según el sitio oficial de Edimburgo.[8] Las descripciones dadas para estos proyectos hacen mucho hincapié en el ecumenismo. Otras dos conferencias más pequeñas, pero conectados de interés particular incluyen:

La Conferencia Mundial sobre el cristianismo en Liverpool, Inglaterra: “Unidad de los Cristianos en Misión y Servicio.” Aparentemente describiendo su propia conferencia, los líderes afirman: “Las iglesias de Liverpool han tratado de continuar su testimonio ecuménico. La Iglesia Anglicana y las Iglesias Romanas han creado varios ejemplos de vivir el ecumenismo ... Esta conferencia consistirá no sólo en misionólogos y teólogos cristianos, sino de estudiosos de trasfondos cristianos y no-cristianos y será organizado en estrecha colaboración con los organizadores de Edimburgo de 2010.”[9]

El 44º. Seminario Internacional Ecuménico celebrado en Estrasburgo, Francia: “Misión y Ecumenismo en la Aldea Global, 100 años después de la Conferencia de Edimburgo.” Su sitio web dice: “El año 2010 marca el centenario del movimiento ecuménico, que se inició, de manera significativa, en la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo. Preocupada por las disputas de que las tierras de los misioneros fueron importados a la tierra nueva y dañando la credibilidad del Evangelio allí, los primeros esfuerzos para reparar la unidad entre los protestantes tenían un propósito distintivo evangélico y misionero.” Uno de los temas principales en esta conferencia será: “¿Es la justicia o la evangelización el contenido principal de la misión hoy?” [10]

A partir de estas descripciones, y muchas otras, no es difícil ver que el año 2010 se este siendo dedicado tanto a la ampliación de la red ecuménica y a la ampliación de la comprensión del evangelio. Esto no debería ser sorprendente, ya que los miembros del Consejo General de Edimburgo de 2010 incluyen líderes de los Adventistas del Séptimo Día, del Catolicismo Romano, la Comunión Anglicana, el Consejo Metodista Mundial y el Consejo Mundial de Iglesias.[11]

Es significativo que el gran evento final, la Conferencia del Estudiante de Boston patrocinada por el Instituto Teológico de Boston y dominada por instituciones católicas romanas, ha sido elegida para concluir los eventos “ofreciendo un resumen y análisis de las anteriores Conferencias de Edimburgo.”[12] Esto sin duda dará lugar a Boston con una considerable influencia y dominio sobre el proceso de Edimburgo 2010 en adelante.

Debido a que cada una de las conferencias tendrá un sabor algo distintivo, quizás una palabra breve o dos en las cuatro conferencias primarias sería instructivo:

Tokio: Mientras que las iglesias locales están invitadas a las “celebraciones” nocturnas, durante el día habrá una muy seria ‘consulta’ de los ejecutivos de la misión y los líderes de la misión - porque, como en 1910, todos los participantes serán delegados elegidos y enviados por agencias de misión, nadie será invitado como individuo.”[13] Tokio puede ser más carismática por naturaleza que los demás, como es evidente por algunos de sus ponentes plenarios entre ellos David Cho, pastor de la iglesia más grande del mundo (totalmente arraigada en la teología de Palabra de la Fe),[14] Iglesia Yoido Evangelio Completo en Corea del Sur, y el pastor Okuyama Minoru y organizador de la Nippon Revival Association, una comunidad para líderes japoneses de la iglesia pentecostal y carismática.

Edimburgo: Esta conferencia es al parecer el  invento del Consejo Mundial de Iglesias de Misión Mundial y Evangelización y se describe en su página web como una “experiencia común del ecumenismo más amplio.” Además el CMI afirma: “El CMI desempeñará un papel principal en la organización de una conferencia propia ampliamente celebrada de misión en junio de 2010 en Edimburgo, en coordinación con los asociados en el movimiento ecuménico, dentro y fuera de la comunión del CMI.”[15] Habrá presencia significativa de católicos romanos y de las iglesias ortodoxas en Edimburgo.

Ciudad del Cabo: La Conferencia Ciudad del Cabo será en conjunto con El Congreso Lausanne III de Evangelización Mundial y es considerado el más conservador de las principales conferencias. Dispone de seis oradores principales (cada uno al parecer, predicando un mensaje del libro de Efesios) de seis regiones del mundo, con John Piper representando a América del Norte. La estudiante de doctorado de la Universidad de Boston y el secretario general de la Fraternidad Teológica Latinoamericana Ruth Padilla DeBorst es una de las dos mujeres expositores, [16] 4000 líderes de 200 países han sido invitados y se han establecido criterios especiales para “incluir a los hombres y mujeres de un amplio espectro de nacionalidades, etnias, edades, profesiones y afiliaciones denominacionales.” [17]

Boston: El Instituto Teológico de Boston desarrollará el tema “El Cambio de Contorno de la Misión Mundial y el cristianismo” y tiene por objetivo “descubrir una visión de lo que podría constituir la misión en el siglo veintiuno”.[18] El Instituto Teológico de Boston es una asociación de nueve escuelas y seminarios de teología en el área de Boston entre ellos tres escuelas católicas romanas y ortodoxas y una fuerte conexión con el Consejo Mundial de Iglesias. Como en Ciudad del Cabo, Ruth Padilla DeBorst será el orador principal al igual que dos líderes católicos: Yale Divinidad profesor de la Escuela Lamin Sannah, Presidente de la Sociedad Teológica Católica de América Peter Phan, y el líder emergente Brian McLaren.

Metodista Unida: La denominación Metodista Unida también está planificando una gran conferencia para que coincidiera con Edimburgo 2010 en Nashville, Tennessee a partir de octubre 15-17. Esta conferencia se titula “Reconsidera la Misión: Reflexión y Acción de Edimburgo 1910-2010: Misión de compromiso pasado, Presente y Futuro.” [19] El orador principal es Dana Robert y “en el diseño del programa se incluyen posibilidades de debates interconfesionales y ecuménicas sobre la base de los ricos recursos de la conferencia misionera de Edimburgo 2010. Los participantes del la conferencia oficial Edimburgo 2010 se conducen fuera de la sesiones y el estudio de temas seleccionados se pondrá de relieve durante tres días juntos.” [20]

Evaluación:

Es importante entender que mientras que las cuatro principales conferencias de Edimburgo 2010 son algo diferentes en los programas y grupos interesados, los organizadores de las cuatro se reunieron en el invierno de 2008 en Boston “para comparar notas y la cooperación al compromiso. Las cuatro reuniones forman parte de una proceso de reflexión y activismo que es probable que continúe más allá de 2010... los organizadores han expresado su compromiso de trabajar juntos y enviarán representantes a cada una en otras reuniones.”[21] Todas incluyen a mujeres que prediquen incluyendo la profesora Robert Dana de la Iglesia Metodista Unida, tanto en Edimburgo y Boston, y Ruth Padilla DeBorst en Ciudad del Cabo y Boston. Además de las conferencias se han comprometido a nombrar a mujeres como la mitad de todos los delegados.[22]

Cada conferencia discutirá y creara documentos sobre temas únicos, pero relacionados con la superposición de las misiones mundiales. De una forma u otra, sin embargo, la definición del evangelio esta en sí misma sobre la mesa. Por ejemplo en la conferencia de Edimburgo uno de los temas es “la espiritualidad misionera y el discipulado auténtico”, que tratará de “articular una motivación y una dinámica para la misión que tenga sus raíces en el reino de Dios.” Para abordarse esta “¿Qué forma toma la misión cristiana cuando tiene el reino de Dios como horizonte último?”[23] Dado que el movimiento emergente centra su entendimiento de la fe y la iglesia en el reino de Dios, es de vital importancia ver qué definición se da sobre el reino. La tendencia recientemente no sólo dentro de la iglesia emergente, sino en mucho del evangelicalismo es adoptar la línea principal de la comprensión confesional del reino como difusión del evangelio social, más que el evangelio de reconciliación y de redención en Cristo.

Esto es aún más evidente en Ciudad del Cabo, ya que se ocupará de lo que sus organizadores consideran las seis cuestiones globales de nuestros días bajo el lema “Toda la iglesia tomando todo el Evangelio a todo el mundo.” Si bien esto lo convierte en una declaración de visión ágil casi toda palabra está llena de peligros potenciales. Dado el alto énfasis en la unidad ecuménica en todas las conferencias de Edimburgo, parece que “toda la iglesia” incluye prácticamente todas las ramas y las tradiciones dentro del cristianismo tanto católica romana y ortodoxa, así como las principales denominaciones. El “todo el evangelio” se define por lo que se entiende por “todo el mundo.” Según el sitio web de Lausanne todo el mundo significa “ser facultado por el Espíritu Santo para aliviar el sufrimiento del mundo provocado por la injusticia económica, las enfermedades, el medio ambiente y la pobreza.”[24] El “todo el evangelio” aparentemente significa no sólo la buena nueva de que Jesucristo ha proporcionado por su sangre el medio por el cual los pecadores se pueden estar bien con Dios, sino también se ocupa de las injusticias sociales que se encuentran en nuestro mundo actual. Boston discutirá estos temas con el tema final de los ocho temas siendo: “Salvar al mundo: en relación a las formas seculares de hacer frente a la necesidad humana.”[25] Chet Plimpton de la Misión Nuevas Tribus ha señalado en un documento elaborado por NTM que “salvar al mundo” se basa en la implementación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que han sido definidos por las Naciones Unidas, a saber: eliminar la pobreza extrema y el hambre, reducir la mortalidad infantil, promover la igualdad de género, la educación primaria universal, mejorar la salud materna, combatir el VIH / SIDA, el paludismo y otras enfermedades, y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.[26]

David Hesselgrave, en su excelente artículo para  Southwestern Journal of Theology [Diario Suroeste de Teología] titulado: “¿Vamos a corregir el error de Edimburgo?” El Futuro de la Misión en la Perspectiva Histórica”, escribe sobre los esfuerzos de los fundamentalistas y evangélicos para corregir el error de Edimburgo 1910. Habría mucho que decir acerca de estos intentos y los distintos caminos que han llevado al pueblo de Cristo en relación con la evangelización y las misiones, pero para nuestros propósitos él identifica tres tensiones que todavía se están luchando en la actualidad, las tensiones que quizá Edimburgo 2010 desea hacer frente a de un modo definitivo:[27]

1) El lugar de la evangelización de cooperación.

“¿Justifica la predicación de un evangelio bíblico la cooperación con los clérigos liberales, que no estén suscritos a los credos históricos de la iglesia?”[28] La posición incluyente defendida por Billy Graham y Lausanne I es sin duda la posición de la mayoría hoy en día, aunque hay muchos que estén dispuestos a desafiar esta comprensión por motivos bíblicos. En los últimos tiempos más agrupaciones tales como “Evangélicos y Católicos Juntos” han intentado minimizar en gran medida las diferencias entre evangélicos y católicos romanos. ECJ esencialmente ha declarado ambas tradiciones como representante del cristianismo bíblico, hermanos en Cristo y anunciadores del Evangelio mismo. Algunos evangélicos incluso han estado “reconsiderando la doctrina de la Reforma de la justificación por la fe e incluso cuestionan la necesidad de la Reforma.”[29]

2) La naturaleza de la autoridad bíblica y la importancia de la teología evangélica.

Como se mencionó anteriormente, desde Edimburgo 1910 la doctrina y la autoridad bíblica han desempeñado un papel cada vez menor, siendo reemplazada por la estrategia y la visión en la misionología. Lo que se cree se ha convertido en secundario a las metodologías. Esto ha llevado, sin embargo, a una disminución y un debilitamiento de la singularidad del evangelio y el mandato de la Gran Comisión. Pero ¿qué importa tener una gran unidad y técnicas pulidas si nuestro mensaje no es el de las Buenas Noticias que cambia vidas de “la fe una vez dada a los santos” (Judas 3).

Hesselgrave escribe: “Ha habido un cambio decidido entre los estudiosos lejos de la infalibilidad y en dirección a la infalibilidad, con cambios concomitantes en la manera que la Biblia es traducida, interpretada y comunicada.” [30]

3) Las preocupaciones socio-políticas en relación con la misión de la iglesia.

Es aquí donde la batalla se recrudece más intensamente en este momento. En 1974 Lausanne dirigió esta cuestión en la que John RW Stott “pronuncio  [un cambio] en la dirección de una mayor preocupación social y política por parte de un segmento considerable de los evangélicos,” pero dejó la cuestión para resolverse después. Otras conferencias han considerado esta cuestión, pero ninguna de ellas la ha llevado a conclusión.[31]

Brian McLaren y los emergentes han ofrecido lo que llaman misional – “una tercera vía generosa”, entre el conservador evangelio del “Salvador personal” y la versión liberal de la misma.[32] Históricamente sin embargo, la iglesia nunca ha sido capaz de mantener en equilibrio el “evangelio social” y el Evangelio de la Redención por mucho tiempo, con el “evangelio social” finalmente ganando importancia. No es significativo que todos los organizadores de la conferencia ya están mostrando su lado, reconociendo explícitamente de la agenda social, como de igual importancia, o tal vez parte de la Gran Comisión.

Conclusión:

Hesselgrave está de acuerdo con su amigo Donald McGavran, del que debo añadir que no siempre ven con claridad el papel bíblico de la iglesia, quien escribió: “Lo que se necesita en Estados Unidos y de hecho en todo el mundo es una sociedad de misionología que dice con toda franqueza que el propósito de la misionología es llevar a cabo la Gran Comisión. Todo lo demás puede ser una buena cosa que hacer, pero no es la misionología.”[33]

Estos hombres en lo correcto. Si vamos a rectificar el error de Edimburgo, en lugar de seguir ampliando dicho error, debemos volver a las bases de la doctrina sólida y prestar mucha atención a nuestra comisión dada por Cristo. Debemos determinar hacer la obra de Dios a la manera de Dios. ¿Qué tiene que decir la Escritura acerca de las tres grandes tensiones que Edimburgo está tratando de resolver?

¿Evangelismo Cocoperativo?

Aunque no sobre el tema de la evangelización aun podemos aprender un principio de un relato hacia los exiliados judíos que regresaban en el libro de Esdras:

“Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.” (Esdras 4:1 -3).

Francamente, no tenemos nada en común con los que predican otro evangelio. Los intentos de unidad ecuménica con los que rechazan las doctrinas cardinales de la fe no hacen nada para cumplir la Gran Comisión, sino van millas inculcando compromiso en el pueblo de Dios. Las Conferencias Grandes ecuménicas de la variedad de Edimburgo tienen la apariencia de hacer grandes cosas para Dios, pero sirven más para debilitar a la iglesia que el hacer discípulos a las naciones.

La naturaleza de la autoridad bíblica y la importancia de la teología evangélica.

Si bien se da servicio de labios a la Escritura y a la teología, sólo Ciudad del Cabo se ha adherido a una declaración de fe y que está seriamente comprometida por todo, desde algunos de sus exponentes plenarios de sus organizadores a sus delegados invitados. Es imposible ver como creíble una adhesión a la autoridad de las Escrituras y la importancia de la teología, cuando no hay acuerdo amplio sobre el significado del evangelio, la inspiración de la Biblia y aun las doctrinas más básicas y no negociables de la fe.

Las preocupaciones Socio-políticas en relación con la misión de la iglesia.

Recientemente todas las ramas de la cristiandad se han puesto a la par de los llamados Mandato Cultural con la Gran Comisión. El Mandato de la Cultura lleva a la implicación de que como guardianes de la tierra, la humanidad, incluidos los cristianos, han sido autorizados por Dios para resolver los problemas socio-políticos que enfrenta el mundo. Con esta presuposición la iglesia evangélica está viendo cada vez más el Evangelio como con dos frentes - proclamar la buena nueva de la redención en Cristo y la buena noticia de que trabajando juntos podemos resolver las injusticias prevalentes en todo el mundo. Sin negación de nuestro papel como mayordomos de la creación de Dios, el Mandato de la Cultura (una vez conocido como el evangelio social) confunde la misión confiada a nosotros por Cristo y diluye los recursos para hacer lo que sólo la iglesia ha sido llamada a hacer - decirle a la gente cómo puede ser reconciliada con Dios por medio de Jesucristo.

Al igual que  Edimburgo 1910, las múltiples conferencias en honor a su centenario tienen el potencial de afectar con fuerza a la iglesia de Cristo en general, y las misiones, en particular, en los próximos años. Será de gran importancia para los líderes cristianos prestar atención a lo que finalmente se levantara de Edimburgo 2010 para que puedan interactuar inteligentemente con las declaraciones, documentos y posiciones que serán inminentes.


[1] www.gbgm-umc.org/global_news/full_article.cfm?articleid=5620

[2] David J. Hesselgrave, “Will We Correct the Edinburgh Error? Future Mission in Historical Perspective” Southwestern Journal of Theology , Vol. 49 #2, Spring 2007, p. 122.

[3] Ibid. p. 123.

[4] Ibid. pp. 124-126.

[5] www.edinburgh2010.org/en/about-edinburgh-2010.html

[6] Ibid.

[7] Ibíd.

[8] www.edinburgh2010.org/en/events/other2010projects.html

[9] Ibíd.

[10] Ibid.

[11] www.edinburgh2010.org/en/about-edinburgh-2010/governance/general-council.html

[12] www.edinburgh2010.org/en/events/other2010projects.html

[13] www.bu.edu/cgcm/2010-celebrationsw/tokyo-2010/

[14] http://en.wikipedia.org/wiki/David_Yonggi_Cho

[15] www.orthodoxherald.com/2010/02/03/wcc-edinburgh-2010-conference-in-june/

[16] www.lausanne.org/news-releases/speakers-named-for-cape-town-2010.html.

[17] www.bu.edu/cgcm/2010-celebrations/cape-town-2010/.

[18] www.bu.edu/cgcm/2010-celebrations/2010-boston/ .

[19] www.gbgm-umc.org/global_news/full_article.cfm?articleid=5620 .

[20] www.bu.edu/cgcm/2010-celebrations/united-methodist-church/ .

[21] www.bu.edu/cgcm/2010-celbrations/ .

[22] www.gbgm-umc.org/global_news/full_article.cfm?articleid=5620.

[23] www.edinburgh2010.org/en/study-themes .

[24] www.lausanne.org/cape-town-2010/faq-programme .

[25] www.2010boston.org/about .

[26] www.2010boston.org/antioch-agenda .

[27] Hesselgrave, pp. [27] Hesselgrave, pp. 129-134. 129-134.

[28] Ibid., p. 129.

[29] Ibid., p. 131.

[30] Ibid., p. 132.

[31] Ibid., p. 131.

[32] Brian McLaren, A Generous Orthodoxy ( Grand Rapids: Zondervan, 2004), p. 105. 105.

[33] Hesselgrave, 136.