miércoles, agosto 06, 2014

¿Cuál es la Prioridad del Ministerio más Común que un Pastor Descuida?

clip_image002¿Cuál es la Prioridad del Ministerio más Común que un Pastor Descuida?

Por Brian Croft

Cuando me convertí en pastor principal, transición de un papel de asociado en otra iglesia, mi vida y ministerio se convirtió de repente muy ocupada – más ocupada de lo que habían sido antes. Yo sabía, sin lugar a dudas, lo que estaba llamado a hacer. Yo sabía lo que debería estar haciendo. Sin embargo, semana tras semana, vi las cosas que se suponía debía estar haciendo salirse fuera de mi horario porque había demandas urgentes en mi tiempo. Por encima de todo, una tarea que parecía que reducirse más era la oración. Y no creo que estoy solo en esto. Más que cualquier otro aspecto del llamado de un pastor, la oración es la más difícil de mantener. La oración requiere tiempo. Y la oración es por lo general más fructífera cuando se hace en un lugar tranquilo, sin interrupción ni distracción constante. Por desgracia, la oración no exige su atención. En medio de personas queriendo de su tiempo y tareas urgentes para completar, pasar tiempo en la oración es fácil de descuidar.

Un pastor sabe que él estará predicando cada seis días, independientemente de lo ocupado que este. El sermón debe hacerse, y así el tiempo está reservada para tal. Y hay gente enferma en el hospital, y su sufrimiento se sienta en su conciencia de modo que incluso si usted está ocupado finalmente va a hacer el tiempo para ir. Los funerales suceden así y un pastor está a merced de los planes de esa casa de la familia y el funeral. Reuniones de Pastores y diáconos se planean de antemano, y éstas se convierten en prioridades por defecto en la lista de un pastor. Además, otras personas están dependiendo de él para estar allí y dirigir. Pero nada de esto es cierto con la oración. La oración puede sentarse en su conciencia, pero no está en las quejas. Permanece en la lista de tareas para el día, pero aquellos por los que no se ora no son conscientes de que están olvidados. Mientras otras demandas roban nuestra atención, la oración es llevada a un segundo plano. Muchos pastores, incluidos yo mismo, irán semana tras semana hasta que esa voz suave pero necesaria que nos llama a detenernos y orar con el tiempo simplemente se desvanece Si pasa el tiempo suficiente, la voz de la convicción y el deseo se irá. Cuando eso sucede, la oración queda relegada fuera de nuestra vida. Irónicamente, un pastor puede ser tan ocupado cuidando a su pueblo que él nunca hace tiempo para detenerse y orar por ellos.

Pastores, yo sé que su horario está ocupado. Soy consciente de las grandes demandas de su tiempo que presionan en su conciencia. Pero, no te olvides de orar por tu pueblo esta semana. Ore con su pueblo. Aparte el tiempo necesario en un lugar tranquilo y clame a Dios por su pueblo. Haga que los otros asuntos pastorales esperen. Es seguro decir que es menos importante que la oración.

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