jueves, octubre 08, 2015

El Dilema del Aborto: ¿Cuándo debemos considerar a un bebe no nacido como una persona?

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El Dilema del Aborto: ¿Cuándo debemos considerar a un bebe no nacido como una persona?

Por Michael Grisanti

 

Desde un punto de vista bíblico, ¿cuándo debemos considerar a un bebe no nacido como una persona?

Aunque los que están a favor del aborto argumentan que el derecho a ser considerado como una persona no comienza hasta el momento del nacimiento, la Biblia no reconoce ninguna diferencia esencial entre un niño en el vientre de su madre y un niño que ha nacido. En otras palabras, la Escritura se refiere a todo individuo como persona a partir del momento de su concepción. Consecuentemente, nosotros deberíamos hacer lo mismo.

LA ESCRITURA DEMUESTRA QUE UN BEBE ES CONSIDERADO COMO UNA PERSONA DESDE EL MOMENTO DE SU CONCEPCIÓN

Cinco ejemplos bíblicos que demuestran este punto:

1. Caín

Según Génesis 4:1, “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.” Este pasaje ve la vida de Caín como una continuidad, comenzando su historia personal en el momento de su concepción, no sólo en su nacimiento. Eva no hace ninguna distinción entre su concepción, su nacimiento y el resto de su vida. Ella se refiere a la concepción y a la vida como parte de la obra de Dios.

2. Job

Job afirma: “Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido. (Job 3:3). Para Job, su vida se había convertido en una carga insoportable. Mientras que Job se lamenta su propia existencia, conecta su nacimiento y su concepción como elementos paralelos en una unidad poética. Tanto su concepción en el vientre de su madre como su nacimiento del vientre de su madre forman parte integral de su existencia como persona.

3. David

El ejemplo de David es aún más explícito. En el Salmo 139, David habla acerca de cómo Dios lo moldeó cuidadosamente aún cuando todavía estaba en el vientre de su madre:

“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (versículos 13-16).

David se regocija por el cuidado vigilante de Jehová sobre él, tanto durante su vida como cuando estuvo en el vientre de su madre. El versículo 13 demuestra cómo es que Dios tenía cuidad sobre David aún en el vientre de su madre, y los versículos 14 y 15 destacan que David fue el producto de la obra creadora de Dios en el vientre de su madre.

En otro salmo, en el Salmo 51:5, David reconoce que él era pecador desde el momento de su concepción: “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.” Al reflexionar sobre el pecado en su corazón, David reconoce que el pecado de su corazón no es algo reciente sino que se remonta hasta el momento de su concepción en el vientre de su madre. Debemos notar que no solamente tal estado moral puede atribuirse únicamente a una persona, sino que también el salmista vincula el momento de su nacimiento con el de su concepción.

4. Jeremías

Dios afirmó lo siguiente acerca del profeta Jeremías: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). Dios “conoció” a Jeremías incluso antes de que fuera concebido, lo que indica que Jeremías era una persona antes de que naciera. Por otra parte, Dios “santificó” Jeremías y “lo dio” por profeta cuando aún estaba en el vientre de su madre.

5. Juan el Bautista

Por último, la Biblia narra que Juan el Bautista reaccionó como una persona cuando aún estaba en el vientre de Elisabet, su madre (en el sexto mes de embarazo). Según Lucas 1:44, Elisabet le dijo a María: “Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.” Cuando María entró en la habitación para ver a su prima Elisabet, su prima exclamó que su hijo no nacido saltó de gozo en su vientre. Tales emociones sólo pueden ser atribuidas a una persona.

Como demuestran estos ejemplos, la Escritura demuestra que un bebe es considerado como una persona desde el momento de su concepción. La Biblia también enseña que Dios mismo es el que forma el feto y organiza el proceso natural que produce el milagro de la vida (cp. Job 31:15; Salmos 119:73; Eclesiastés 11:5), lo que sugiere que Dios, en su providencia, guía durante todo el período de gestación de un feto.

Un estudio de los datos bíblicos demuestra la veracidad de las conclusiones de Dr. Ronald B. Allen:

La Biblia nunca habla de la vida de un feto como mera actividad química, crecimiento celular o fuerza vaga. Más bien, [la Biblia] describe con lenguaje pictórico cómo la actividad personal de Dios diseña, forma, moldea y entrelaza el feto en el vientre de la madre (en lugares como el Salmo 139). Es decir, de la misma manera en que Dios formó a Adán del polvo de la tierra, así también él está involucrado activamente en la formación del feto en el vientre (In Celebrating Love of Life, 6)

Estas observaciones no sólo magnifican la maravilla de la vida en el vientre de la madre, sino que también subrayan el siguiente hecho ineludible: la posición pro-aborto va en contra de la Escritura.

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Dr. Michael Grisanti es profesor del Antiguo Testamento y director de TMS Israel Study Trip en The Master’s Seminary. Además de haber escrito y contribuido a diversos libros, comentarios y diccionarios bíblicos y teológicos, Dr. Grisanti continúa estando involucrado en las misiones y el evangelismo alrededor del mundo. Él y su familia viven en California.

Publicado originalmente en ingles aquí, y español aquí.

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