lunes, mayo 11, 2015

Una Marca Segura de Madurez Cristiana

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Una Marca Segura de Madurez Cristiana

Por Tim Challies

Supongo que todos sabemos que como cristianos estamos destinados a crecer, a madurar. Comenzamos como infantes en la fe y en necesidad de desarrollarnos en adultos. Los escritores del Nuevo Testamento insisten en que todos debemos hacer esta transición de la leche a la carne, de la mesa de los niños a la fiesta de la persona adulta. Y sin embargo, a pesar de que somos conscientes de que tenemos que ir a través de este proceso de maduración, muchos de nosotros somos propensos a medir la madurez en los caminos equivocados. Somos fácilmente engañados. Esto es especialmente cierto, creo, en una tradición como la reformada que (correctamente) pone un fuerte énfasis en el aprendizaje y en los hechos de la fe.

Cuando Pablo escribe a Timoteo, él habla con él acerca de la naturaleza y el propósito de la Biblia y dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).. Esa palabra completa está relacionada con la madurez. Pablo dice que Timoteo, y por extensión, usted y yo y todos nosotros, estamos incompletos, inacabados, e inmaduro. La Biblia es el medio que Dios usa para completarnos, para terminarnos, para llevarnos a la madurez.

Pero, ¿qué significa ser un cristiano maduro? Creo que tendemos a creer que los cristianos maduros son los que conocen un montón de hechos sobre la Biblia. Los cristianos maduros son los que conocen de “pe a pa” su teología. Pero mire lo que Pablo dice: "que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." Pablo no dice, "que el hombre de Dios sea perfecto, conociendo los libros de la Biblia en orden inverso", o "Para que el hombre de Dios sea perfecto, capaz de explicar y definir el supralapsarianismo contra infralapsarianismo." No dice, "que el hombre de Dios sea perfecto, capaz de proporcionar un esquema estructural de cada una de las epístolas de Pablo." Todas estas cosas son buenas, pero no son el énfasis de Pablo. Pueden ser señales de madurez, pero también pueden ser máscaras que encubren inmadurez.

Cuando Pablo habla de la terminación y la madurez, señala a las acciones, a los hechos, a "toda buena obra." La Biblia tiene el poder para madurarnos, y mientras nos comprometemos a su lectura, comprensión y obediencia, crecemos necesariamente en la fe. Esa madurez se muestra en las buenas obras que hacemos más que en el conocimiento que recitamos. Y esto es exactamente lo que Dios quiere para nosotros, él quiere que seamos maduros y maduros que hacen el bien, quienes se deleitan en hacer el bien a los demás. Este énfasis en las buenas obras es un tema importante en el Nuevo Testamento (ver Efesios 2:10, Tito 2:14, etc) y la razón misma por la que Dios nos salvó.

Esto quiere decir que la madurez espiritual se muestra mejor en los actos que en hechos. Usted puede saber todo lo que hay que saber acerca de la teología, usted puede ser una teología sistemática andante, puede pasar un curso de por vida entrenando a otros en el seminario, y aún así ser desesperadamente inmaduro. Usted seguirá siendo inmaduro si ese conocimiento que usted acumula no le motiva a hacer el bien a los demás. Los cristianos maduros son los que glorifican a Dios al hacer el bien a los demás, que externalizan sus conocimientos en las buenas obras.

Por supuesto hechos y actos no son totalmente sin relación, así que esto no es un llamado a volverse flojo en la lectura, el estudio y la comprensión de la Biblia. ¡De ningún modo! Cuanto más se sabe de la Biblia más se puede enseñar, reprender, corregir y entrenar, y de esa manera dar forma a sus acciones y hacer que usted haga las mejores obras de la mejor manera por la mejor razón. Más conocimiento de Dios a través de su Palabra debe conducir a una mayor y mejor servicio a los demás.

Pero en el análisis final, Cristo vivió y murió para que poder “purificar para si un pueblo para posesion suya, celoso de buenas obras." (Tito 2:14). El conocimiento de Dios y su Palabra es bueno. El conocimiento de Dios y de su Palabra que fluye por sí solo en hacer lo que beneficia a los demás — no hay nada que glorifique a Dios más que eso.

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