jueves, mayo 16, 2013

¿Fue María sin pecado?

clip_image002¿Fue María sin pecado?

Por Jason Hauser

Muchos están familiarizados con el famoso anuncio del ángel Gabriel a la virgen María que ella daría a luz al Salvador del mundo (Lucas 1:26-38). Roma enseña que la descripción de Gabriel a María como “llena de gracia” (Reims Duay) o “favorecida” debe significar que estaba tan lleno de gracia y del favor de Dios que fue inmaculadamente concebida sin pecado y vivió una vida sin pecado ( Lucas 1:28). Esto es mucho de leer en una sola palabra griega.

Roma también enseña que puesto que Jesús es el nuevo Adán (Rom. 5:14;. 1 Cor 15:45), Su madre, María, ha de ser la nueva Eva. El salto aquí es grande y lleva por un camino peligroso. En 1 Corintios 15:45-47, vemos que puesto que Cristo supero la muerte que provino por Adán, Él tenía que ser dador de vida y celestial. Hacer de María, la “nueva Eva” es elevar su estatus al de Cristo. Esta es la razón de porque María es a menudo exaltada como si ella fuese la cuarta persona de la trinidad en el catolicismo romano. La María católica es vista como jugando un papel clave en la salvación, que tiene atributos divinos, y es digna de la oración y la adoración.

Es útil observar la palabra griega clave en mano en Lucas 1:28, "kecharitomene" (κεχαριτωμένη) traducido como “llena de gracia / favor.” Esta forma verbal sólo se encuentra dos veces en el Nuevo Testamento. La segunda instancia está en Efesios 1:6. Si la interpretación de Roma de este verbo es exacta entonces veríamos un significado y uso en Efesios similar. En Efesios 1:6 leemos: “para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual Él no ha bendecido / otorgado en el Amado.” El contexto aquí son los creyentes quienes han sido bendecidos / conferido / favorecidos según el propósito de la voluntad de Dios (Efesios 1:5) para que la redención por la sangre de Cristo y el perdón de pecados según las riquezas de la gracia de Dios (Ef. 1: 7). Si la interpretación católica de "kecharitomene" es consistente, se debe concluir que los creyentes, al igual que María, son sin pecado. La interpretación más plausible y coherente es que todos están a la altura de su pecado (Rom. 3:23), incluyendo a María, pero en Cristo, todos comparten la misma gracia de Dios. La exaltación católica de María es simple idolatría. Los católicos deben arrepentirse de atribuir a María atributos divinos y un papel en la salvación. Incluso María testificó de su relación con Dios como Su esclava (δούλη, Lucas 1:38,48), quien estaba agradecida de su Salvador (Lucas 1:47).

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