viernes, octubre 19, 2012

Nuestro Llamado: ¿Cómo Podemos Saber que es Auténtico?

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Nuestro Llamado: ¿Cómo podemos saber que es auténtico?

Por Curtis C. Thomas

Cualquiera que sea el “llamado” que un hombre puede pretender tener, si no ha sido llamado a la santidad, ciertamente, no ha sido llamado al ministerio. —CHARLES H. SPURGEON

El llamado al ministerio ha sido descrito de muchas maneras. Algunos dicen que han recibido una revelación directa de Dios diciéndoles audiblemente que Él los ha escogido para su obra especial. Otros describen su llamado como llegando a ellos en un sueño o una experiencia mística. Otro dirá que Dios en realidad se le apareció en una visión para llamarlo al ministerio. Algunos predicadores dicen que su llamado era una compulsión abrumadora para convertirse en un pastor, o la sensación de que no encajaba en cualquier otra profesión y por lo tanto no podía encontrar la felicidad hasta que “se entregó al ministerio.”

Así, uno puede ver cómo el público en general estaría muy confundido por lo que se ha denominado “ el llamado al ministerio.”

Veamos por un momento en las Escrituras. Primera de Timoteo 3:1 dice que el anciano (pastor) debe desear o anhelar el oficio. Primera de Timoteo 5:22 dice que hay que “No impongas con ligereza las manos a ninguno”, lo que significa que debemos tener cuidado a quien reconocemos como candidatos al ministerio. Primera Timoteo 3:1-7, Tito 1:5-9 y 1 Pedro 5:1-4 nos enseña que para ocupar el cargo, la persona debe ser calificada por ciertas características morales. En el pasaje de 1 Pedro, la persona debe ser un ejemplo para el rebaño. Primera Timoteo 4:9-16 nos dice que la “vida y doctrina” del pastor debe ser sana. Para ello es necesario que la iglesia haga una evaluación de los hombres que pretendan el oficio. Y 1 Timoteo 5:17-21 nos da instrucciones sobre cómo corregir un anciano que peca y, en consecuencia, no está a la altura del oficio.

Así que, para resumir: El concepto bíblico de un “llamado al ministerio” no incluye una visión, una revelación especial o una experiencia mística. Más bien, se trata de factores tales como: (l) ¿Dese ese hombre el trabajo? (2) ¿Está calificado bíblicamente? (3) ¿Posee los dones necesarios para cumplir las funciones? (4) ¿los ancianos y la iglesia piensan que él es dotado y capacitado moralmente? (5) ¿Son sanas su vida y doctrina? (6) ¿Vive como un ejemplo ante el rebaño?

Es cierto que en el Antiguo Testamento y en el primer siglo del cristianismo, Dios intervino directamente y llamó a hombres al ministerio. Pero hoy Su revelación ha sido completada por el Nuevo Testamento, y es nuestra guía confiable. Por lo tanto, una iglesia local debe ser capaz de llevar la Palabra de Dios y ayudar al candidato a evaluar si ha sido o no llamado para el ministerio del evangelio.

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