domingo, marzo 12, 2017

En Pos de la Santidad

ESJ-2017 0312-001

En Pos de la Santidad

Por Jerry bridges

Un granjero ara su campo, siembra la semilla, fertiliza y cultiva, sabiendo que en el análisis final es totalmente dependiente de fuerzas fuera de sí mismo. Él sabe que no puede hacer que la semilla germine, ni puede producir la lluvia y el sol para cultivar y cosechar la cosecha. Para una cosecha exitosa, él depende de estas cosas de Dios.

Sin embargo, el agricultor sabe que a menos que él diligentemente cumpla sus responsabilidades de arar, plantar, fertilizar y cultivar, no puede esperar una cosecha al final de la temporada. En cierto sentido, él está en una asociación con Dios, y él cosechará sus beneficios sólo cuando haya cumplido con sus propias responsabilidades.

La agricultura es un trabajo en conjunto entre Dios y el agricultor. El granjero no puede hacer lo que Dios debe hacer, y Dios no hará lo que el granjero debe hacer.

Podemos decir con la misma precisión que la búsqueda de la santidad es un trabajo en conjunto entre Dios y el cristiano. Nadie puede alcanzar un grado de santidad sin que Dios trabaje en su vida, pero con la misma seguridad nadie lo alcanzará sin esfuerzo de su parte. Dios ha hecho posible que caminemos en santidad. Pero Él nos ha dado la responsabilidad de hacer el caminar; Él no hace eso por nosotros.

Los cristianos disfrutamos mucho hablando acerca de la provisión de Dios, cómo Cristo derrotó al pecado en la cruz y nos dio Su Espíritu Santo para darnos poder a la victoria sobre el pecado. Pero no hablamos tan fácilmente de nuestra propia responsabilidad de caminar en santidad. Dos razones principales pueden ser dadas para esto.

En primer lugar, simplemente somos renuentes a asumir nuestra responsabilidad. Preferimos dejar eso a Dios. Oramos por la victoria cuando sabemos que debemos actuar en obediencia.

La segunda razón es que no entendemos la distinción apropiada entre la provisión de Dios y nuestra propia responsabilidad por la santidad. Durante varios años luché por la pregunta: "¿Qué debo hacer yo mismo, y qué debo confiar en que Dios haga?" Sólo cuando llegué a ver lo que la Biblia enseña sobre esta cuestión y luego me enfrenté a mi propia responsabilidad, vi algún progreso en la "búsqueda de la santidad".

El título de este libro proviene del mandamiento bíblico: "Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12:14). La palabra buscad sugiere dos pensamientos: primero, que la diligencia y el esfuerzo son necesarios; y segundo, que es una tarea de por vida. Estos dos pensamientos forman un tema dual a lo largo de este libro. Al tratar de exponer con claridad y precisión la provisión de Dios para nuestra santidad, he enfatizado deliberadamente nuestra responsabilidad, creyendo que este es un énfasis muy necesario entre los cristianos de hoy. Al mismo tiempo, he buscado enfatizar que la santidad es un proceso, algo que nunca alcanzamos completamente en esta vida. Más bien, cuando comenzamos a conformarnos con la voluntad de Dios en un área de la vida, nos revela nuestra necesidad en otra área. Es por eso que siempre estaremos buscando - en lugar de alcanzar - la santidad en esta vida.

Además de mi propio estudio bíblico personal sobre el tema de la santidad, he sacado mucho provecho de los escritos de los puritanos -y de los que siguieron en su escuela de pensamiento- sobre el tema de la santidad. En numerosas ocasiones he citado directamente de ellos y lo he indicado en las notas a pie de página apropiadas. En otros casos, su fraseología se ha adentrado en mi propia forma de expresión. Esto es particularmente cierto de los escritos de John Owen y del Dr. D. Martyn Lloyd-Jones de Londres, cuyos escritos sobre este tema han sido de invaluable bendición personal.

No profeso saber todo sobre este tema, ni puedo afirmar todo ese progreso personal. Muchas veces, mientras escribía este libro, he tenido que hacer primero la aplicación a mi propia vida. Pero lo que he descubierto ha sido de invaluable ayuda para mí en mi propia búsqueda de la santidad, y confío en que será de ayuda para todos los que la lean.

Para explorar más plenamente los principios bíblicos de santidad, que he estudiado al escribir este libro, animo al lector a trabajar a través de un estudio bíblico sobre la búsqueda de la santidad, que es publicado por NavPress como un compañero de este libro.

Por último, quiero expresar mi agradecimiento a la Sra. Peggy Sharp y la Srta. Linda Dicks, que pacientemente escribió y volvió a escribir los diversos borradores del manuscrito.


1. La santidad es para ti

Romanos 6:14

2. La Santidad de Dios

1 Pedro 1: 15-16

3. La santidad no es una opción

Hebreos 12:14

4. La Santidad de Cristo

2 Corintios 5:21

5. Un Cambio de Reinos

Romanos 6: 6-7

6. La batalla por la santidad

Romanos 7:21

7. Ayuda en la batalla diaria

Romanos 6:11

8. Obediencia -No victoria

Romanos 8:13

9. Haciendo morir el pecado

Colosenses 3: 5

10. El Lugar de la Disciplina Personal

1 Timoteo 4: 7

11. Santidad en el Cuerpo

1 Corintios 9:27

12. Santidad en el Espíritu

2 Corintios 7: 1

13. Santidad y nuestras voluntades

Filipenses 2:13

14. Hábitos de Santidad

Romanos 6:19

15. Santidad y Fe

Hebreos 11: 8

16. Santidad en un mundo impío

Juan 17:15

17. El Gozo de la Santidad

Romanos 14:17

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