jueves, abril 23, 2009

Cómo Hacer Morir el Pecado en Su Vida (3ª Parte)

Cómo Hacer Morir el Pecado en Su Vida (3ª Parte)

Jueves, Abril 23, 2009

(Por John MacArthur)

Este artículo concluye nuestra serie sobre Como Hacer Morir el Pecado en Su Vida. Los puntos de 1 al 4 sobre esta serie fueron mencionados el martes y miércoles. Hoy llegaremos a una conclusión considerando un quinto y último paso.

5. Cultive Obediencia.

El quinto, una vida que hace morir a la carne debe fijar un curso de obediencia. Pablo dijo: “no he logrado,” amo esto, “pero,” él dijo, “prosigo a la meta” (cf. Fil. 3:14). Él aún no había alcanzado la meta pero estaba en el camino. ¿En qué camino estaba él? El camino de la obediencia.

Asimismo, Pedro dijo que nuestras vidas deberían ser caracterizadas por la obediencia a la verdad (1 Ped. 1:22). Debemos andar por un camino de obediencia. Si queremos involucrarnos en una batalla verdadera con el pecado, debemos fijar nuestro rumbo, día a día, momento a momento, un paso a la vez, a un camino de obediencia.

Al principio parece duro y el progreso parece lento, pero permanezca en ello y eventualmente usted se volverá habitualmente obediente. Si usted se detiene en el camino que Dios ha diseñado en Su Palabra, ese camino le llevará a crecer en la gracia, a renovar el hombre interior día a día, y usted se ejercitará en la piedad.

Mientras tanto, ¿cómo podemos evaluar nuestro progreso? ¿Qué inventario podemos tomar al examina nuestras vidas, para ver si estas cosas son ciertas en nosotros? Simplemente hágase usted mismo algunas preguntas simples.

¿Cómo es mi celo hacia Dios? ¿Está mi corazón frío hacia Dios? ¿Me ha hecho el pecado indiferente a los tiempos de comunión con El? ¿Tengo poco o ningún interés en Su presencia? ¿En la gloria de Su nombre? ¿Estoy contendiendo seriamente por la fe? ¿Vivo para defender la verdad? ¿Para vivirla? ¿Para proclamarla? ¿En qué nivel esta mi celo?

¿Amo Su Palabra? ¿Me siento atraído hacia la Palabra? ¿Me encuentro metido en las cosas profundas de la Palabra? ¿Ama usted el tiempo de oración? ¿Ama usted el lugar de la confesión? ¿Entra ansiosamente a donde usted puede confesar su pecado y le puede pedir a Dios que haga el proceso auto-examen mediante la luz del Espíritu Santo, a fin de que cada cosa sucia pueda ser sacada a la luz? ¿Busca usted eso? ¿Se deleita usted en la adoración? ¿Eso valioso para usted pasar el Día del Señor en la iglesia? ¿Es el deleite más alto de su alma el cantar Su alabanza y conocerle mejor, para que usted le pueda ofrecerle honor?” O usted dice junto con los judíos del día de Malaquías: “¡Oh que fastidio es esto!”

Pregúntese usted esto: “Es usted sensible al pecado en la iglesia? ¿Es usted sensible al pecado en el mundo? ¿Le quebranta su corazón cuando usted ve el pecado alrededor suyo en cualquier lugar? ¿Y En su propia vida?”

Usted verá, esos son simplemente principios básicos que le he dado antes, simplemente vuelvo a las preguntas del auto-examen. La victoria espiritual está allí si usted reconoce que usted no está bajo obligación alguna de pecar. Si usted reconoce que el Espíritu de Dios ya le ha doblegado hacia la vida, y que El ya está haciendo morir el pecado en su vida, y el poder para hacerlo morir está allí.

Yo no se usted pero yo quiero tener una vida de virtud. Quiero tener una vida de gozo. Quiero tener una vida de paz, y quiero tener una vida de provecho para Dios, y éste es el camino para esa vida. Que Dios le de la fuerza para guiarlo; y a través de su andar, pueda Dios traer gloria a Su nombre. Después de todo, ese es el propósito de todo.

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