jueves, septiembre 03, 2015

Sobre la Salvación

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Sobre la Salvación

2 Corintios 10: 4; Gálatas 1: 7; 1 Juan 2: 3

Por Jeremiah Johnson

. Esta semana estamos poniendo en práctica algunos de los principios que cubrimos en la serie Siendo uno de Berea comparando La Vida cn Propósito y Esclavo, dos libros que hablan de aspectos clave en la vida cristiana. Ya hemos visto lo que cada uno tiene que decir sobre el tema de la identidad; hoy estamos considerando lo que cada uno enseña acerca de la salvación.

“La verdadera vida comienza cuando se entrega completamente a Jesucristo. Si no está seguro que ha hecho esto, todo lo que necesita hacer es recibir y creer..” [1] Rick Warren, The Purpose-Driven Life , (Grand Rapids: Zondervan, 2002) 58.

Así comienza llamado al altar de Rick Warren a sus lectores en La Vida Con Propósito. El libro se divide en cuarenta lecturas diarias, y la exhortación anterior viene cerca del final del día 7. Antes de eso, el periódicamente toca sobre la cuestión del destino eterno del lector.

Mientras que la vida en la tierra ofrece muchas opciones, la eternidad sólo nos ofrece dos: el cielo o el infierno. Su relación con Dios en la tierra determinará su relación con El en la eternidad. Si aprende a amar y a confiar en Jesús, el Hijo de Dios, será invitado a pasar el resto de la eternidad con El. Por otro lado, si rechaza su amor, su perdón y su salvación se pasará la eternidad separado de Dios para siempre. [2] The Purpose-Driven Life , 37.

Warren tiene razón en que el cielo y el infierno son las únicas opciones eternas que esperan a sus lectores. Sin embargo, el lenguaje y las imágenes que utiliza difuminan tanto el peso de esos eternos destinos, así como los medios para llegar allí. ¿Qué significa "amar y confiar en el Hijo de Dios"? No hay una indicación clara en el contexto, y la mayoría del resto del libro se reduce la vida de fe a la noción vaga de "la amistad con Jesús." El resultado es que los lectores desinformados confunden la obra transformadora de la salvación y la santificación tan poco más que un acto ocasional de la voluntad personal.

La descripción de Warren del juicio de Dios es otro caso en el que su falta de profundidad y precisión teológica lleva al lector a una comprensión pobre de la verdad importante.

Un día estará frente a Dios y El hará una auditoría de su vida, un examen final, antes de que entre a la eternidad.. . . . . . . Dichosamente, Dios quiere que pase este examen, por eso es que nos ha dado las preguntas por adelantado. De la Biblia podemos inferir que Dios nos hará dos preguntas cruciales:

Primero, "¿Qué hiciste con mi Hijo, Jesucristo?” Dios no le preguntará acerca de su pasado religioso o sus puntos de vista doctrinales. La única cosa que importará es ¿Aceptó lo que Jesús hizo por usted y aprendió a amarlo y a confiar en él? [3] The Purpose-Driven Life , 34.

Eso crea una buena imagen mental, pero es una simplificación excesiva lamentable del juicio, la justificación y la regeneración. Además de eso, Warren elude hábilmente los temas del pecado y la depravación humana, dejando al lector con una invitación centrada en el hombre que socava abiertamente la importancia de la claridad y pureza doctrinal.

¿Y qué de su llamado a "recibir y creer"? Sufre de la misma clase de simplificación centrada en el hombre.

Primero, crea. Crea que Dios lo ama y lo hizo para Sus propósitos. Crea que usted no es un accidente. Crea que fue hecho para existir para siempre. Crea que Dios lo ha escogido para que tenga una relación con Jesús, quien murió en la cruz por usted. Crea que sea lo que sea que haya hecho, Dios quiere perdonarlo.

Segundo, reciba. Reciba a Jesús en su vida como su Señor y Salvador. Reciba Su perdón por sus pecados. Reciba Su Espíritu, quien le dará el poder para cumplir el propósito de su vida. La Biblia dice: “El que acepta y confía en el Hijo ¡entra a todo, a la vida completa y eterna!” [Juan 3:36, citado de El Mensaje] Dondequiera que sea que esté leyendo esto, lo invito a que baje su cabeza y que quietamente susurre la oración que cambiará su eternidad: "Jesús, creo en ti y te recibo." Hágalo.

Si oró con sinceridad esa oración, ¡felicidades! ¡Bienvenido a la familia de Dios! Ahora está listo para descubrir y empezar a vivir el propósito de Dios para su vida. [4] The Purpose-Driven Life , 58-59.

Una vez más, no hay nada abiertamente herético o no bíblico sobre lo que Warren ha escrito. La mayoría de los cristianos podían leer casualmente eso y no tener objeciones a nada de lo que Warren ha dicho. El problema es lo que no dice. Con un poco de observación más cuidadosa, descubrimos que varios detalles vitales y fundamentales de verdades del Evangelio han sido completamente omitidos.

Por ejemplo, el dice correctamente que cada uno de nosotros tiene que recibir el perdón por nuestros pecados. Pero no hay más aclaraciones –en cambio, se salta a lo que el Espíritu puede hacer por usted. No hay una explicación de la ley de Dios o de cómo el hombre es incapaz de cumplirla en su depravación.. No hay discusión de la justicia de Cristo y cómo Él expía nuestros pecados a través de Su muerte sustitutiva. Y no hay ninguna indicación de que es la fe salvadora genuina – nada acerca de su naturaleza o de su fruto en la vida del creyente. Y no se pierda la omisión más flagrante de todo: nada acerca de la necesidad de arrepentimiento. Warren casualmente reduce todo a recibir y creer.

Al esquivar y excluir tantas doctrinas vitales, Warren deja a sus lectores con una "presentación del evangelio" que es mucho más vien afirma sus estilos de vida actuales que quebrantar su corazón sobre su pecado y exponer su verdadera necesidad de un Salvador.

En su libro Esclavo, John MacArthur advierte contra ese tipo de ingenuidad y simplificación teológica, y la forma en que distorsiona el verdadero evangelio de Cristo.

El verdadero cristianismo no se trata de añadir a Jesús a mi vida. En cambio, se trata de dedicarme por completo a Él –someterme totalmente a Su voluntad y buscar agradar a Dios sobre todas las cosas. Exige morir a uno mismo y seguir al Maestro, no importa lo que cueste. En otras palabras, ser cristiano es ser esclavo de Cristo [5] John MacArthur, Slave , (Nashville: Thomas Nelson, 2010) 22.

“Morir a uno mismo" es una noción totalmente extraña al evangelio de Warren. No hay pista sobre la obra transformadora de Dios en la sencillez de "recibir y creer". De hecho, Warren trata a la fe como poco más que un accesorio o condimento que se agrega a su vida para acentuar, enaltecer, y realizar.

Eso es un agudo contraste con la transformación radical y reorientación que John MacArthur describe. En lugar de restar importancia a los aspectos de la verdad del Evangelio, que no apelan a las mentes carnales, John enfatiza la sumisión a Cristo como la característica definitiva de la fe verdadera.

La sumisión al señorío de Cristo, una actitud del corazón que por sí misma se desarrolla en obediencia a Él, es la marca que define a aquellos convertidos genuinamente. Primera de Juan 2: 3 es explícito al respecto: “En esto sabemos que hemos llegado a conocerle, si guardamos sus mandamientos.” [6] Slave , 46-47.

De hecho, se deja en claro que cualquier evangelio que esquiva el señorío de Cristo no e el evangelio.

Asombrosamente, a pesar de la clara enseñanza de la Escritura y del testimonio fiel de la historia de la iglesia protestante, muchas de las tendencias del «evangelicalismo» contemporáneo realmente atacan el Señorío de Cristo sobre Su iglesia. Algunos de estos ataques son patentes y teológicos, como la posición no-señorío del denominado movimiento Gracia Libre. . . . . . . El movimiento Gracia Libre tergiversa el mensaje del evangelio, afirmando que ni el arrepentimiento de pecados ni la sumisión a Cristo tienen lugar alguno en la fe salvadora. Al promover una manera de «fe fácil», los defensores de la Gracia Libre abogan por negar francamente la necesidad de arrepentimiento del pecador y de confesar a Jesús como Señor y Amo en el sentido bíblico de total sumisión. Al hacer esto, enseñan un evangelio diferente del todo, que no es «realmente otro» sino un intento obvio para «pervertir el evangelio de Cristo» (Gálatas 1.7). [7] Slave , 73-74

Como creyentes, no estamos hechos simplemente para acomodrnos en la almohada suave de la gracia de Dios e invitar a los pecadores a encontrar consuelo y satisfacción en sus brazos abiertos. Nosotros no hemos sido apartados para minimizar la importancia de las verdades duras e incómodas del Evangelio, o llevar a las personas a aceptar Cristo como su Salvador con toda tranquilidad .

Estamos llamados a la guerra contra las fortalezas satánicas (2 Corintios 10: 4). Y en esa batalla, el evangelio de credulidad fácil es un arma completamente ineficaz.


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