La Plenitud del Tiempo
John F. Macarthur
Gálatas 4: 4-5
La primera Navidad fue perfectamente sincronizada. Gálatas 4:4-5 dice: “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley.” ¿Qué era “la plenitud del tiempo”? El momento soberano de Dios. Él ordenó los eventos mundiales, así que todo estaba listo para la venida de Cristo y el alcance posterior de los apóstoles.
Mirando hacia atrás en la iglesia primitiva, nos sorprende la rapidez con que se extendió el Evangelio en menos de un siglo. La mano soberana de Dios es claramente evidente. El advenimiento de Cristo no pudo haber sido programado más propiciamente.
Políticamente , el Imperio Romano estaba en su apogeo. Roma le había dado al mundo buenos caminos, un sistema de gobierno relativamente justo y, lo más importante, paz. Por primera vez en la historia, las personas podían viajar con relativa facilidad casi en cualquier parte del imperio, y los apóstoles podían llevar el mensaje del Evangelio a las partes más remotas del mundo.
Culturalmente , el mundo se estaba volviendo más unificado. Se estaba educando a más personas que nunca, y la mayoría de ellos sabía griego o latín. Incluso la gente común usualmente hablaba griego koiné, el dialecto en el cual el Nuevo Testamento estaba escrito.
Espiritualmente, el mundo era diverso, pero abierto. El politeísmo griego y romano fueron gradualmente reemplazados por filosofías racionales y seculares, o por la adoración del emperador. Entre los judíos, un renovado interés en las Escrituras estaba conduciendo a un avivamiento por un lado, tipificado por el ministerio de Juan el Bautista, y por un fuerte movimiento farisaico por el otro. Cristo no pudo haber llegado a la escena en un momento más oportuno. Era el momento perfecto, soberanamente determinado por Dios: "la plenitud de los tiempos".
(Adaptado de The Miracle of Christmas .)
Disponible en línea en: https://www.gty.org/library/blog/B171220
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