jueves, mayo 07, 2009

El Contentamiento en una Cultura Consumista

El Contentamiento en una Cultura Consumista

Lunes, 4 de Mayo, 2009

(Por John MacArthur)
Tomado de Shepherd’s Fellowship Pulpit Magazine

Ésta es una continuación del artículo del viernes pasado sobre el contentamiento bíblico basado en Filipenses 4.

2. El Contentamiento con Poco

Aquí hay otro secreto para el contentamiento que obtenemos de la vida de Pablo: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.” (Fil. 4:11–12).

Él apreció la generosidad revivida de la iglesia de Filipos, pero quería que supieran que no lo había estado codiciando. Mantuvo sus necesidades o deseos bajo control, no confundiéndolos con sus necesidades.

“No lo digo porque tenga escasez” es otra forma de decir: “yo en realidad no tengo ninguna necesidad que no estén siendo satisfecha”. Nuestras necesidades como seres humanos son simples: La comida, la ropa, el refugio, y la santidad con contentamiento. La Escritura dice que estemos contentos con las necesidades básicas de la vida.

Esa actitud está en marcado contraste a la actitud de nuestra cultura. Las personas de hoy no están contentas – con poco o con mucho. Mi teoría es que entre más tienen las personas, son más propensas a ser descontentas. Típicamente, las personas más infelices que usted alguna vez conozca son muy ricas. Parecen creer que sus necesidades nunca pueden ser satisfechas. A diferencia de Pablo, asumen que sus deseos son necesidades. Han seguido nuestra cultura materialista al redefinir las necesidades humanas.

Usted nunca se encontrará un comercial o anuncio que le diga a usted que coma comida, beba agua, o que duerma. Los medios de comunicación anuncian artículos que son mucho más optativos y discrecionales, pero usted nunca lo sabrá del argumento de ventas. El llamado no es: “¿No le gustaría tener esto?” Sino, “¡usted necesita esto!” ¡Si usted se expone a tales llamados sin pensar, usted se encontrará necesitando cosas que usted ni siquiera desea! La meta de esta clase de publicidad es producir descontento y realizar una venta.

Para protegerse, ponga cuidadosa atención a cada vez que usted atribuye la palabra  necesidad a algo en sus pensamientos o palabras. Revise cualquier uso de aquello que va más allá de las necesidades básicas de la vida. Pablo lo hizo, y usted lo puede hacer también. Agradecidamente considere cualquier excedente como una bendición de Dios. Usted quedará satisfecho con poco cuando usted se rehúse a depender de lujos que el mundo redefine como necesidades.

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