jueves, febrero 21, 2013

Dios no Nos Da Una Revelación Fresca

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Charles H. Spurgeon

Ahora hay algunas personas que comenten un grave error acerca de la influencia del Espíritu Santo. Un hombre insensato que tenía la fantasía de predicar en un cierto púlpito, -aunque en verdad era sumamente incapaz de ese deber- visitó al ministro, y le aseguró solemnemente que el Espíritu Santo le había sido revelado que había de predicar en su púlpito.

"Muy bien", -dijo el ministro- "supongo que no debo dudar de tu aseveración, pero como no me ha sido revelado que debo dejarte predicar, has de proseguir tu camino hasta que me sea revelado."

He oído decir a muchas personas fanáticas que el Espíritu Santo les reveló estas cosas y aquellas cosas. Ahora, eso es en sentido general, un disparate revelado. El Espíritu Santo no revela nada nuevo ahora. Él nos recuerda las cosas antiguas. "Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho". El canon de la revelación está cerrado; no hay nada más que deba agregarse. Dios no da una revelación fresca, sino que remacha la antigua. Cuando ha sido olvidada, y puesta en la polvorienta cámara de nuestra memoria, Él saca y limpia el cuadro, mas no pinta uno nuevo. No hay nuevas doctrinas, sino que las antiguas son frecuentemente revividas. Afirmo que no es por medio de una nueva revelación que el Espíritu consuela. Él lo hace diciéndonos repetidamente las cosas antiguas; Él trae una lámpara nueva para revelar los tesoros escondidos en la Escritura; abre los recios baúles en los que había permanecido por largo tiempo la verdad, y apunta hacia cámaras secretas llenas de riquezas indecibles; pero no acuña cosas nuevas pues nos basta con lo que hay.

¡Creyente!, hay para ti lo suficiente en la Biblia para que vivas de ello para siempre. Aunque tú rebasaras los años de Matusalén, no habría necesidad de una fresca revelación; si llegaras a vivir hasta que Cristo venga a la tierra, no habría necesidad de añadir una sola palabra; si tuvieras que descender tan profundo como Jonás, o incluso descender como David comentó que lo hizo, hasta el seno del Seol, aun así habría lo suficiente en la Biblia para consolarte sin necesidad de una frase suplementaria. Mas Cristo dice: "Tomará de lo mío, y os lo hará saber".

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El Púlpito de la Capilla New Park Street “El Consolador” Charles H. Spurgeon, extracto de un sermón predicado en la tarde del domingo, 21 de enero de 1855.

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