El “Reposo” de la Creación
John MacArthur
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Génesis 2:1-3 Cinta: 90-221
Abramos nuestras Biblias en el segundo capítulo de Génesis esta noche. Déjeme leer los primeros tres versículos, Génesis 2. “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”
El relato de la creación así termina, ese relato inicial que se desarrolla en el Capítulo 1, con más detalle - de los elementos de esa creación, a saber, la creación del hombre es ampliada en el Capítulo 2. Pero la creación misma, el relato principal mismo, termina con esas palabras; una referencia al séptimo día. El séptimo día es mencionado tres veces en esos versículos que precisamente leemos. Es mencionado porque es importante. Es mencionado tres veces porque es importante.
El séptimo día es único. Tiene un significado incomparable, indicado también por el hecho de que ésta es la primera vez que la palabra “santo" es usada en la Escritura. La palabra hebrea “kedesh,” traducida “santificó” en el versículo 3, es la palabra “santo”. El significado de la raíz de “kedesh,” santo en forma de “kedesh,” la raíz, - se cree que tiene la intención de ser aislado o separado. Y santidad, “kedosha,” es elevación o exaltación por encima del nivel usual.
Así es que el séptimo día es un día especial. Es un día apartado. Es un día aislado de los otros días y ensalzado. Es un día levantado. Es un día exaltado. El uso hebreo – me pondré un poco técnico aquí para aquéllos de ustedes que les interese - que el uso hebreo del tema llamado “pl,” que es un título utilizado por algunos temas hebreos, indican causalidad. Esto es; Él hizo santo este día. La forma del verbo es también lo que llamamos declarativo en el hebreo, que indica que El entonces lo declaró para ser santo. Él lo hizo especialmente para ser santo, y luego El lo declaró para ser santo. Así es que es doblemente apartado por Su creación o diseño y por Su declaración.
Es entonces un día muy, muy único. Ninguno de los otros seis días son tan identificados y colocados aparte como sagrado o santificado, tan exaltado y elevado de los demás; un día muy único. Ahora, hay tres razones de por qué es único, y esas tres razones son indicadas por los tres verbos en este pasaje. El verbo “acabados,” que usted puede ver en el versículo 1, usted lo ve de nuevo en el versículo 2; el verbo “reposó,” usted lo ve en el versículo 2 y de nuevo en el versículo 3; y el verbo “bendijo”.
Vino a ser un día santificado. Vino a ser un día santo. Vino a ser un día exaltado. Vino a ser un día muy sublime por tres razones; significaba que Dios completó, Dios descansó y Dios bendijo. Cada uno de esos tres verbos, por cierto, son asociados con el séptimo día explícitamente. El versículo 2, el séptimo día, Dios “acabó". En el versículo 2 de nuevo, él “reposó” en el séptimo día. El versículo 3, El “bendijo” el séptimo día. Entonces en cada caso el verbo está apegado explícitamente a ese séptimo día, lo cual es mencionado tres veces.
También, cada uno de esos tres verbos es asociado con la obra de Dios. El versículo 2, “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo”. El versículo 2 otra vez, “reposó el día séptimo de toda la obra que hizo”. El versículo 3, “Y bendijo Dios al día séptimo,…porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”
Así es que el patrón de la estructura aquí es muy simple. Éste es un día santificado. Éste es un día santo. Éste es un día apartado. Éste es un día único, por las razones que señalan que Dios completó Su obra, reposó de Su obra y bendijo este día único.
Ahora, solo tomemos estos tres verbos por un momento y observémoslos. El primero es “acabó”. Los versículos 1 y 2 indican que la unicidad de este día se conectó al hecho de que Dios completó la creación. El versículo 1: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos, Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo”. Es claro por el lenguaje aquí que la obra entero de la creación fue completada - eso es lo que significa el termino hebreo. La obra entero de Dios fue completada. Con el propósito de que en el séptimo día, ya había sido terminada y Dios reposó. Eso es otra vez para reiterar que la creación estaba acabada al final del día seis; acabado en seis días de 24 horas. Desde ese tiempo, no ha habido creación; nada fue creado después de eso. Fue completado. Los cielos fueron completados. La tierra fue completada. Y “todo el ejército de ellos” simplemente significa todo en los cielos y todo en la tierra.
Ahora, un par de semanas atrás les mencioné qué tan importante es considerar sus opciones cuando usted considera la terminación de la creación.
La opción número uno, usted recordará, es la evolución materialista. Esa es la opción que cree que no hay tal cosa como una creación y no hay un Dios que es creador. De hecho, la evolución materialista cree que el universo entero tal y como existe ahora vino a la existencia de la nada. De alguna forma, apareció de la nada, algo; en un cieno primordial a través de billones de años mutados en el intrincado, complicado y vasto universo de hoy.
La segunda opción es lo que se ha llamado evolución teísta, la cual cree que Dios existe como la mente y el poder original quién lanzó y puntualizó con hechos creativos el proceso de la evolución, llevado a cabo con alguna asistencia divina.
La tercera posibilidad es la creación divina, la cual afirma que el Dios eterno - todo sabio, todo poderoso, sin la ayuda de alguna evolución - hizo el universo completamente como está en su estado actual en seis días, después de lo cual toda creación fue completada.
Nada nuevo ha sido creado desde entonces en el mundo del espacio-tiempo. No hay opciones. Y hemos estado aprendiendo en nuestra serie que la primera opción no puede ser verdadera porque la evolución es imposible. No puede ocurrir. Es una imposibilidad. La casualidad no puede dar como resultado alguna cosa. Nadie cronometra nada no puede igualar todo. El sistema de la vida, ADN, la información codificada en la estructura genética en cada célula viva, impide la evolución, porque el ADN sólo permite que una entidad viva sea lo que es y nada más. Y cuando el cambio ocurre, es inferior en vez de superior, porque algo ha salido mal en ese sistema. La evolución casual es una imposibilidad absoluta.
La segunda opción es también imposible porque puesto que la evolución es imposible, cualquier clase de evolución es imposible, aun la evolución teísta. Quedamos realmente sólo con la tercera opción, y esta es que el universo es creado por Dios. Y somos confirmados en esa creencia. Es la única creencia razonable. Más que eso, es el testimonio de la Escritura. Cómo el universo vino a la existencia se nos dice claramente en el Capítulo 1 y 2 del Génesis. No hay nada en alguna parte de la Escritura que indique que algún proceso evolucionista haya existido. Dios creó todo como hoy está, y él lo hizo en seis días de 24 horas. Y las genealogías posteriores en el Génesis nos indican que esto probablemente ocurrió desde hace seis a 7,000 años atrás; eso es todo. Esto es lo que dice la Biblia, y la Biblia es la Palabra de Dios, inspirada e inerrante.
Es inconfundible. Cuando Dios empezó la Biblia, él inició la revelación con el registro histórico de la creación. Eso es porque es fundamental para el evangelio. Es fundamental para toda teología y toda historia. La creación es el fundamento de toda verdad y de toda religión verdadera, porque el asunto de los orígenes es crítico para cualquier comprensión del papel que Dios juega en el universo. Así es que hemos estado diciendo que la Biblia debe ser tomada seriamente en Génesis 1 y 2, tal como debe ser tomada Juan 3:16 o cualquier otra parte. Si usted cuestiona la infalibilidad y la autoridad de la Escritura en Génesis 1 y 2, usted da un golpe en contra de la integridad de la Palabra de Dios, y usted deshonra al Dios que la inspiró, y eso es un crimen serio. Y hemos estado diciendo que Jesucristo no es realmente el comienzo del evangelio. La Cristiandad no comienza con aceptar a Jesucristo como Salvador. Comienza con aceptar a Dios como creador. Cuando la iglesia seriamente demanda que las personas reconozcan a Dios como creador, como sustentador, como soberano y consumador del universo del espacio de tiempo, sabrán que Dios actúa en este mundo, donde viven, y que son responsables ante este Dios que es creador, sustentador, soberano y consumador. Y cuando tienen por entendido que son responsables ante el creador, y que la Biblia es verdadera cuando habla de la creación, tal como verdadera como cuando habla del evangelio, entonces se dan cuenta de que están bajo la autoridad soberana de Dios, miran la Escritura completamente diferente. Y hemos estado diciendo que la ciencia nunca se ha encontrado con que una chispa de pruebas de que alguna cosa haya evolucionado, o que el registro de Génesis es nada mas absolutamente verdadero.
Así es que hemos logrado llegar a este punto en Génesis donde afirmamos lo que dice; que los cielos y la tierra fueron completados en seis días de 24 horas, hace seis o 7,000 años atrás probablemente. Así es que cuando usted se trata del día séptimo en esa semana original, toda creación ha cesado. Si usted cree en la evolución, aun la evolución teísta, usted tiene que creer que las cosas todavía evolucionan. Y eso está en contradicción directa por la declaración clara de que los cielos y la tierra fueron completados y a todos sus demás ocupantes, “todos sus ejércitos.”
Ahora, recordamos que el día uno, “Dios creó la luz”.
El día dos, él creó el agua y el firmamento. En el día tres, él creó la tierra seca.
En el día cuatro, el “sol, la luna y las estrellas”.
El día cinco, los peces y las aves.
El día seis, el hombre y los animales terrestres.
Él lo hizo en cada caso en un día de 24 horas, como es indicado por la frase fue la mañana y la noche: o “Y fue la tarde y la mañana”, y al final de los seis días los cielos y la tierra fueron completados. Regresando al versículo 31 del Capítulo 1: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” Y esa es la estampa final de Dios de aprobación en su creación completada. Estaba terminada. Estaba completo. Fue “era bueno en gran manera,” lo cual quiso decir que no le faltó nada.
Ahora esto nos lleva al segundo verbo aquí, “descansó”. Para el séptimo día - literalmente podría ser traducido y desde el séptimo día Dios completó Su obra la cual El había hecho, “y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo”. Repetidamente, lo dije, tres veces nos dice que Su obra había sido completada; su obra se hizo; Su obra se hizo. En el versículo 3 usando las palabras: “porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”. Tres veces se dice que Dios había acabado de crear todo lo que tiene existencia. Ahora, el verbo “reposó” es muy interesante; wysbuff en el hebreo. No debe entenderse alguna clase de cansancio. No es que Dios estaba agotado después de una semana laborable difícil. Isaías 40:28, usted debe recordar a este versículo. Isaías 40:28: “No desfallece, ni se fatiga con cansancio”.
Cuando Dios trabaja – ya sea que esté trabajando en la creación o si él “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”, como vimos en Hebreos 1, o ya sea que El esté cumpliendo cualquier tarea en particular - no hay disipación de energía. No hay ley de entropía. No hay descomposición de la materia. No hay desintegración en el absoluto inefable, puro, y sagrado poder de Dios. Por eso es que el Salmo 121:4 dice que El “no se adormecerá” y “ni dormirá”. Él no necesita reponerse. Él no necesita refrescarse, porque él nunca se agobia. Él nunca se cansa.
¿Qué significa el verbo hebreo? “Reposó” es una palabra que podríamos entender mal. Por eso es que tardo un minuto o dos en explicárselo. La palabra hebrea simplemente quiere decir que se abstuvo de trabajar. Es una connotación negativa primordialmente; no trabajar. Y lo que está diciendo es que puesto El había completado la creación, no había nada que hacer para El con respecto a la creación. Él dejó de trabajar. Él dejó de hacer el trabajo de la creación. Eso es lo que esto quiere decir. Y la palabra es usada en esas formas negativas, aun en los textos de ley del Sábado Mosaico, dándonos la idea de que la indicación, ante todo aquí, es que Dios había terminado con Su obra, y así ya no hizo alguna obra más.
Escuche a Éxodo 20, los Diez Mandamientos. “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. Esto es bajo la ley mosaica. Llegaremos a eso más tarde. “Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna”. El versículo 11: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay”. Y “no trabajó” es literalmente lo que quiere decir; no trabajó en el séptimo día. A fin de que el séptimo día fuese descanso; no en el sentido de reponer una perdida de energía, sino en el sentido de no hacer alguna obra.
Esa misma idea está también en Éxodo 23:12. Pero hay algo más que eso. No quiero simplemente dejar las cosas así. Hay también un efecto positivo en esa palabra. Puede ser usado en una forma positiva. Y quiero trazar eso desde Exodo 31 y el versículo 17, que dice: “porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra”. Otra vez, repitiéndose exactamente el mismo tiempo como Génesis. “Seis días hizo Jehová los cielos y la tierra”. Pero “en el séptimo día,” dice literalmente en el hebreo, “él cesó”. Él se detuvo. Él dejó de crear. Él dejó de hacer, “y reposó”. Ahora, esa es una adición. Ese es el lado positivo de eso. Ahora usted dice pues bien, ¿cómo que es que El fue reposó? Eso suena, otra vez, como que él necesitó recuperar su energía perdida. De ningún modo. La idea de esa palabra hebrea “reposó” es la idea de satisfacción o deleite. Esto no es decir que el resultado del cesar de Dios era alguna clase de renovar fuerzas o energía perdida, ni algún nivel de rehabilitación, sino la idea de ser renovado o de encontrar deleite por la satisfacción. Es realmente la respuesta de Dios a lo que es indicado en el versículo 31 que: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. Y como resultado de eso, él quedó satisfecho. Él encontró alegría. Él encontró deleite. Él encontró un cierto cumplimiento, cierta satisfacción de realización; no a diferencia de un pintor maestro cuando él termina su obra maestra y regresa a deleitarse con lo que ha logrado; no a diferencia de un escultor que moldea la imagen perfecta de un hombre y regresa, habiendo concluido su trabajo, a disfrutar el producto acabado.
Es notable, creo - y usted necesita llevar el mismo paso en este pensamiento - que es notable de que no ha mención de la palabra “sábado” aquí. No ocurre en Génesis, los capítulos 1 y 2, en el relato de la. No hay mención del “sábado”. Esa palabra no está aquí. Es más - quiero que usted guarde esto – no se menciona aquí nada acerca del hombre reposando. No es correcto iniciar aquí en Génesis algún reposo para el hombre. Eso es entender mal el punto aquí. De hecho, el hombre ni siquiera se menciona aquí con respecto a este séptimo día de descanso y sólo Dios es mencionado. No se inaugura aquí ningún descanso para el hombre; n se inaugura ningún sábado aquí para el hombre. Eso no viene sino hasta la ley mosaica.
Y quiero que pueda comprender usted más a fondo esto. Cuando usted lee esto, hay una omisión sorprendente aquí. Y algunas veces, la mitad de diversión en interpretar la Biblia es encontrar lo que no está allí. Pero si usted leyera a través de los seis días y lee hasta el día siete, ¿qué componente de los primeros seis días que estaba allí en cada día no se encuentra en este debate de siete días? La frase pequeña que dice ¿qué? Fue la tarde y la mañana. No existe. No existe. Estaba en cada uno de esos otros días; versículo 5, versículo 8, versículo 13, versículo 19, versículo 23, versículo 31. Pero cuando usted mira en el séptimo día, usted no encuentra dicha fórmula. Y podríamos esperar que en el Séptimo día fuera la tarde y la mañana. Pero existe. Y usted sabe en cualquier clase de análisis del relato de la creación, usted puede entrar en un detalle minuciosa y usted encuentra una exactitud cuidadosa. Un gran cuidado tomado del Espíritu de Dios en inspirar a Moisés a escribir bajo esta descripción, esta descripción histórica de la creación. Es un relato muy, muy cuidadoso, cuidadosamente construido. Y cuando usted ve algo que está allí todo el tiempo y se omite de repente, debe haber una razón. Debe haber un diseño. Esto no puede ser accidental, porque todo en este relato es tan bien pensado y tan bien planificado.
¿Qué estaba Dios intentando decir al no mencionar eso? Pues bien, pienso que debería ser obvio, pero permítame ayudarle un poco. ¿De que estamos hablando cuando hablamos del reposo de Dios? ¿Que estaba El cansado mentalmente, ó físicamente? No. Simplemente, que El cesó. Él dejó de crear. Y luego estaba, por así decirlo, recostándose y satisfecho con lo que El había creado. El estaba disfrutándolo. Él se deleitaba en eso. Quiero decir que fue el deleite de Dios en ver la obra de Sus manos que nunca antes había existido para ese tiempo. Cuan refrescante debió ser, cuan deleite, que tan complacido debió estar Dios cuando vio creado el universo libre del pecado, libre, libre de corrupción, libre de la maldición. Sin muerte; sin corrupción.
Cuando El vio el prístino cielo azule brillando con estrellas de diamante; el sol brillante y resplandeciente; cuando El vio las aguas cristalinas sin ninguna clase de contaminación del medio ambiente; cuando El vio a un mundo sin muerte; cuando El vio las arenas blancas brillantes y las flores magníficas, coloridas; los árboles majestuosos; formando el escenario, por así decirlo, para aves, peces y animales haciendo saltando por todo su tierra creada sin temor. Y cuánto Dios debió haberse deleitado cuando pasó en medio del huerto en comunión con el hombre, con Adán y la esposa que El hizo para él llamada Eva. ¡Qué deleite debió haber sido! Y Dios debió haberse deleitado con el hecho de que todo lo que el hombre necesitado había sido provisto para él. Todo lo necesario estaba allí para felicidad de Adán y Eva. Y éste fue el séptimo día. Pero la razón por la que no dice “la tarde” y “la mañana” es porque esto no terminó en 24 horas, ¿verdad? No llegó a terminar. De hecho, el deleite de Dios no terminó ¿hasta cuándo? Cuando vino al pecado.
Ese único día, ese séptimo día, inauguró algún período de tiempo en el cual Dios se deleitó con un mundo que relució de vida pura; en un mundo que gozaba de la presencia de Dios y un hombre y su esposa en una abierta comunión con su creador; el pecado y su maldición resultante aun eran desconocidos. No hubo más trabajo de creación que hacer. No hubo había que hacer un trabajo de preservación de todo esto, porque no estaba propenso a decaer. Y así podríamos decir que en el séptimo día, Dios entró en un estado permanente de reposo, al menos, permanente hasta el pecado.
Las condiciones y las características entonces de ese séptimo día fueron diseñadas por Dios para continuar. Y habrían continuado, si no hubiese sido por el pecado de Adán y Eva. No era el diseño de Dios que comieran del árbol del conocimiento del bien y el mal y traer una maldición. No fue Dios quien los llevó a hacer eso y destruir su paraíso. La entrada del pecado devastó la perfección del Edén. Como el profeta Isaías dijo en Isaías 59:2: “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios”.
El séptimo día - escuche - tuvo una tarde y una mañana porque el ciclo de días comenzó en la creación. Pero el séptimo día, un período de 24 horas, sólo inauguró ese período de tiempo después de que Dios hubo creado, en el cual El se deleitó. No sabemos cuánto tiempo fue eso, porque no sabemos cuánto tiempo pasó hasta que el hombre pecó.
Resumiendo el reposo de Dios entonces, fue un reposo en curso. Él se deleitaba con la satisfacción de la bondad de lo que él había hecho en toda su perfección prístina. Fue caracterizado por Su deleite y Su satisfacción. El disfrutó una comunión perfecta con Adán y Eva. Y le recuerdo otra vez: El séptimo día de reposo en Génesis no tuvo nada que ver con el hombre. Dios no dijo a Adán y a Eva: escuchen ustedes, cada vez que el séptimo día venga, hagan esto. No hay un mandamiento para el hombre a descansar en el séptimo día. No hay un mandamiento para que Adán hiciere eso después de la caída. Dios no dice está bien, ahora que ustedes han caído, tienen que trabajar seis días y descansen uno. Eso no está en Génesis. No hay una regla de sábado y dada aquí. No hay una regla del sábado dada en el pacto Abrahamico. Usted puede ir al Capítulo 12 y a los siguientes capítulos y usted tiene un ensayo del pacto Abrahamico, primero de Dios, el gran pacto con Israel. Y no hay un argumento de algún sábado; no hay un argumento de de ni un solo día. Y esto, por cierto, fue un pacto de promesa, un pacto de bendición. Así es que cuando usted considera el séptimo día aquí, lo que usted ve es un día que tienen que ver con Dios. Él cesó de su obra, y El se deleitó con lo que El había hecho.
El tercer verbo que quiero llamar a su atención se relaciona con el séptimo día y con la cesación de la obra de Dios está en el versículo 3. Y dice “y bendijo Dios el séptimo día” o “Dios santificó” el día. En otras palabras, Dios lo identificó con algo – algo único y sagrado. Ahora la pregunta que inmediatamente se hace: ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué quiere decir que El “lo santificó”?
Bien, déjeme decirle lo que creo que significa. Creo que Dios lo apartó como una conmemoración. Así es. Creo que El lo apartó como una conmemoración, como un recuerdo. Toda creación sucedió en uno período de seis días, no billones y billones y billones de años. Toda creación ocurrió en seis días. Y luego en el séptimo día, Dios tomó ese día y dijo: voy a bendecir este mismo día; voy a apartarme este mismo día; voy a levantarlo; voy a elevarlo, y dedicarlo como un recordatorio de que en seis días hice el universo. No lo evolucioné; no evolucionó. No se hizo de la casualidad. Dios dijo: la creación fue hecha, y aparté el séptimo día para ser un día en el cual usted reconocerá que la creación fue hecha.
Yo en realidad creo que lo que Dios estaba inaugurando en cuanto a lo nos interesa cuando dice que El lo bendijo, lo que Dios inauguraba en cuanto lo que nos preocupa es que la bendición del séptimo día fue establecer ese día como un recordatorio de Dios como creador. No creo que tenga que ver en algo con ley del Sábado Mosaico. Usted no puede encontrar eso aquí. Usted no puede leer eso aquí, legítimamente. Usted sabe, he hecho una buena cantidad de lectura sobre el tema y todo lo demás. Y no hay un motivo racional, ninguna razón filosófica, ninguna razón matemática, ninguna razón científica, por semanas. ¿Por qué en el mundo nos ocupamos de nuestras vidas en semanas? ¿Por qué siete días? Nadie en su sano juicio dividiría 365 días en sietes. No es así. No es así. Por eso algunos meses tienen 30 días, algunos meses tienen 31 días, y febrero tiene días alternos, dependiendo si es un año bisiesto. ¿Por qué es así? Porque usted no puede dividir 365 en siete.
Pues bien, ¿por qué no lo hicimos de alguna otra forma? No hay una razón real para eso. ¿Por qué tenemos semanas? ¿Por qué todo se cuenta por semanas? Las semanas no encajan bien en los meses. ¿No es así? Cuatro semanas no hacen un mes. Cinco semanas no hacen un mes. Nadie a propósito haría esto. Ningún comité haría esto. ¿Por qué en el mundo funcionamos en sietes? Le diré: Hay sólo una razón, y esto es porque Dios estableció ese orden, debido a la creación. Y cada semana de nuestras vidas que pasamos a través de un ciclo que está destinado por Dios para recordarnos que El creó el mundo en seis días y luego reposó. Cada vez que un séptimo día pasa, deberíamos reconocer a Dios como nuestro creador. Esa es una conmemoración de una creación completada.
Rechazar a Dios como creador y rechazar una creación de seis días es quitar bendición al séptimo día. Es por consiguiente negarle a Dios Su identidad verdadera como creador. Es despojarlo de Su merecida gloria a Su nombre. Cualquier clase de evolución, cualquier clase, completamente confunde la bendición del séptimo día, ¿no es así? Por supuesto, lo es. Si evolucionamos de billones de años, no hay un séptimo día. Pero por otra parte, si creemos lo que la Biblia dice, entonces cada séptimo día que pasa es una conmemoración y un recordatorio de que Dios creó el universo entero en seis días y fueron acabados. Y por esa realización gloriosa, El merece nuestra alabanza.
Así que ¿qué tiene que ver eso conmigo? Pues bien, pienso que usted debe recordar eso. Pienso que el sábado debería ser identificado en nuestras mentes con la terminación de la creación. Usted sabe, en alguna parte del trasfondo de nuestra civilización occidental, alguien supo eso. Porque cuando comenzaron a desarrollar patrones de trabajo, nos dieron el sábado y el domingo como descanso. El sábado es el séptimo día. Y quiero decir típicamente, el panorama ideal, lo sabía cuándo crecía que muy común, el sábado nosotros como familia merendábamos en el campo. Entramos en el coche y salimos en coche por el riachuelo e íbamos de pesca, o nos reuníamos. Y siempre fue aparentemente afuera. Fue un día que tal vez la persona de influencia sobre la calle supo que necesitada ser disfrutado de la creación de Dios. Fue un día cuando recordamos que El había creado todo, y nos podríamos disfrutar de Su creación. No trabajamos ese séptimo día. Ese fue un el día para gustar la creación. Ese fue un el día para solazarse. Ese fue el día para dejar a un lado el trabajo y simplemente deleitarse en lo que Dios había hecho. Solía esperar los sábados más que los domingos de niño, porque me acostumbraron ponerme en este traje pequeño Lord Fauntleroy con - con medias hasta rodilla y bragas, y me hacían sentarme todo día, incluso después de la iglesia hasta la iglesia en la noche. Usted no podría hacer nada sino solo comer. Usted podría tener - glotonería era el único pecado que dominaba el domingo. Y eso era el domingo. Pero el sábado, bajábamos al parque; corríamos al bosque; nos perseguían hasta el riachuelo. Y tal vez alguien en algún lugar sabía que ese fue era el día en que nos teníamos que disfrutar de la creación de Dios.
Cuando considero la bendición del sábado en Génesis, no veo alguna prohibición Mosaica aquí. No veo nada sobre la ley mosaica aquí. No veo nada diseñado para que el hombre hiciese, salvo recordar que Dios hizo todo en seis días y El terminó. Y lo que El hizo fue muy bueno, hasta el grado de que El se deleitó en ello completamente. Eso perpetúa ese día para mí, y espero que lo haga para usted. Quiero decir que podemos vivir nuestras vidas, creo, apropiadamente así. El sábado da testimonio de Dios como creador. El domingo da testimonio de Dios como redentor por la resurrección, ¿cierto? En el séptimo día, Dios descansó porque él había terminado la creación. Desde el primer día Cristo resucitó, porque El había terminado la redención. Tal vez alguien de influencia supo eso cuando nos dieron el sábado y el domingo. Un día para el creador; otro día para El Salvador. El sábado es un perpetuo testigo de que Dios terminó la creación y es el Dios glorioso de la creación. El domingo es un perpetuo testigo de que Dios terminó la redención y es el Dios de la salvación. Tristemente en nuestra sociedad, la mayoría de la gente no se preocupa tampoco de ninguno de ellos. Pero yo si, y sé que usted lo hace. Me imagino que en algunas formas los hombres son como los monos, porque los monos no adoran a Dios tampoco, y los monos no se preocupan de su creación, y los monos no se preocupan por su redención. Pero nosotros si. Los evolucionistas son anti-Dios; son anti-Biblia. Y hacen lo que Romanos 1 dice tan mortal: dejaron de honrar a Dios. Rehusaron a darle gloria. Y así son llevados como Romanos 1 dice a una “mente reprobada”. Y se involucran en toda clase de tonterías, perversión sexual, homosexualidad, y se deleitan con su desdicha, en vez de deleitarse con el Dios de la creación y el Dios de salvación. Esos son los evolucionistas. Pero para nosotros, aquéllos de nosotros que creemos en el único Dios verdadero y vivo, creemos en la creación. Y ninguna semana pasa sin una conmemoración; y ninguna semana pasa sin un testimonio; ninguna semana pasa sin un testimonio; ninguna semana pasa sin un día santo. Es ahí donde llegamos a la palabra “día festivo”. Ninguna semana de nuestras vidas pasa sin un día que señala a Dios como creador. Cada séptimo día es eso.
Haga algunas cosas prácticas en el séptimo día. Salga fuera y gócese de la belleza de la creación de Dios. Vaya a jugar con sus nietos en la maravilla de la vida humana. Ninguna semana sucede sin un recordatorio de que Dios es creador. ¿No es eso maravilloso? ¿Ninguna semana sucede sin un testimonio, un testigo, una conmemoración de la salvación, ¿correcto? Eso es hoy, ¿no es así? El primer día de la semana fue el día en el cual Jesús resucitó de entre los muertos para nuestra justificación. Pienso que eso es lo que está en el corazón de Dios al bendecir el séptimo día. Y pienso que necesitamos dejar las cosas así.
No puedo decirle cuántos libros he leído en las últimas semanas que dicen que aquí Dios estableció un patrón universal para el hombre. No dice eso. No dice eso en absoluto. El hombre no es ni siquiera es tratado aquí. Dios no le dio a Adán instrucciones de hacer alguna cosa en el séptimo día. No está incluso limitado a un día. Dios participó en alguna condición permanente de deleite sobre la terminación de Su creación hasta que el pecado vino. Y pienso que todo lo que necesitamos tomar es lo que el texto dice, y ver este día como simplemente como el diseño de Dios para la vida humana.
¿Y no es asombroso que todo el mundo funcione en semanas siete días? Recuerdo en América cuando intentaron cambiar todo - de pulgadas, a metros, y todo de eso ¿lo recuerda? Y nadie lo aceptó finalmente, porque las amas de casa no quisieron deshacerse de todos sus utensilios. Eso fue realmente lo que bloqueó completamente todo. Los maridos se enfermarían porque todas las recetas estarían mal si comenzasen a cocinar con litros y todas esas cosas. Así es que nos quedamos ahí, con nuestro propio sistema en contra de todo el mundo que tiene un sistema diferente.
Pero en el caso de los calendarios, el mundo enteramente civilizado opera en semanas. Y no hay razón para eso, sino porque esa es la forma en que Dios la diseñó, para que todo el mundo, de tan a menudo en la rutina de la vida, se toparía con que un gran creador hizo todo en seis días. Y cada séptimo día, El nos dio ese recordatorio de que Su creación fue hecha. ¿No es triste que las personas no le den la gloria que El se merece y el honor que El se mere?
Ahora todo esto abre la subsiguiente enseñanza en la ley del sábado en la economía Mosaica. ¿Cómo se conectó a esto? Pues bien, no voy a decirlo esta noche. Solamente dejaré Génesis donde está. Y la próxima vez que nos reunamos, voy a levarlo a la ley del sábado de la economía Mosaica, y mostrarle si se relaciona y cómo se relaciona con eso, y si en absoluto establece algún precedente para lo que hacemos ahora en el Día del Señor. Ese va a ser un estudio fascinante. Pero usted ha sido muy paciente, y dejaremos las cosas así por esta noche.
Oremos…
Padre, es tal gozo simplemente ver la Palabra de Dios cobrando vida. Te bendecimos, te honramos, te agradecemos por hacerlo en una semana. Te agradecemos por hacerlo en seis días, y luego darnos un día para recordar eso. Te Agradecemos que nos hayas dicho que Tu debes ser honrado y adorado como El Creador. Tu debes ser recordado cada séptimo día, como una conmemoración de tiempo viviente afirmando la admiración de Tu creación de seis días. Te glorificamos como nuestro creador. Te adoramos como nuestro redentor. Nos damos cuenta, Dios, que trasciende nuestra comprensión que Tú hayas podido crear en seis días. Tu poder y Tu sabiduría están mucho más allá de nosotros. Trasciende igualmente nuestra comprensión que Tú nos hayas redimido. Pero Señor, tú nos ha llenado de tales riquezas, pues sabemos que Tu y nosotros te amamos y por tanto, te podemos recordar cada semana como el Creador, y te podemos recordar cada semana como el Redentor igualmente. Que nunca lo olvidemos; que nunca se nos olvide. Y que podamos glorificarte por todo lo Tú has hecho. Y por la virtud de la obra de Jesucristo, te ofrecemos nuestras oraciones y nuestras vidas en el nombre de Cristo. Amén.
Traducción: Armando Valdez
Transcrito por Bonnie Frankfurt de la Iglesia Grace Community y agregado a la ‘Colección de Macarthur’ en Bible Bulletin Board por:
Tony Capoccia
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