lunes, febrero 08, 2021

Las Tradiciones de los Hombres

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Las Tradiciones de los Hombres

(Fundamentos de la Adoración Corporativa)

Por Scott Aniol

Desde Caín y Abel, el pueblo de Dios se ha preguntado: "¿Cuál es la forma adecuada de adorar a Dios?" Hoy en día reina la incertidumbre en las iglesias sobre si ciertos elementos del servicio son realmente útiles para el culto congregacional. ¿Qué es aceptable? Algunos cristianos piadosos, tratando de mejorar su adoración, creen que tienen la libertad de usar cualquier cosa para su adoración que consideren buena. Otros cristianos piadosos se ven entonces obligados a participar con algo que va en contra de su conciencia. ¿Cómo pueden estar seguros de que los elementos que están incluyendo son realmente agradables a Dios?

Jesucristo, en particular, se enfrentó a esta cuestión, ya que en su época, los fariseos habían añadido tradiciones a la vida religiosa de los judíos que iban más allá de lo que Dios mismo había ordenado. Encontramos una de estas confrontaciones en Marcos 7, y nos ayudará a introducir la importancia crítica de la autoridad bíblica sobre nuestra adoración.

7:1 Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; 2 los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. 3 Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. 5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?"

Es importante reconocer que la preocupación de los fariseos aquí no era por la higiene. Más bien, estaban preocupados por la adoración; estaban preocupados por la limpieza ceremonial que ellos enseñaban que era necesaria para adorar a Dios correctamente. Así que Jesús aborda su preocupación:

6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.!

Jesús condenó a los fariseos por su adoración hipócrita; en realidad dice que su adoración es vana. Pero observe por qué argumenta que su adoración es vana: están enseñando como doctrinas mandamientos de los hombres. Los fariseos han ido más allá de lo que Dios ha ordenado en su adoración y han añadido otros requisitos. Observe que no han dejado de hacer lo que Dios ha mandado, sino que han añadido a lo que Dios mandó. Y debido a esto, Jesús dice que en realidad han rechazado el mandamiento de Dios.

Jesús continúa enumerando algunos de los otros requisitos religiosos que los fariseos han añadido más allá de lo que Dios había ordenado, pero luego note lo que dice al final de este pasaje en el versículo 13:

. . . invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.

Jesús está diciendo que, al añadir requisitos hechos por el hombre a la adoración más allá de lo que Dios ha ordenado, los fariseos están anulando la Palabra de Dios, no están confiando en la autoridad y la suficiencia de las Escrituras para su adoración, y por lo tanto su adoración es vana.

Esta confrontación entre Jesús y los fariseos proporciona un principio básico que debe regir cualquier discusión sobre el culto. En medio de tanta controversia sobre la adoración hoy en día, debemos permanecer firmemente convencidos de que la verdad fundamental, la base sobre la que toda nuestra teología y práctica de la adoración corporativa debe estar fundada es la autoridad y la suficiencia de las Escrituras.

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