¡No Ceda el Terreno!
Jueves, 15 de julio 2010
Un viejo proverbio árabe dice: “Si el camello mete su nariz en la tienda, su cuerpo pronto lo seguirá.” Eso pasa todo el tiempo cuando los cristianos imaginan que una alianza amistosa puede existir entre la evolución y la creación. Unir ambos es un compromiso con enormes ramificaciones.
Ceder el terreno en este debate es absolutamente innecesario, incluso trágico. Lo que está en juego es la infalibilidad, la integridad y la autoridad de las Escrituras. Ahora no es el momento para debilitar nuestro compromiso con las palabras perfectas de Dios, es el momento de tomar una posición.
La mentira de la evolución es tan directamente antitética a la verdad cristiana que parecería impensable para los cristianos evangélicos comprometerse con la ciencia evolutiva, en cualquier grado. Pero en el último siglo y medio de propaganda evolutiva, los evolucionistas han tenido notable éxito en conseguir que los evangélicos se reúnan con ellos a mitad de camino. Sorprendentemente, muchos evangélicos modernos, tal vez hasta sería justo decir que la mayoría de las personas que se autodenominan evangélicos de hoy, ya se han convencido de que el relato del Génesis de la creación no es un verdadero registro histórico. Así que no sólo han capitulado a la doctrina evolucionista en su punto de partida, sino que también han adoptado una visión que socava la autoridad de las Escrituras en su punto de partida.
Los llamados evolucionistas teístas quienes tratan de unir teorías humanistas de la ciencia moderna con el teísmo bíblico pueden afirmar que lo hacen porque aman a Dios, pero la verdad es que aman a Dios un poco y a su reputación académica mucho. Al socavar la historicidad de Génesis están socavando la fe misma. Déle a la doctrina evolucionista el trono y haga a la Biblia su siervo, y usted habrá sentado las bases para el desastre espiritual.
La Escritura y no la ciencia, es la prueba definitiva de toda verdad. Y todo el cristianismo evangélico obtiene de esa convicción, menos evangélicos y más humanistas se vuelven.
La Escritura advierte contra el falso “conocimiento” (1 Timoteo 6:20)-en particular el llamado conocimiento “científico” que se opone a la verdad de la Escritura. Cuando lo que se hace pasar por “ciencia” resulta ser nada más que una cosmovisión basada en la fe que es hostil a la verdad de la Escritura, nuestro deber de estar en guardia se magnifica. Y cuando los presupuestos naturalistas y ateos se están agresivamente propagados como si fueran hechos comprobados científicos, los cristianos debemos denunciar tales mentiras como lo que son y tanto más vigorosamente oponerse a ellas. El abandono de una visión bíblica de la creación, ya ha dado malos frutos abundantes en la sociedad moderna. Ahora no es momento para la iglesia de retroceder o comprometerse sobre estas cuestiones. Debilitar nuestro compromiso con la visión bíblica de la creación sería iniciar una cadena de ramificaciones desastrosas morales y espirituales de teología en la iglesia que en gran medida agravan el terrible caos moral que ya ha comenzado la desintegración de la sociedad secular.
John mencionó la desintegración “de la sociedad moral.” Al observar nuestra cultura, ¿qué pruebas ve de este “desenredo”? ¿Cómo se regresa usted hacia la evolución?
Tomado de aqui
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