La Profecía y el Canon Cerrado, 2ª. Parte
Textos Seleccionados
John MacArthur
¿Cómo Fue Elegido y Cerrado El Canon Bíblico?
Judas 3 es un pasaje crucial sobre la unidad de nuestras Biblias. Esta declaración, escrita por Judas antes de que el Nuevo Testamento fuese completo, sin embargo, esperaba a la finalización de todo el canon:
Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3)
En el texto griego el artículo definido antes de “fe” indica a la sola y única fe: “la fe”. No hay otra. Tales pasajes como Gálatas 1:23 (“Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe”) y 1 Timoteo 4:1 ( “En los postreros tiempos algunos apostatarán de la”) indica que el uso objetivo de la expresión “la fe” era común en los tiempos apostólicos. Henry Alford el filósofo griego escribió que la fe es “objetiva en este caso: la suma de lo que creen los cristianos” [Alford's Greek Testament, 4:530].
Tenga en cuenta también la frase crucial “una vez dada” en Judas 3. La palabra griega aquí es hapax, que se refiere a algo hecho por todo el tiempo, con resultados duraderos, no necesita repetición. Nada hay que añadir a la fe que ha sido entregado “una vez”.
George Lawlor, quien ha escrito una excelente obra sobre Judas, hizo el siguiente comentario:
La fe cristiana es inmutable, lo cual no quiere decir que los hombres y mujeres de cada generación no necesiten encontrarla, experimentarla, y vivirla, pero sí significa que cada nueva doctrina que surge, a pesar de que su legitimidad pueda ser afirmada verosímilmente, es una doctrina falsa. Todos las afirmaciones para comunicar alguna revelación adicional a la que ha sido dada por Dios en este cuerpo de verdad son afirmaciones falsas y deben ser rechazadas. (Judas 45).
También importante en Judas 3 es la palabra “dada”. En el griego es un participio pasivo aoristo, que en este contexto, indica un acto cumplido en el pasado con ningún elemento de continuidad. En este caso la voz pasiva: la fe no fue descubierto por los hombres, sino dada a los hombres por Dios.¿Cómo pudo El hacer eso? A través de Su Palabra - la Biblia.
Y así, a través de la Escrituras es que Dios nos ha dado un cuerpo de enseñanza que es definitiva y completa. Nuestra fe cristiana se apoya en la revelación histórica y objetiva. Eso excluye todas las profecías inspiradas, videntes y otras formas de nueva revelación hasta que Dios hable de nuevo en el regreso de Cristo (cf. Hch 2:16-21; Apocalipsis 11:1-13).
Mientras tanto, la Escritura nos advierte que tengamos cuidado con los falsos profetas. Jesús dijo que en nuestra época “falsos Cristos y falsos profetas, harán grandes señales y prodigios, para engañar, si es posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24). Señales y prodigios solamente no son prueba de que una persona habla en nombre de Dios. Juan escribió: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1).
En última instancia, la Escritura es la prueba de todo, es la norma del cristiano. De hecho, la palabra canon significa “regla, norma o vara de medir”. El canon de las Escrituras es la vara de medir de la fe cristiana, y está completa.
Disponible en línea en: http://www.gty.org/Resources/Articles/A232
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