miércoles, agosto 27, 2008

Porqué es Importante la Membresía (Parte 1)

Porqué es Importante la Membresía (Parte 1)

Why Membership Matters (Part 1)

Tomado de Pulpit Magazine

clip_image001 Lo siguiente es adaptado de los distintivos de los ancianos de la Iglesia Grace sobre la membresía de la iglesia.

En un día cuando el compromiso es algo raro, no debería ser sorpresa que la membresía de la iglesia sea una prioridad tan baja para muchos creyentes. Tristemente, no es raro para los cristianos cambiarse de iglesia en iglesia, nunca sometiéndose ellos mismos al cuidado de ancianos y nunca comprometiéndose a un grupo de creyentes asociados.

Tener el descuido – o rehusarse – de no unirse a una iglesia como un miembro formal, sin embargo, refleja un malentendido de la responsabilidad del creyente hacia el cuerpo de Cristo. Y también detiene una de las muchas bendiciones y oportunidades que provienen de este compromiso. Es esencial que cada cristiano comprenda qué es la membresía de la iglesia y por qué tiene importancia.

La Definición de la Membresía de de la Iglesia

Cuando un individuo se salva, se hace miembro del cuerpo de Cristo (1 Cor. 12:13). Debido a que él está en unión con Cristo y con los otros miembros del cuerpo en esta forma, por tanto él está capacitado para convertirse en miembro de una expresión local de ese cuerpo humano.

Hacerse miembro de una iglesia es comprometerse formalmente a un cuerpo local identificable de creyentes que se han unido para propósitos específicos y divinamente ordenados. Estos propósitos incluyen el recibir instrucción de la Palabra de Dios (1 Tim. 4:13; 2 Tim. 4:2), prestar servicio y edificarse el uno al otro a través del uso correcto de los dones espirituales (Rom. 12:3-8; 1 Cor. 12:4-31; 1 Ped. 4:10-11), participando de las ordenanzas (Lucas 22:19; Hechos 2:38-42), y proclamar el evangelio a los que están perdidos (Mat. 28:18-20). Además, cuando alguien se hace miembro de una iglesia, este se somete al cuidado y autoridad de los ancianos bíblicamente capacitados que Dios ha colocado en esa asamblea.

La Base de la Membresía de la Iglesia

Aunque la Sagrada Escritura no contiene una orden explícita para unirse formalmente a una iglesia local, el fundamento bíblico para la membresía de la iglesia impregna el Nuevo Testamento. Esta base bíblica puede verse más claramente en (1) el ejemplo de la iglesia primitiva, (2) la existencia de un gobierno de la iglesia, (3) el ejercicio de la disciplina de la iglesia, y (4) la exhortación a la edificación mutual.

El Ejemplo de la Iglesia Primitiva

En los inicios de la iglesia, venir a Cristo era venir a la iglesia. La idea de experimentar salvación sin pertenecer a una iglesia local era extraña para el Nuevo Testamento. Cuando los individuos se arrepentían y creían en Cristo, eran bautizados y agregados a la iglesia (Hechos 2:41, 47; 5:14; 16:5). Más que simplemente experimentar un compromiso privado con Cristo, esto significaba unirse formalmente con otros creyentes en una asamblea local y dedicarse a la enseñanza de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan, y la oración (Hechos 2:42).

Las epístolas del Nuevo Testamento fueron escritas a las iglesias. En el caso de algunas que fueron escritas a individuos – como Filemón, Timoteo y Tito – estos individuos fueron líderes en iglesias. Las epístolas mismas del Nuevo Testamento demuestran que el Señor asumía que los creyentes se comprometían a una asamblea local.

Hay también prueba en el Nuevo Testamento así como había una lista de viudas candidatas para apoyo financiero (1 Tim. 5:9), así también pudo haber existido una lista de miembros que crecía según como las personas se salvasen (cf. Hechos 2:41, 47; 5:14; 16:5). De hecho, cuando un creyente se mudaba a otra ciudad, su iglesia a menudo escribía una carta de recomendación para su nueva iglesia (Hechos 18:27; Rom. 16:1; Col. 4:10; cf. 2 Cor. 3:1-2).

En el libro de Hechos, mucha de la terminología encaja sólo con el concepto de la membresía formal de la iglesia. Frases tales como “la congregación entera” (6:5), “la iglesia en Jerusalén” (8:1), “los discípulos” en Jerusalén (9:26), “en cada iglesia” (14:23), “la iglesia entera” (15:17), y “los ancianos de la iglesia” en Efeso (20:17), todo sugiere una membresía reconocible de la iglesia con límites bien definidos (también vea a 1 Cor. 5:4; 14:23; Y Heb. 10:25).

(continúa…)

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