miércoles, septiembre 17, 2008

¿Es Injusta la Elección Divina?

¿Es Injusta la Elección Divina?

Is Divine Election Unfair?

(Por John MacArthur)

Tomado de Pulpit Magazine

clip_image001 A pesar de la claridad con la cuál la Escritura se ocupa de este tema, muchos cristianos profesantes de hoy luchan en su aceptación de la soberanía de Dios – especialmente en lo que se refiere a Su obra de elección en la salvación. Su protesta más común, claro, es que la doctrina de la elección es injusta. Pero tal objeción proviene de una idea humana de justicia, en vez un entendimiento objetivo y divino de la justicia verdadera. Con el fin de ocuparnos correctamente del asunto de la elección, debemos dejar a un lado todas las consideraciones humanas y en lugar de eso, debemos enfocar la atención en la naturaleza de Dios y Su estándar justo. La justicia divina es donde el debate debe comenzar.

¿Qué es la justicia divina? Afirmándolo de manera simple, es un atributo esencial de Dios por medio del cual El infinitamente, perfectamente, e independientemente hace exactamente lo que él quiere hacer cuando y cómo quiere El hacerlo. Porque El es el estándar de Justicia, por definición, entonces cualquier cosa que El haga es intrínsecamente justa. Como William Perkins dijo, hace muchos años: “no debemos pensar que Dios hace algo porque es bueno y correcto, sino más bien ese algo es bueno y justo porque Dios lo determinó y lo hizo”.

Por esto Dios nos define lo que es la justicia, porque El es por naturaleza justo, y lo que él hace refleja esa naturaleza. Su misma libre voluntad y nada más está detrás de Su justicia. Esto quiere decir que cualquier cosa que El quiera, es justa; y es justa, no por algún estándar externo de Justicia, sino simplemente porque El lo determina.

Debido a que la justicia de Dios es una emanación de Su carácter, no está sujeta a las suposiciones humanas caídas de lo que la justicia debería ser. El Creador no está en deuda con la criatura, ni aun lo que El en su gracia le place dar. Dios no actúa a causa de obligación y compulsión, sino de Su prerrogativa independiente. Eso es lo que quiere decir ser Dios. Y porque él es Dios, Sus acciones libremente determinadas son inherentemente correctas y perfectas.

Decir que la elección es injusta no es sólo equivocado, fracasa en reconocer la misma esencia de justicia verdadera. Aquello que es justo, y bueno, es aquello que Dios está dispuesto a hacer. Así, si Dios está dispuesto a escoger a aquellos que El salvará, es intrínsecamente justo para El hacer eso. No podemos imponer nuestras ideas de justicia encima de nuestra comprensión de cómo obra Dios. En lugar de eso, debemos ir a las Escrituras para ver cómo Dios Mismo, en Su rectitud perfecta, decide actuar.

Traducido por Armando Valdez

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