miércoles, octubre 16, 2013

Amad a Otros

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Por RC Sproul

 

El amor es algo que a menudo se habla en la cultura actual. Hay un sinnúmero de canciones de amor en la radio todos los días. Muchas revistas dicen contener en sus portadas la fórmula mágica para el amor duradero. Las noticias diarias a menudo contienen historias de los últimos intereses amorosos de los ricos y famosos.

La mayor parte de esto no tiene sentido cuando comparamos estas definiciones de amor a los de la Escritura. Si bien las referencias al amor constantemente nos rodean, más a menudo que no, no es el tipo de amor el que Jesús nos enseña y exige de nosotros cada día.

En Juan 13:34, poco antes de su crucifixión, Jesús dice a sus discípulos: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros. Así como yo los he amado, que también os améis unos a otros” ¿De qué tipo de amor estaba Jesús hablando aquí? No es el tipo de amor voluble que aparece en los medios de comunicación todos los días. No, hablaba de un amor sacrificial, el amor que Él tiene por nosotros. Él nos amó tanto que dio Su propia vida para que podamos vivir eternamente.

Él sigue diciendo en Juan 13:35: “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros” Esto suena muy simple, pero es profundo. Es fácil para nosotros amar a los que más queremos, nuestro cónyuge, nuestros hijos, padres y nuestros amigos más cercanos. Pero ¿es fácil amar a la persona que te interrumpe en la carretera? ¿Es fácil amar al vendedor que te llama durante la cena? O ¿con qué frecuencia usted muestra amor a su compañero de trabajo con el que no está de acuerdo constantemente?

Los más cercanos a nosotros no sólo son los más fáciles de amar, ellos también conocen de nuestra fe en Cristo. El extraño en la calle no. Debemos mostrar el amor de Jesús a todos con los que entramos en contacto cada día. Jesús no se limita a considerar esto una buena idea, Él nos manda que lo hagamos. Mientras que Jesús soportó el sacrificio supremo - Su propia vida - hay muchas pequeñas cosas que estamos llamados a sacrificar por los demás, con el fin de mostrar nuestro amor por ellos.

Cada noche, cuando oro antes de dormir, una de mis primeras oraciones es que el amor de Jesús brille a través de mí cada día. La razón de esta oración es porque se trata de una tarea difícil. Sin la ayuda del Señor, es imposible. Os animo a examinar su vida, a considerar: ¿estás esforzándote para amar a otros como Jesús nos ama? Es una lucha diaria, pero una necesidad diaria. Que el amor de Jesús brille a través de ti todos los días.

Este post ha sido publicado originalmente en la revista Tabletalk.

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