lunes, marzo 10, 2014

¿Cuál es la Respuesta Apropiada a la Gracia de Dios?

clip_image002¿Cuál es la Respuesta Apropiada a la Gracia de Dios?

Por Derek Thomas

 

Sólo puede haber una respuesta apropiada a la gracia: una vida de santidad agradecida. La muerte expiatoria de Cristo fue “con el fin de que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:4).

Hay dos formas de entender estas palabras. Una forma es verlas como una declaración de lo que nuestro Señor logró en la cruz: Él cumplió lo que la ley requería, ofreciendo una perfecta obediencia (la obediencia activa de Cristo) y mediante el cumplimiento de la retribución de la ley por nuestro pecado por Su muerte ( la obediencia pasiva de Cristo). Él cumplió la justicia de la ley por nosotros en Su vida y la muerte.

Guardar la ley de manera agradecida es la respuesta del pecador salvado a la gracia recibida.

Lo más probable, sin embargo, Pablo está diciendo (lo que va a desarrollar en adelante en este capítulo) es que los cristianos, cuyos pecados son perdonados, viven ahora en una obediencia santa y agradecida por la gracia que han recibido. Guardar la ley agradecidamente es la respuesta del pecador salvado a la gracia recibida. El resto de nuestras vidas son una manera de decir: "Gracias."

Por supuesto, la salvación por gracia y no nuestro rendimiento puede verse como una licencia para pecar (antinomianismo). La respuesta de Pablo en Romanos es algo como esto: si no estamos tentados a pensar de esa manera, no hemos entendido el evangelio. El apóstol anticipa nuestra objeción al principio del capítulo 6: “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” (Rom. 6:1).

La Gracia debe levantar la tentación de pensar que podemos pecar lo que nos plazca, y si no es así, no hemos comprendido el verdadero alcance de la gracia. Sin embargo, en ningún momento podemos ceder a la tentación de pensar de esta manera (note la respuesta de Pablo a su pregunta en 6:1 – “de ninguna manera”), porque los cristianos están llamados a una vida de santidad, la santidad motivada por gratitud por todo lo que Dios ha hecho por ellos en el evangelio de Jesucristo.

Guardar la ley por amor es el verdadero camino de la santidad.

La clave para dominar la resistencia descendiente del pecado en nuestras vidas es conocer el impulso de gratitud que sigue a la experiencia del perdón y la reconciliación. Guardar la ley por amor es el verdadero camino de la santidad.


Extracto de How the Gospel Brings Us All the Way Home por Derek Thomas.

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