¿Qué Significa la Frase “todas las cosas” en Romanos 8:32?

Por Derek Thomas

 

“El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas?” (Rom. 8:32)

El amor del Padre se expresa en el sacrificio del Hijo logra "todas las cosas" para los que Dios ama. ¿Qué significa exactamente la frase "todas las cosas"?

La respuesta se encuentra en los versículos anteriores: Dios en su providencia está usando "todas las cosas" juntas para lograr un objetivo específico: nuestra glorificación (Romanos 8:28, 30). Todo lo que nos sucede está diseñado para asegurar que el plan de Dios -conocimiento previo- la predestinación-llamado-justificación-glorificación- se lleve a cabo. “Todas las cosas” se refiere al fruto final y completo de nuestra redención en la gloria.

El evangelio garantiza que seremos llevados a la gloria. Es por gracia que somos salvos de las consecuencias de nuestro pecado, la misma gracia de Dios en el evangelio nos trae a casa. Mejor, Jesús nos trae a casa. Nuestra salvación está ligada no en algo intangible e impersonal, pero en una persona –en Jesucristo. La gracia que garantiza nuestra glorificación final es la gracia de Dios en Jesucristo.

Nuestra salvación está ligada no en algo intangible e impersonal, sino en una persona: en Jesucristo

El evangelio –la buena noticia (en griego, euangelion) –es que Dios ha provisto para los pecadores como yo un Sustituto, Aquel que tomó mi lugar y cargó con las consecuencias de mi pecado. En la cruz, la ira que mis pecados merecen se derramó sobre el Sustituto. Justicia se mostró satisfecha y fue hecha la expiación. Mis pecados fueron imputados al Sustituto; Su justicia ( obediencia cia ") fue imputada a mi cuenta. He recibido los beneficios de la cruz solo por la fe.

¿Quién es el sustituto. Él es Jesús, mi Salvador. Debido a que Pablo vio la cruz como un elemento central del evangelio, él pudo decir: “Nosotros predicamos a Cristo crucificado" (1 Cor. 1:23). Y otra vez, “me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, ya éste crucificado” (1 Cor. 2:2). Y otra vez: “Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras” (1 Corintios 15:3.). La cruz era de “primera importancia.”

Este extracto es una adaptación del libro de Derek Thomas How the Gospel Brings Us All the Way Home .