Cómo Vencer ese Mal Humor
Por Tim Challies
El fin de semana me encontré con algunos artículos diferentes sobre un tema común: el mal humor. Estos artículos estaban destinados a ofrecer orientación en aquellos momentos –aquellos inevitables momentos –cuando estás de mal humor y no puedes salir de ello. Mientras que los artículos tenían algunos consejos útiles, tenían algo en común: Ellos tratan los síntomas en lugar de causa raíz. Trataban con la superación de las manifestaciones de mal humor en lugar de buscar el corazón de mal humor. Los cristianos pueden hacerlo mejor.
Yo sé una o dos cosas acerca del mal humor. Normalmente soy una persona optimista, pero sobre una base regular me veo obligado a hacer frente a un caso bastante significativo de ser gruñón. Sé lo difícil que es echar fuera ese mal humor. Pero a pesar de que puede ser difícil, no es imposible. Aquí está la manera de vencer ese mal humor:
Ir al Evangelio
Si alguna vez hay un momento para predicar el evangelio a usted mismo, es este. Recordarse del evangelio es la comprobación de la gran realidad . Recordarse a sí mismo del evangelio, y permitir que esas verdades crucen su mente y su corazón, es recordarse a sí mismo de la realidad más profunda del universo. Usted se recordara a si mismo que es una persona pecadora que merece la ira de Dios, que Dios mismo ha entrado en este mundo como un hombre, llevando todo el pecado y condenación, que sufrió la ira de Dios en su lugar, y murió la muerte que se merecía, que se levantó en señal de triunfo, y que toda su justicia se ha concedido a usted. Algunas personas dicen que cuando estás de mal humor deberías meditar. Están en lo cierto, excepto que en lugar de la meditación oriental de vaciar la mente, usted necesita esa meditación cristiana –de llenarse la mente, en la cual llena deliberadamente su mente con la verdad del evangelio.
LLámelo como lo que Es
Después de haberse predicado el evangelio a usted mismo, ahora está en un lugar para llamar a ese mal humor como lo que es. Es pecado. Es exactamente el tipo de pecado por el que Jesús tuvo que morir. No existe nunca excusa alguna para estar de mal humor. Ser gruñón es ser de mal genio, malhumorado, hosco y molesto. Esta de mal humor cuando la vida no ha seguido el camino que deseaba, cuando otros han interrumpido sus planes para una vida tranquila y sencilla, cuando otros tienen alguna manera de irritarle. Puede que incluso simplemente se despierta de mal humor por lo que no parece haber ninguna razón en absoluto. Estar de mal humor funciona por sí solo en su mente, por lo que se mantiene pensando en las formas en las que ha sido tratado injustamente. Usted se vuelve irritable y de mal humor. Usted estalla en los demás y se excusa. Hay una categoría de una justa ira ("airaos pero no pequéis", dice Efesios 4:26), pero nunca hay un mal humor justo. Jesús estaba enojado e indignado ante los cambistas en el templo y ante los discípulos que alejaban a los niños. Pero él no estaba de mal humor. El mal humor es pecado, así de simple.
Póngale Nombre
Usted ha reconocido que su mal humor, es pecado. Eso es un gran primer paso, pero el pecado es un término general. Ahora debe avanzar un paso más allá y dar a ese pecado un nombre bíblico. El mal humor no es un término que la Biblia use, por lo que es mucho mejor ir con la irritabilidad, la impaciencia o ira injusta. Tal vez los tres. Esas son las formas en que la Biblia describe su mal humor y en cada caso se describe como pecado. Es posible que desee vestirlo de todo tipo de ropa bonita ("Sólo estoy batallando ahora mismo" o "No pasa nada, estoy en un mal lugar"), pero al final se trata simplemente de uno o más de esos pecados. Al nombrar el mal humor como pecado –el pecado de la ira injusta, o el pecado de la irritabilidad o el pecado de la impaciencia – no se habrá permitido excusa alguna y se ha puesto en una posición para tratarlo de modo adecuado. Y la forma correcta de tratar con él es pedir perdón a Dios por ello.
Nota: Sé que todo esto suena más bien formal y rígido, pero los tres de estos pasos se pueden lograr en diez segundos. Puede valer la pena tomar más tiempo, sobre todo cuando el mal humor se convierte en un patrón, pero en el fragor de la batalla, este tipo de pensamiento se puede hacer en muy poco tiempo.
Vaya a la Fuente
Has ido al evangelio, ha llamado este pecado como lo que es, y ha pedido perdón por ello. Ahora es el momento de ir a la fuente, tratar de establecer la razón de ese mal humor. Puede ser que usted haya estado permitiéndose meditar sobre lo que es feo y pecaminoso, y que su estado de ánimo de pecado se relaciona con sus pensamientos pecaminosos. Puede ser que alguien ha pecado contra usted. Puede ser que usted ha pecado contra su hijo o su cónyuge.
Puede ser que el orgullo sea la causa, y que su mal humor es una respuesta a la vergüenza o una respuesta a ser pasado por alto. Puede ser que usted tenía un sueño en la noche y de alguna manera su cerebro está confundiendo ese sueño con la realidad. (¿Soy el único al que esto le sucede?) Incluso puede ser que usted nunca encontrará una fuente. Pero siempre y cuando usted encuentre esa fuente, también encontrara un medio claro de la respuesta o la restitución –una disculpa (cuando has pecado contra alguien), una confrontación (cuando se ha pecado contra usted), una buena risa a si mismo (cuando te das cuenta de que estás en un mal estado de ánimo sólo porque su orgullo ha sido herido).
Pecado Contrarrestado con la Verdad
La manera de vencer el error –el tipo de error que lleva a mal humor –es contrarrestarlo con la verdad. La verdad es siempre más poderosa que error. El problema con el mal humor es que es tan, tan difícil razonar fuera de él. En su mal estado de ánimo usted necesita actuar en contra de la forma en que usted se siente. Cuando usted se siente de mal humor, es el momento de actuar en maneras veraces, alegres y confiar en que sus sentimientos seguirán sus acciones. Algunos pueden hacer esto simplemente meditando sobre lo que es verdadero. Pero para muchos otros, se necesita ayuda adicional, y aquí tenemos ayuda: la Verdad además de música es una combinación poderosa. Es una combinación que puede convertir fácilmente el corazón en una dirección totalmente nueva. ¡Así que a cantar! Cante de lo que es verdadero –de Dios y el evangelio y la obra de Cristo. Y luego actúe de maneras veraces y piadosas.
El pecado de mal humor, como cualquier otro pecado, es un asunto del corazón. Nuestra tentación es siempre hacer frente a las manifestaciones en lugar de la raíz. La mejor forma y más duradera de vencer ese mal humor es siempre ir al corazón y hacer frente a la causa raíz más profunda.
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