10 Consejos para Ministrar al Hospitalizado
Por Brian Croft
No deje que la visita pastoral se convierta en un arte perdido. 10 herramientas prácticas para equiparlo en esta tarea vital.
Ayer, enseñé una clase en SBTS sobre las visitas al hospital. Les recordé cómo la visita pastoral se ha convertido en un arte perdido en la generación más joven de pastores y que el miedo es una de las muchas razones para el abandono de este ministerio.
La visita pastoral, en los hospitales, especialmente, plantea ese miedo aún más.
Existe el temor de ser expuestos a la enfermedad.
Hay miedo de qué decir, ¿qué hacer, cómo hacerlo? ¿Qué pasa si veo algo que me haga desmayar?
Si ése es usted, permita que estas 10 herramientas prácticas lo preparen para esta tarea y ayudar a minimizar cualquier temor que le pueda haber impedido esta tarea más noble e importante.
1. Haga Preguntas.
Prepárese antes de ir sobre que preguntas desea hacer. Haga preguntas que le informarán de su enfermedad y el tratamiento que puede llevar a conversaciones más espirituales.
2. Lea la Escritura.
Cuando usted no sabe qué decir o hacer, siempre es bueno y útil sacar su Biblia y leer la Escritura. Asegúrese de llevarse una al hospital con usted.
3. Ore el Evangelio.
Cuando el Evangelio se ora, el evangelio se oye. Esta es siempre una buena manera de orar, tanto para el creyente y el no creyente en la habitación. Dios, el hombre, Cristo, Respuesta.
4. Afirme el carácter y las promesas de Dios.
En primer lugar, afirme que Dios es por los enfermos, a continuación, extiéndales las promesas de Dios.
5. Confía en el plan de Dios.
Dios obrará cuando de un paso en fe y vaya. Dios obrará en usted y a través de usted y le dará las palabras para decirlas en el momento adecuado.
6. Deje una nota.
Si no se llega a ver a la persona que vino a visitar, deje una nota para ellos. Se les hace saber que viniste y ofrecerles algo para animarlos mucho después de que se haya usted retirado.
7. Escuche bien.
Resista la tentación de resolver los problemas. Comprenda, no racionalice. Sólo escucha, no resuelva.
8. Toque con discernimiento.
El contacto físico puede ser una forma muy efectiva para derribar los muros de la inseguridad que el paciente siente, pero hágalo con prudencia y de manera apropiada.
9. Mire a los ojos.
El buen contacto visual comunica el interés, la atención y un espíritu de consuelo, algo que una persona enferma necesita sentir de su visitante.
10. Prepare su corazón.
Prepárese para lo que pueda experimentar y que usted vaya en amor, no en deber. Las personas enfermas en el hospital tienen una gran intuición sobre si usted realmente quiere estar allí, o no.
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