El Ocultismo: Fuente de la Teoría de los Cuatro Temperamentos
Martín y Deidre Bobgan
Una investigación breve de la historia de los cuatro
temperamentos es todo lo que se requiere para descubrir que sus orígenes yacen
en mitos antiguos y prácticas del ocultismo. Desde los tiempos antiguos hasta la
edad media, los médicos y los filósofos emplearon su comprensión de los cuatro
"humores" (líquidos del cuerpo humano), los cuatro temperamentos y los signos
del zodíaco para tratar las enfermedades y para comprender las diferencias entre
las personas.
Los cuatro elementos básicos de la cosmología griega son
fundamentales para la teoría de los cuatro temperamentos de la personalidad
humana. Empédocles (495-425 a.C.), un filósofo griego, enseñaba que había cuatro
elementos básicos en el universo: fuego, aire, tierra y agua. Cada uno de ellos
tenía cualidades específicas que medían su nivel de calor, frío, seco y húmedo.
El fuego era caliente y seco; el aire era caliente y húmedo, la tierra era fría
y seca y el agua era fría y húmeda.(1) Debido a la mezcla de
cosmología con mitología, cada elemento también tenía su dios o diosa
correspondiente. Escribiendo acerca de los cuatro elementos, Empédocles
dijo:
"Por lo tanto, primero déjame informarte acerca de todo lo que
hay en esas cuatro raíces: Zeus el resplandeciente; Hera, la que trae vida,
Aïdoneus, y Nestis quien en sus lágrimas está derramando para el hombre una
fuente de vida".(2)
Zeus es el fuego, Hera es el aire, Aïdoneus es la tierra y
Nestis es el agua. Los cuatro elementos básicos y sus cualidades también
formaban parte de la astrología griega primitiva.(3)
Más tarde, Hipócrates (460-336 a.C.) amplió la teoría de
Empedocles acerca de cuatro elementos, y enseñaba que había cuatro líquidos (o
humores) del cuerpo que corresponden a los cuatro elementos: sangre, bilis
amarilla, bilis negra y flema. Según su teoría, la salud dependía del equilibrio
de esos humores en el cuerpo y las enfermedades procedían de un desequilibro
entre los mismos.(4) Hipócrates también enseñaba que existía una
relación entre los líquidos del cuerpo y las estaciones del año, junto con
variaciones de cada líquido correspondiente a las diferencias entre las
estaciones. Por ejemplo, alegaba que se observaba un aumento en flema durante el
invierno y que su temporada baja era el verano(5) (¿Tal vez una
teoría primitiva acerca del resfriado común?).
Hipócrates creía que la gente tenía proporciones diferentes de
los humores y que un humor era más o menos dominante. Así que en su esquema de
las relaciones entre los elementos y sus cualidades, los líquidos (humores) y
las estaciones estarían arreglados así:
Elemento Cualidades Humor Tipo Estación
- Aire Caliente/Húmedo Sangre Sanguinario Primavera
- Fuego Caliente/Seco Bilis Amarilla Colérico Verano
- Tierra Fría/Seca Bilis Negra Melancólico Otoño
- Agua Fría/Húmeda Flema Flemático Invierno
Hipócrates es a quien le acreditan generalmente la teoría
humoral-temperamental de la personalidad, debido a que él conectó los tipos con
los estados mentales y físicos. Por ejemplo, la sangre, siendo caliente y
húmeda, daba el color rosa a la cara y proporcionaba un temperamento alegre
(sanguinario). En cambio, flema, siendo frío y húmedo, producía en la piel un
aspecto pálido, sin color, como agua, y un temperamento blandengue o perezoso.
Pero Hipócrates se dedicó principalmente a la relación entre los humores y las
enfermedades más que a la personalidad. Y aunque él desarrolló el concepto
original de una correspondencia entre los líquidos del cuerpo y los cuatro
elementos y veía relación entre los humores y el temperamento, él no desarrolló
plenamente la teoría de los temperamentos de personalidad.
Otras personas continuaban usando esa teoría como base y edificando sobre las tesis originales de Hipócrates. Por ejemplo, Platón (427-347 a.C.), quien había estudiado bajo Sócrates, contendía que el estar fuera de sí resultaba de contacto de los humores malos con el alma mortal del hombre(6). Platón enseñaba que las cualidades de los elementos y la constitución de los humores tenía una relación directa con el comportamiento. Alegaba que:
"La verdad es que la intemperancia del amor es una enfermedad del alma que es debida principalmente a la humedad y la viscosidad que es producida en uno de los elementos por la poca consistencia de los huesos".(7)
Platón continuaba así en su diálogo erróneo, argumentando que el mal comportamiento era debido al menos en parte a la condición del cuerpo:
"Porque ningún hombre es malo voluntariamente; sino que los malos llegan a ser así debido a una disposición mala del cuerpo, y la mala educación; cosas que son desagradables pero que acontecen a cada hombre en contra de su propia voluntad".(8)
A continuación Platón explicaba cómo acontecía eso:
"Porque donde el ácido y salado flema y otros humores amargos y bilosos vagan en el cuerpo sin encontrar salida ni escape, sino que están encerrados allí y mezclan sus propios vapores con la moción del alma, y son mezclados...siendo llevados a los tres lugares del alma...ellos ocasionan una variedad infinita de mal humor, estado melancólico, imprudencia y cobardía, el ser olvidadizo y los estados de estupor".(9)
Aristóteles (384-322 a.C.), alumno de Platón, creía que la forma del cuerpo reflejaba también las actividades del alma. Él se interesaba por cómo los humores estaban involucrados en la formación del cuerpo y de la mente. Asociaba la sangre caliente y espesa con fuerza y la sangre fría y menos espesa con inteligencia.(10)
Aristóteles también escribía extensamente sobre la relación entre bilis negra y un temperamento melancólico.(11) Porque él estaba muy convencido de la teoría humoral de Hipócrates, Aristóteles concluía que los males mentales y emocionales tenían un origen físico.(12)
Claudio Galen de Pérgamo (130-200 d.C.) fue el médico que avanzó en la teoría de Hipócrates y las propagandizaba en el mundo romano. Él edificaba sobre las teorías originales de Hipócrates y escribía más plenamente sobre la relación entre los humores y los temperamentos. Buscaba explicar las diferencias de emociones y conducta entre las personas y desarrollar tratamientos adecuados para los distintos temperamentos(13). De hecho, algunas de sus descripciones de características fisiológicas y su relación con la personalidad eran bastante detalladas. Supuestamente, todo podía ser explicado mediante un equilibrio entre los humores y las cualidades de calor, frío, seco y húmedo. Por ejemplo, Galen escribió así:
"Los que son más calurosos también son más peludos e
irascibles... Si sus muslos manifiestan pelo denso entonces son muy
lujuriosos... Pero si alguien tiene mucho pelo sobre su pecho, no es que su
cuerpo sea necesariamente más caluroso, porque la mayor parte de su calor está
en su corazón y por eso él es más apasionado... Pero si su piel es sin pelo,
lisa y blanca, entonces viene a ser cobarde, tímido y
pasivo".(14)
Galen combinó las cualidades elementales y los humores corporales con características más específicas de la personalidad. Brevemente, su esquema parecería así:
Elemento Cualidad Humor Tipo Rasgos
- Aire Caliente/Húmedo Sangre Sanguinario alegre, caluroso
- Fuego Caliente/Seco Bilis Amarilla Colérico pronto para la ira
- Tierra Fría/Seca Bilis Negra Melancólico melancólico, triste
- Agua Fría/Húmeda Flema Flemático plácido, perezoso
La misma palabra temperamento viene de la palabra latina,
temperamentum, que significa "mezcla correcta". La idea era que si los
líquidos del cuerpo fueran templados, es decir, reducidos en su intensidad
mediante un equilibrio entre los humores, entonces la sanidad resultaría. Porque
los primeros griegos y los romanos creían que los líquidos corporales eran
influidos por la presencia universal de los cuatro elementos (aire, fuego,
tierra y agua), ellos también creían que el equilibrio personal podría ser
alterado por los cambios atmosféricos. Aun pensaban que la posición de los
planetas alteraba los líquidos en el cuerpo para bien o para mal porque creían
que existía "una relación directa entre el macrocosmos del universo y el
microcosmos del organismo". Además, ellos creían que "los contrarios deben ser
curados por sus contrarios".(15) Esto es muy similar al concepto
astrológico de las polaridades y los intentos modernos de equilibrar los rasgos
negativos de la personalidad con los rasgos contrarios u opuestos.
Asociación Temprana Con La Astrología
La teoría de la personalidad asociada con los cuatro temperamentos fue enlazada íntimamente con otro sistema correspondiente de personalidad: Los signos astrológicos del zodíaco. La Enciclopedia de Psicología afirma:
"Aunque los cambios en la presentación de los astros fueron estudiados primeramente para hallar en ellos algo que afecta la vida del grupo, una racional para la relación entre tipos de personalidad y el tiempo del nacimiento comenzaba a evolucionarse bien antes del principio de la era cristiana. En el centro de la vista astrológica de la personalidad está el sistema de 12 patrones o tipos que corresponden a los 12 signos del zodíaco. Los 12 tipos pueden ser considerados a tener tres modos de expresión de cada uno de los cuatro elementos apuntados por Empédocles, como para decir que hay tres signos para aire, tres para tierra, tres para fuego y tres para agua. Esa tipología ha gozado de popularidad por más de 2.000 años".(16)
Los doce tipos de personalidad zodíacos son arreglados en cuatro grupos conteniendo tres signos en cada grupo. Esos son llamados trigones o triplícitos. Cada triplícito corresponde a uno de los cuatro elementos de Empédocles. Además, cada triplícito corresponde a uno de los cuatro humores de Hipócrates. Y cada triplícito corresponde a uno de los cuatro temperamentos. De Empédocles a Galen, cada persona que desarrollaba esas categorías creía también en las influencias de los planetas y los astros sobre los elementos, los humores y los temperamentos.
1. R.W. Lundin, "Humoral Theory" (Teoría Humoral), Enclyclopedia of Psychology, Tomo II. Raymond Corsini, ed. Nueva York: John Wiley & Sons, 1984, p.167.
2. Felix M. Cleve. The Giants of
Pre-Sophistic Greek Philosophy: An Attempt to Reconstruct Their Thoughts
(Los Gigantes De La Filosofía Griega Pre-Sofista: Intentando Reconstruir Sus
Pensamientos), Tomo II, The Hague, Países Bajos: Martinus Nijhoff, 1965,
pp.342-343.
3. Louis MacNeice. Astrology
(Astrología). Londres: Bloomsbury Books, 1989, p.120.
4. Lundin, op.cit., p.167
5. Edwin Burton Levine. Hippocrates. Nueva
York: Twayne Publishers, Inc., 1971, p.46.
6. K. J. Shapiro, "Mental Illness: Early
History." (Enfermedad Mental: Historia Antigua), Encyclopedia of
Psychology, Tomo II, Raymond Corsini, ed. Nueva York: John Wiley &
Sons, 1984, p.360.
7. The Dialogues of Plato (Los Diálogos de
Platón), Tomo II, B. Jowett, trans. Nueva York: Random House, 1937, p.63.
8. Ibid.
9. Ibid.
10. Rudolph E. Siegel. Galen on
Psychology, Psychopathology, and Function and Diseases of the Nervous
System (Galen sobre la Psicología, la Psicopatología, y Función y
Enfermedades del Sistema Nervioso). Nueva York: S. Karger, 1973, p.174.
11. Stanley W. Jackson. Melancholia and
Depression: From Hippocratic Times To Modern Times (Melancolia y
Depresión: De los Tiempos De Hippócrates a los Tiempos Modernos.). New
Haven: Yale University Press, 1986, p.5.
12. Shapiro, op. cit., p.361.
13. Lundin, op. cit., p.167.
14. Siegel, op. cit., p.178.
15. Henry Sigerist. A History of
Medicine (Una Historia de la Medicina). Nueva York: Oxford
University Press, 1986, p.5.
16. R. W. Coan, "Personality Types" ("Tipos
de Personalidad"). Encyclopedia of Psychology, Tomo III. Raymond
Corsini, ed. Nueva York: John Wiley & Sons, 1984, p.24.
traducido por Carlos Tomás Knott
Psychoheresy Awareness Ministries, 4137 Primavera Road, Santa Barbara, CA 93110. Tel. +1 805 683 0864. Correo electrónico: bobgan@psychoheresy-aware.org
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Tim LaHaye Y La PsicoherejíaUno de los promotores más prolíficos de la teoría de los cuatro temperamentos, la cual procede del ocultismo, es el Dr. Tim LaHaye. Hemos confrontado su obra, así como la de muchos otros, en nuestro libro: Four Temperaments, Astrology & Personality Testing (Los Cuatro Temperamentos, La Astrología & Los Tests De Personalidad).
La teoría de los cuatro temperamentos es un sistema antiguo que fue propuesto para entender la naturaleza humana y ayudar a las personas, colocándolas en grupos según sus temperamentos básicos. Las cuatro categorías de temperamentos son: Sanguíneo, Colérico, Melancólico y Flemático. Cada categoría o tipo es definido por una lista de características descriptivas. Entonces, se trata de aparejar a las personas con las descripciones y asignarlas a una categoría.
Al pasar la teoría de un siglo a otro, las descripciones de
cada tipo han sido modificadas y ampliadas. Los términos descriptivos para cada
categoría no siempre son iguales entre los que emplean el sistema de los cuatro
temperamentos. Para algunos, una característica particular, como:
liderazgo, sería empleada para describir a un colérico; para otros
describe al Sanguíneo. Así que, las listas no son fijas ni firmes. Varían según
la persona que las emplea.
A lo largo de los años, los filósofos, psiquiatras y psicólogos han diseñado numerosas tipologías para clasificar a las personas según su comportamiento social, sentimientos, percepciones, actitudes y aun su aspecto físico según la relación que pueda tener con su temperamento.
Una mirada breve a la historia de los cuatro temperamentos revelará que sus orígenes yacen en los viejos mitos y las prácticas ocultistas. Desde los tiempos antiguos hasta la edad media, los médicos y los filósofos emplearon su entendimiento de los cuatro humores (líquidos del cuerpo), los cuatro temperamentos, y los signos del zodíaco para tratar las enfermedades y comprender las diferencias entre las personas.
Los cuatro temperamentos finalmente fueron devaluados y considerados como recuerdos anticuados de los esfuerzos antiguos para entender y tratar las diferencias entre personas. Aunque se quedaron como un punto de novedad histórico, a menudo fueron totalmente ignorados en los textos de psicología. De hecho, pocos eruditos hicieron caso de las clasificaciones de los cuatro temperamentos, excepto como una referencia histórica.
No obstante, los temperamentos ahora gozan de avivamiento fuera de los círculos científicos. Neaman notó en 1975:
"Muy degradado, pero curiosamente influyentes, las tradiciones sobreviven en nuestros tiempos, en las formas populares de horóscopo y en palabras como "Sanguíneo", "colérico", "maníaco", "flemático" y "melancólico". El mundo moderno está experimentando un resurgimiento de interés en la relación entre la genética, el tiempo del nacimiento, los rasgos físicos y las disposiciones psíquicas".(1)
Y en ningún lugar son más populares los cuatro temperamentos como entre los astrólogos y los "cristianos evangélicos".
Los cuatro temperamentos evolucionaron de una vista mitológica y astrológica del hombre y del universo, y estaban combinados consistentemente con los signos del zodíaco. Siguen siendo empleados para mejorar la condición humana mediante el conocimiento y la manipulación de las fuerzas y las debilidades que estaban presentes al nacer la persona. Aunque los "cristianos" que emplean los cuatro temperamentos hoy en día lo hagan sin el resto de la astrología, los cuatro temperamentos son aquel rasgo de astrología, hecho agradable al paladar de los cristianos.
¿Por Qué Son Tan Populares?
Los cuatro temperamentos, que habían pasado de moda desde los tiempos medievales, han subido en popularidad entre los "cristianos evangélicos" del mismo modo que la astrología ha subido en popularidad entre los que profesan no ser cristianos. Quizá debido al aumento de la complejidad de la vida y los numerosos y complejos sistemas psicológicos, la gente busca una forma sencilla de entenderse y de entender a los demás.
Los cuatro temperamentos son fáciles de entender y de usar. Ofrecen explicaciones simplistas para la complejidad de diferencias entre individuos, y proponen soluciones simplistas a los problemas complejos de la vida. Además, muchos "cristianos" confían en la teoría de los temperamentos porque creen que es algo fidedigno, ayudador y compatible con la Biblia.
Desde el principio, las tipologías fueron diseñadas para ayudar a las personas a entenderse y a mejorar su condición. Cada uno de los cuatro temperamentos tiene características positivas y negativas. Los rasgos positivos son llamados "fuerzas" o "ventajas" y los rasgos negativos son llamados "debilidades". Entonces, las personas supuestamente se comprenden a sí mismas y a los demás, porque identifican los rasgos positivos y negativos en cada uno, y luego encajan a cada cual en una de las cuatro categorías. Luego, con esto que llaman "conocimiento de uno mismo", trabajan para mejorar sus "fuerzas" o "ventajas" y para vencer sus "debilidades". Cuando se encajan a sí mismas y a otros en alguna categoría, ya no se sorprenderán tanto cuando se manifiesten los rasgos negativos del comportamiento. Incluso habrá la ilusión de poder predecir el comportamiento.
El Sistema Lahaye De Temperamentos
LaHaye presentó los cuatro temperamentos a los cristianos evangélicos en 1966. Los cuatro temperamentos habían sido descartados desde después de la Edad Media y fueron anulados como medida válida para entender a la gente, hasta que unas pocas personas los descubrieron en los recuerdos del pasado, y los presentaron en lenguaje del Siglo XX. Una de aquellas almas fue el Dr. Ole Hallesby, un teólogo noruego que escribió el libro: Temperamentene i kristelig lys, editado en 1940 y traducido al inglés en 1962 como Temperamento y la Fe Cristiana.(2) LaHaye dice que "tomó extensivamente" de este libro al escribir su libro: Spirit-Controlled Temperament ("Temperamento Controlado por el Espíritu"), que fue editado cuatro años después de la versión inglesa del libro de Hallesby.(3)
El libro de Hallesby no tiene notas de referencia para apoyar sus declaraciones acerca de cada uno de los cuatro temperamentos. Su libro es una mezcla de sus propias observaciones limitadas y las opiniones de otros individuos no nombrados. Sin embargo, disertando sobre las características del Sanguíneo, Colérico, Melancólico o Flemático, habla como si sólo diera datos verídicos. LaHaye sigue en la misma tradición. Aunque acredita a Hallesby por mucho de su material, no tiene investigaciones ni otro apoyo por la explicación detallada de las características. Las categorías y descripciones han sido pasadas de uno a otro a lo largo de las edades en la misma manera que las fábulas de viejas, contra las cuales la Escritura nos advierte claramente (1 Ti. 4:7).
LaHaye continúa promocionando los cuatro temperamentos difuntos
en su libro Transformed Temperaments ("Temperamentos Transformados").
En este libro comete varios errores acerca de la historia de los cuatro
temperamentos. Aparentemente no había entendido ni la profundidad ni el alcance
de la obra por Claudio Galeno de Pérgamo al delinear los rasgos de los cuatro
temperamentos. Además, dice equivocadamente que Galeno vivía en el Siglo XVII en
lugar del Siglo II.(4) Esto puede parecer sin importancia, pero
demuestra la falta de investigación rigurosa hecha en preparación para escribir
un libro que pretende decir a la gente cómo utilizar la teoría de los cuatro
temperamentos y la personalidad para su crecimiento espiritual.
LaHaye parece haber empleado recursos mínimos para sus
descripciones de los cuatro temperamentos. Principalmente tomó del libro de Ole
Hallesby (el cual carece totalmente de citas o referencias académicas y de
investigación), y cita del filósofo alemán, Immanuel Kant, como demuestra el
libro de Eysenk, Fact and Fiction in Psychology ("Datos y Ficción en la
Psicología").(5) LaHaye seguramente no podía haber tomado en serio el
resto del libro de Eysenck, o habría sido mucho más cauto en sus declaraciones
acerca del uso de los temperamentos para el crecimiento espiritual.
A pesar de la declaración de LaHaye que: "la clasificación en
cuatro de los temperamentos todavía es empleado ampliamente", los psicólogos
teóricoss por lo general habían abandonado la tipología de los cuatro
temperamentos. De hecho, es difícil encontrar material académico reciente que
los trate. Aparte de su valor histórico, los cuatro temperamentos casi han
desaparecido del escenario de las investigaciones, como algo anticuado, pasado
de moda para analizar y entender la naturaleza humana. En cuanto a validez por
criterio externo, es interesante que LaHaye intentara convalidar la teoría de
los temperamentos sobre la base de los expertos de ortografía.(6)
Estos grafólogos alegan que el estilo ortográfico de la persona revela su
personalidad. Sin embargo, numerosos estudios de investigación han refutado sus
alegaciones.(7)
Del mismo modo que Freud creía que el hombre es impulsado por
fuerzas invisibles en su subconciencia, LaHaye enseña que el temperamento de la
persona es: "la fuerza invisible que yace debajo de los hechos humanos".
Afirma:
"¡No hay nada más fascinante acerca del hombre que su
temperamento!" Es el temperamento que provee a cada ser humano con las
cualidades distintivas que le hace único e individualmente diferente de los
demás seres humanos, como las formas diferentes que Dios ha dado a los copos de
nieve. Es la fuerza invisible que yace debajo de los hechos humanos, una fuerza
que puede destruir a un ser normal y productivo, a menos que sea disciplinada y
dirigida".(8)
Inmediatamente uno piensa que conocer su temperamento es
esencial si quiere escaparse de la destrucción y ser productivo.
LaHaye también incluye en su esquema la tipología del
psiquiatra ocultista Carl Jung, del Introvertido-Extrovertido. Coloca al
Sanguíneo y al Colérico bajo el tipo Extrovertido, al Melancólico y al Flemático
bajo el tipo Introvertido.(9) También asigna el "pecado universal" de
la ira a los Sanguíneos y los Coléricos, y el "pecado universal" del miedo a los
Melancólicos y los Flemáticos.(10) Los gráficos y las descripciones
hacen que todo el montaje parezca ser académico, basado sobre datos y por lo
tanto, una representación fiel. Pero, son clasificaciones y combinaciones
arbitrarias. En sus libros posteriores añade a las listas y las embellece, y aun
fabrica un test que las personas se pueden hacer y así encajarse en su
sistema.
LaHaye enseña que la teoría de los cuatro temperamentos para
entender la humanidad es compatible con la Biblia. Dice:
"Los cuatro temperamentos parecen apelar a los cristianos
porque son compatibles con muchos conceptos bíblicos. Como la Biblia enseña que
todos los hombres tienen una naturaleza pecaminosa, así también los
temperamentos enseñan que todos los hombres tienen debilidades. La Biblia enseña
que el hombre tiene un pecado que le asedia, y los temperamentos lo subrayan. La
Biblia dice que el hombre tiene una "antigua naturaleza" que es la "carne" o la
"carne corruptible". El temperamento está compuesto de rasgos heredados, algunos
de los cuales son debilidades".(11)
Entonces, puesto que la Biblia no enseña directamente los
cuatro temperamentos, LaHaye presenta a cuatro personajes mayores de la Biblia,
en términos de los temperamentos. LaHaye advierte a la gente acerca de usar los
cuatro temperamentos sin discriminación, para clasificar a otras
personas.(12) No obstante, él presume con osadía de aplicar los
cuatro temperamentos a Pedro, Pablo, Moisés y Abraham, en Transformed
Temperaments ("Temperamentos Transformados"). Convierte a Pedro en un
Sanguíneo, a Pablo en un Colérico, a Moisés en un Melancólico y a Abraham en un
Flemático.(13)
En su libro: Why You Act The Way You Do ("Porqué Te
Comportas Así"), LaHaye transforma al rey David en una combinación de Sanguíneo
y Melancólico.(14) Pero, otro maestro de los cuatro temperamentos,
Florence Littauer, dice que cuando la persona parece tener temperamentos
opuestos, como Sanguíneo y Melancólico, uno de ellos es realmente una
máscara.
LaHaye afirma que sus libros acerca de los cuatro temperamentos
han alcanzado a "dos o tres millones de personas", pero no está dispuesto a
debatir públicamente el tema de los cuatro temperamentos. Intentando dar apoyo a
su teoría, LaHaye alega que: "Salomón vio cuatro tipos de persona en Proverbios
30:11-14, hace más de tres mil años. Aproximadamente quinientos años después,
Hipócrates, el 'Padre de la medicina moderna', dio a los temperamentos sus
nombres".(15) Como muchas otras justificaciones que LaHaye da cuando
intenta apoyar su teoría difunta y procedente del ocultismo, ésta también
fracasa cuando la inspeccionamos.
Comencemos mirando en Proverbios 30:11-14, el texto que LaHaye
emplea cuando procura hacer bíblicos los cuatro temperamentos.
"Hay generación que maldice a su padre y a su madre no bendice.
Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su
inmundicia. Hay generación cuyos ojos son altivos y cuyos párpados están
levantados en alto. Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas
cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre
los hombres".
Ahora, comparemos estos cuatro versículos que describen hechos
y actitudes malvados, con los cuatro temperamentos. Para ayudarnos a aclarar la
comparación, colocamos una característica generalmente aceptada al lado de cada
uno de los siguientes cuatro temperamentos.
- Sanguíneo - Feliz
- Colérico - Optimista
- Melancólico - Melancólico
- Flemático - Tranquilo
Es obvio inmediatamente que no hay ninguna relación entre los
cuatro versículos en Proverbios y los cuatro temperamentos, excepto en el
cuarto. El escritor de Proverbios habla de una generación o grupo de personas
orgullosas y rebeldes, y que son corruptas moral y espiritualmente. Aunque
resulta que apunta cuatro grupos, uno puede hallar en las Escrituras otros usos
de la palabra traducida "generación" además de estos cuatro, tales como "la
generación de los justos" (Sal. 14:5), "la generación de los que buscan a Dios"
(Sal. 24:4-6), y "generación contumaz y rebelde" (Sal. 79:13). A pesar de esto,
LaHaye propaga esta falsedad a millones de personas.
LaHaye dice: "Siempre digo a mis críticos que si no les gusta
esta teoría para ayudar a las personas, que produzcan una mejor y la
emplearé".(16) Recomendamos algo que es mucho mejor y que no es
ninguna teoría. Es la VERDAD hallada en la Palabra de Dios. Y no necesita
ninguna argumentación ni amplificación por Freud, ni Jung, ni ningún teórico de
temperamentos. ¿La empleará LaHaye, la recomendará como suficiente para la vida
y la piedad? Hasta ahora no lo ha hecho.
Una de las razones alegadas para usar los temperamentos es
para ayudar a las personas ver sus debilidades y pecados para que puedan
vencerlos. Pero el Espíritu Santo no necesita teorías extra-bíblicas para
señalar nuestros pecados. Debido a la naturaleza pagana del sistema y los
errores que contiene, un cristiano puede hallarse en la esclavitud, tratando de
mejorarse mediante la modificación de sus debilidades y el ejercicio de sus
fuerzas, en lugar de permitir al Espíritu Santo trabajar a Su manera en su
vida.
Si realmente deseamos identificar nuestros pecados y
nuestros hábitos pecaminosos, el Señor nos dará amplia oportunidad para
descubrirlos. Nuestro problema no es que no podamos descubrir nuestras
tendencias pecaminosas sin conocer los cuatro temperamentos. El problema es que
no queremos reconocer nuestra propia condición pecaminosa. Pero cuando queramos,
el Señor es fiel para contestar una oración como la del Salmo 139:23-24.
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce
mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino
eterno".
El libro: Four Temperaments, Astrology & Personality
Testing (Los Cuatro Temperamentos, La Astrología & Los Tests De
Personalidad) expone las raíces ocultistas de la teoría de los temperamentos y
critica el uso de tests de personalidad y teorías para catalogar a la gente.
NOTAS:
1. Judith S. Neaman. Suggestions of the Devil: The Origins
of Madness ("Sugerencias del Diablo: Los Orígenes de la Demencia"). Garden
City: Anchor Press/Doubleday, 1975, pág. 8.
2. Ole Hallesby. Temperament and the Christian Faith
("Temperamento y la Fe Cristiana"). Minneapolis: Augsburg Publishing House,
1962.
3. Tim LaHaye. Spirit-Controlled Temperament
("Temperamento Controlado por el Espíritu"). Wheaton, IL: Tyndale House, 1966,
edición de 1967, pág. 4.
4. Tim LaHaye. Transformed Temperaments
("Temperamentos Transformados"). Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1971,
pág. 10.
5. Hans J. Eysenck. Fact and Fiction in Psychology
("Datos y Ficción en la Psicología"). Baltimore: Penguin Books, 1965, págs.
55-57.
6. Tim LaHaye. Why You Act the Way You Do ("Porqué Te
Comportas Así"). Tyndale House Publishers, Inc., 1984, pág. 14.
7. Adrian Furnham. "Write or Wrong: The Validity of
Graphological Analysis," The Skeptical Inquirer ("El Preguntador
Escéptico"), Vol. 13, No. 1, Fall 1988, págs. 64-69.
8. LaHaye, Spirit-Controlled Temperament, op.
cit., pág. 4.
9. Ibid., pág. 112.10. Ibid., pág. 70.
11. LaHaye, Transformed Temperaments, op. cit., págs 17-18.
12. Ibid., pág. 19.
13. Ibid., págs. 30-131.
14. LaHaye, Why You Act the Way You Do, op. cit., pág. 40.
15. Carta archivada.
16. Carta archivada.
Este artículo apareció en PsychoHeresy Awareness
Letter, julio-agosto 1999, Vol. 7 , Nº 4, escrito por los señores Bobgan.
Traducido por Carlos Tomás Knott. Los hermanos Bobgan tienen un sitio en
internet dedicado a exponer y replicar a la PsicoHerejía: http://www.psychheresy-aware.org Su
dirección de correo electrónico es bobgan@psychoheresy-aware.org
1 comentario:
Me pareció excelente el estudio, no me parece correcto que los evangelicos andemos propagando teorías y filosofias absurdas sobre el temperamento de los seres humanos. Bendiciones.
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