Siendo Tratado Mejor Que El Maestro

Siendo Tratado Mejor Que El Maestro

Por Tim Challies

En el mensaje de ayer incluye esta cita de Matthew Henry: “los seguidores de Cristo no pueden esperar un mejor trato en el mundo que su Maestro.” Me gustó bastante que más tarde de que lo añadiera al Twitter fue ‘retwiteado’ muchas veces. Más adelante en el día me puse a pensar en estas palabras un poco más y las encontré más bien convincentes. Lo que Henry dice es verdad, por supuesto: los que siguen a Jesús no deben esperar ser tratados mejor que El. Así lo atestigua el Nuevo Testamento y se muestra en la historia de la iglesia primitiva. Los que siguieron a Jesús sufrieron. Los que siguieron a Jesús más de cerca sufrieron más.

Pero aquí está lo que he encontrado convincente: me tratan muy bien en el mundo. Convertirse en un pastor ha sido muy interesante, ya que parece ser una posición que inspira respeto. Cuando alguien me pregunta lo que hago y les contesto que soy un pastor, la mayoría de la gente responde muy positivamente. A menudo la gente quiere de inmediato confesar un pecado ó confesarse por qué ya no asisten a la iglesia. Lo que ha sido constante, sin embargo, es que me tratan bien. Y, en realidad, esta ha sido mi experiencia durante toda la vida como cristiano. Me gusta una buena cita sobre el sufrimiento como cristiano más que nadie, pero ellas suenan más verdaderamente teóricas que experimentales.

Y todo esto me hace preguntarme, si Henry está bien, ¿podría ser que la razón por la que somos tratados mejor que Cristo es que no somos fieles en llevar el mismo mensaje que él trajo? ¿Somos fieles para llevarlo a los perdidos con la misma fuerza y ​​la misma motivación? ¿Le agradaríamos realmente, si no somos tratados como él?

Cuando miro hacia atrás, veo que a menudo he hecho declaraciones como ésta: “Dios nos ha dado un tiempo de paz y tranquilidad notable” Esa es mi explicación de la paz y el respeto que experimentamos. Reconozco que durante la mayor parte de la historia de la iglesia los cristianos han sido perseguidos, y si no están siendo activamente perseguidos, solo están recuperándose de la persecución o la están viendo en el horizonte. En otras partes del mundo –en gran parte del mundo– los cristianos se enfrentan a la persecución, los cristianos en curso. ¿Por qué nosotros no?

A veces me pregunto si Dios nos ha dado este tiempo, si El ha creado las condiciones para ello, si realmente es ese tiempo de paz y tranquilidad, o si lo hemos hecho nosotros mismos. ¿Es posible que en realidad sólo estemos utilizando este tipo de discurso como una excusa? ¿Lo utilizamos como una base para nuestra propia pasividad?

Permítanme hacer una comparación con la paternidad. Aileen y yo hemos tenido ocasiones como padres de familia, donde nos damos cuenta de que ha pasado bastante tiempo desde que hemos tenido una disciplina activa con uno de nuestros hijos (o la totalidad de nuestros hijos). Aunque no es siempre el caso, nos preguntamos en estos tiempos, “¿Han cambiado? ¿O es que simplemente dejamos de cuidarlos? ¿Estamos permitiendo el mal comportamiento sólo porque hemos dejado de cuidarlos?” En otras palabras, ¿hemos creado las condiciones a través de nuestra propia apatía?

Supongo que tengo más preguntas que respuestas. Pero creo que las preguntas son justas. Si estamos siendo lo que somos llamados a ser, si estamos viviendo la forma en que somos llamados a vivir, si estamos sirviendo a los que estamos llamados a servir, ¿por qué no estamos siendo tratados de la forma en que se nos ha dicho que esperamos?