La Plantación de Iglesias y la Prioridad del Púlpito
por Eric DavisSi ha sintonizado en la charla de la plantación de iglesias últimamente, usted pudo haber oído algo como lo siguiente: “Nosotros somos más de comunidad, ustedes son de evento dominical”, “Nosotros somos más misioneros, ustedes son mas del púlpito.” Es un énfasis en la comunidad y / o misión, sobre la predicación.
Del mismo modo, recientemente he oído este consejo: “Si usted está en su camino a la reunión del domingo y ve a su vecino pintar su valla, olvide la reunión, de la vuelta, vaya a casa y consiga su brocha.”
Ahora, el servicio a nuestros vecinos por el evangelio es fidelidad, sin duda. Pintar la barda de sus vecinos podría incurrir a compartir el único mensaje que salva. La comunidad bíblica genuina es un no-negociables para la iglesia local.
Dicotomías Peligrosas
Aun así, entre la discusión de plantación de iglesias, parece que hay una falsa distinción entre “comunidad” y “misiones”, y el ministerio del púlpito. Existe la tentación de considerar el púlpito menos de moda, o incluso un avío opcional, al ministerio de plantación de iglesias verdadero.
Comunidad frente vs Exposición
La existencia de un monólogo no significa automáticamente que la comunidad bíblica no está sucediendo. Por el contrario, la proclamación expositiva de la Palabra es la forma más sagrada en la que la iglesia local tiene comunidad.
Piense en ello. En el promedio de reunión dominical para su congregación promedio de 100: Alguien con Grado de Maestría consumado en sus años 40 está sentado junto a tres de 20 y algunos, junto a uno de 60 –algún dueño de pequeño negocio, quien está detrás de un matrimonio joven. Juntos, pasan varios minutos charlando, y luego otros 30 cantan en voz alta y uno al otro, movidos por la gloria de Dios en la canción, seguido de escuchar una sana exposición, en conjunto, ellos experimentan del ministerio de convicción y de consuelo del Espíritu. Están todos asistiendo a comprender y aceptar la voluntad de Dios. Usted sería presionado duro para montar una población demográfica diversa para un propósito significativo fuera de la iglesia local-si usted trata.
Sin embargo, mientras que la población demográfica diversa puede ser una característica notable de la iglesia local, la diversidad no es la columna vertebral de lo que define a la comunidad bíblica. El carácter santo no está mucho en la gente, sino en el propósito para el cual se congregan. No hay nada más sagrado que la sana exposición de la Palabra inspirada por Dios, ante los redimidos, en el que cada pedazo de la mente de Dios es descomprimido a la iglesia. Se reúnen porque el ministerio en el púlpito no es menor de la comunidad, o en oposición a ella, más bien, es el pináculo de la comunidad bíblica.
Equipar vs Exposición
Tal vez usted ha escuchado esto así: “El monólogo es una manera ineficaz de equipar a los santos para la obra del ministerio. No funciona. Debemos permitir a todos utilizar nuestros dones.” Es un cambio en el nombre de “equilibrio” que, en todo caso, es desequilibrado y carece de fundamento bíblico.
Una vez más, esto crea una dicotomía antibíblica entre el equipamiento y el púlpito. El argumento es estrecho, que presupone el tiempo de predicación es el único momento para usar los dones de uno. Pero eso no es enfáticamente el caso.
En verdad, todos debemos usar nuestros dones. Eso es precisamente una de las intenciones de la gran comunidad de eventos en torno al púlpito expositivo. ¿Qué equipa a los santos para la obra del ministerio? Pastores y maestros (Efesios 4:11-12). ¿Qué capacita a los santos para ser perfectos, enteramente preparados para toda buena obra (2 Timoteo 3:17)? La exposición de la Palabra inspirada por Dios. El púlpito entonces, no es un obstáculo para dotar a los santos a usar sus dones espirituales, sino el requisito previo.
La exposición exacta bombea la vida en la iglesia con el propósito de que la palabra more dentro de ellos abundantemente, impulse a los santos para usar sus dones y hacer el trabajo del ministerio con toda sabiduría. Deshaga a la iglesia de la predicación expositiva, y usted paralizará al pueblo de Dios en el uso de sus dones espirituales. La palabra inspirada por el Espíritu es lo que da el poder para el correcto uso de los dones espirituales.
Misional vs Expositivo
Otro argumento es el siguiente: “Pero si hago demasiado énfasis en la predicación, el rebaño no hará nada. Mi iglesia solo se volverá espiritualmente obesa y perezosa.” Esto también es una dicotomía bíblica que es cierto al plantar iglesias saludables. Un ministerio rico en el púlpito no está obstaculizando la misión, la prepara para ello. La exposición no está en conflicto con la evangelización, sino que es evangelización.
Cuando la Biblia habla, Dios habla. Es la palabra a través del poder del Espíritu la que da vida. Pintar bardas es útil, pero no va a dar vida. Pídale a su vecino que lo acompañe, animándole a que le ayudará a pintar esa tarde. Si se niega, que así sea. Pero comunique algo sobrenatural, no renunciando a la reunión, sino priorícela.
Por otra parte, al asistir a la reunión, aterrizará de nuevo en su barrio en mejores condiciones para el evangelismo. Podemos confiar en que Dios bombeará Su Palabra de vida, dándonos palabras a nosotros de tal manera que seamos más adecuadamente equipados para ser misionero los otros 6 días y medio durante la semana.
Desdeñar A Nuestros Papás
Además, parece que hay un toque de esnobismo contemporáneo persistente entre el plantador principiante de sub-cultura (del que he sido culpable). Es algo parecido a esto: “Los hombres de más edad en la fe no han hecho comunidad tan inteligente como nosotros, ni han sido más fielmente misioneros.”
Una vez más, este argumento naufragia por dos razones. En primer lugar, desdeña el evento alrededor de la exposición rica como “comunidad menor”. En segundo lugar, la afirmación es en gran parte imaginativa. La razón por la que muchos de nosotros YRR gruñimos en algunas generaciones anteriores por no ser misional es porque alardeamos de más. Ellos montan el caballo de batalla misional e izan la bandera, mientras que otros santos experimentados sólo fielmente llegan sin soplar una trompeta. Tomarse el tiempo para ver algunos de estos ministerios nos arrojará algo de luz que, de hecho, ellos han estado haciendo “la obra de un evangelista,” silenciosa y fiel durante años. Claro, algunos antes de nosotros podrían haber dejado caer la batuta en las maneras de hacer comunidad bíblica y evangelismo, pero la jactancia cronológica no es nada nuevo bajo el sol.
La gran necesidad del plantador novato no es superar a los otros pastores que no son tan misioneros como usted, y simplemente buscar la comunidad. La gran necesidad no es pasearse de un lado a otro y averiguar lo que esas iglesias desafortunadas no han podido hacer. Tampoco lo es llamar a inventar la manera más innovadora de hacer grupos de comunidad y misión. Por el contrario, la necesidad es para nosotros de hacer comunidad y evangelismo, entregándonos enteramente a la predicación expositiva, que posteriormente equipará a los santos para que efectivamente puedan hacer comunidad y evangelismo así. Algunos de nosotros plantadores novatos podríamos beneficiarnos, y aquellos a quienes servimos, dando menos tiempo a la búsqueda de los últimos métodos misionales que parecen llenar las bancas, y más a la exposición verso por verso, lo cual salva y santifica.
Nosotros plantadores de iglesias tenemos que pensar más detenidamente sobre lo que estamos haciendo en esta generación. En cada plantación, tenemos una gran oportunidad para plantar iglesias en la dirección correcta.
Vamos a tener en cuenta que el contenido provoca comunidad; la exposición evoca la evangelización, y no al contrario. El pueblo de Dios necesita para darse un festín. La necesidad de los perdidos de conocer a Dios desde todos los ángulos, en toda su gloria, a través de la exposición, y ver a su pueblo regenerado comprometido con la transformación de la comunidad. “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63). Entrégate a la exposición y ve una comunidad llena del Espíritu y al evangelismo despegar.
Resta importancia al púlpito y al mismo tiempo llamar a la gente a hacer de comunidad y evangelismo, es como exigir más de sus músculos, sin embargo, pero bombeando menos sangre. No se puede escasear lo que es esencial para la vida. Si lo hace, sólo será contraproducente para usted. He aquí cinco maneras en que las cosas puede ser contraproducentes si resta importancia a la exposición abundante en su iglesia plantada:
En primer lugar, su presión a la comunidad será contraproducente. Claro, usted puede tener éxito en acorralar cuerpos calientes durante la semana, por una comida y discusión, y así afirmar a su iglesia en “hacer comunidad”. En la superficie, incluso puede parecer que tienen un ministerio de grupos de comunidad próspera, donde los incrédulos son constantemente invitados, e incluso se sienten bienvenidos. Sin embargo, la comunidad bíblica verdadera, se diluirá en que se reúnen para sentirse bien. El rebaño se olvidará rápidamente de para que se reúnen. El alma espiritual necesaria para sostener los santos serán escasa y en consecuencia va a crear una comunidad superficial y centrada en el hombre.
En segundo lugar, el impulso para equipar a los santos para hacer la obra del ministerio será contraproducente. El rebaño se convertirá rápidamente en mal nutrido. La razón declarada de Pablo por la que los santos hacen el trabajo del ministerio es que están equipados. La exposición fiel da rienda suelta a la palabra, la cual es poder para llevar a cabo el equipamiento. Efesios 4:12 es el versículo favorito de los plantadores de iglesias, y con razón. Pero tenemos que seguir leyendo. El movimiento de equipamiento es a la “unidad de la fe” (v. 13), “el conocimiento del Hijo de Dios” (v. 13), madurez (vv. 13, 14), el discernimiento en medio de las modas contemporáneas (v. 14), y “la verdad en amor” (v. 15). Congregar seres humanos no va a lograr esto. Congregarse para la exposición si lo logrará.
En tercer lugar, el impulso para hacer discípulos que hagan discípulos será contraproducente. Cada joven plantador fantasea con una congregación que con alegría le ayudará a hacer discípulos que hagan discípulos. Y por una buena razón. Ninguno de nosotros puede “advertir y enseñar a todo hombre” por nuestra cuenta para presentarlos completos en Cristo. Necesitamos equipar a los hacedores de discípulos junto a nosotros.¿Cómo va a crecer a estas personas? “Enseñándoles que guarden todas las que os he mandado” (Mateo 28:18).. Dado que la exposición consecutiva descomprime y convence a todo el consejo de Dios, es central sacar del cascarón a competentes hacedores de discípulos.
En cuarto lugar, su impulso misional será contraproducente. Sí, en el Antiguo Testamento, era un momento de “venir y ver”, pero ahora, tenemos que “ir y decirles”. Amén y amén. Mediante la plantación de una iglesia, va y dice. Y el púlpito es precisamente el lugar donde el pueblo del nuevo pacto es equipado y puesto en marcha para refrescar el “ir y decirles.” Cuando se le quita importancia a la exposición de la palabra, el rebaño no sólo tendrá poco contenido, sino poca orientación para el evangelismo. Poco púlpito, poco evangelismo. Llamar a las ovejas a pintar una cerca de un vecino en la mañana del domingo sobre la reunión para dorar añadirá algo de color al barrio, pero también se comunicará prioridades equivocadas a los perdidos.
En quinto lugar, y tal vez la peor consecuencia de restar importancia a la exposición en la plantación de iglesias es algo prominente en nuestros días: un ministerio dirigido por la personalidad. En otras palabras, usted construirá un ministerio centrado más alrededor del pastor que de el Salvador. ¿Cuál es la correlación de la falta de énfasis de la exposición y un ministerio conducido por la personalidad? La exposición supone que el mensaje se extrae de la cuidadosa exégesis, la interpretación del pasaje en su contexto histórico-gramatical, y entonces se aplica. El pastor en realidad se sale de rumbo mediante la presentación de cada jota y tilde a través de la exposición. Leer el pasaje luego discutir sobre el tema en el pasaje no es necesariamente exponer el pasaje, sino que es un artículo para otro momento. Cuanto más que el predicador se adhiere a la exposición, más se asegura que la congregación se alimente de pensamientos de Dios y no suyos. Si usted hace lo contrario, es posible que atraiga a las multitudes, pero tenga la certeza de que la gente vendrá más por usted y por su estilo. Les va a gustar su manera de hablar, su paladar espiritual se distingue más por usted y menos por la exégesis cristológica robusta. Ellos se sentirán cautivados por sus nuevas ideas, su mantras y su “manera” única de hacer las cosas. La exposición nos protege a orgullosos jóvenes plantadores de la intoxicación de alimentar el ego, mientras se condicionan los paladares regenerados a la Escritura correctamente-interpretada para lanzar a los santos a la comunidad fiel y al evangelismo.
El joven plantador asegurará mejor su fidelidad a Dios, superará su indomable fervor juvenil, y cuidará del rebaño al convertirse en un expositor habilidoso. En el afán de los jóvenes, podemos ser sabios en nuestra propia opinión, cegados por el orgullo. Cuando salimos a las jóvenes congregaciones, fácilmente podemos ser intoxicados por el orgullo que nace del ser buscados para consejo y asesoramiento. Una vez más, estas son cosas buenas como un medio para cuidar del rebaño, pero tengamos cuidado.
Como pastores jóvenes, vamos a servir a Cristo mejor no diciendo mucho, salvo con precisión y pasión exponiendo la mente de Dios por las Escrituras. Tómelo de Salomón: “En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente.” (Prov. 10:19). Hay tanta charla sobre lo que funciona en la plantación de iglesias en estos días. Si bien el debate es ciertamente saludable de alguna manera, lo mejor sería mantener las cosas más simples en lugar de menos. La mayor parte de nuestras muchas palabras debe ser la exposición.
Vamos a protegernos a nosotros mismos, el pueblo de Dios, y la gloria de Cristo, de nuestro orgullo, dando mucho tiempo para liberar la mente y la voluntad de Dios, versículo por versículo. Nosotros plantadores jóvenes, sobre todo en nuestros primeros años, haremos bien en asegurarnos de que no hay un versículo, interpretado correctamente, unido a todo lo que estamos haciendo en su ministerio. De lo contrario, corremos el riesgo de un pragmatismo secreto auto-exaltado, y lo peor de todo, una ministerio centrado en la personalidad.
La mayor necesidad de que el joven-plantador no ha cambiado desde que el apóstol Pablo exhortó a su joven discípulo hace 2000 años: “Predica la palabra, a tiempo y a destiempo” (2 Timoteo 4:2). Muchas tentaciones vendrán pronto al mercado para los plantadores jóvenes. En un esfuerzo por “hacer avanzar las cosas,” podemos tener la tentación de ser “una cuestión de” misión o comunidad. Pero alcanzar a los perdidos y conseguir motivar el rebaño para reunirse aparte del domingo no se consigue diciéndoles que lo hagan, ni restando importancia al púlpito. Más bien, los unos-a-los-otros y el evangelismo son el fruto del ministerio de un púlpito fiel.
La predicación expositiva es lo que funciona en la plantación de iglesias, ya que da rienda suelta a todo el consejo de Dios. Es la forma en que obtenemos la palabra rica morando en nosotros de tal manera que seamos “llenos del Espíritu” para hacer la obra del ministerio. La exposición asegura que Dios y no los hombres, esté hablando. A cada versículo desatado, el Espíritu arroja más luz sobre el mismo Cristo. Después de todo, eso es lo que el rebaño necesita, para un mayor consuelo en la lucha, la motivación para seguir adelante; una comunidad significativa y la evangelización que glorifica a Dios.
Por lo tanto, consiga que su equipo base se reúna y sea equipado para plantar una iglesia con un ministerio con un púlpito sano. Haga grupos de comunidad en la luz del púlpito. Trabaje con el equipo base para conseguir un ministerio de púlpito y sucederá una comunidad en su iglesia. Y recuerde, el evento del púlpito expositivo es el preeminente en “hacer comunidad” en su iglesia. El pueblo de Dios no se congrega para congregarse. Nos congregamos para la edificación y la adoración. La exposición libera el poder para que, a su vez, de combustible a la evangelización doxológica y a una comunidad significativa.
Una vez escuché a un pastor sabio, experimentado decir: “Si quieres ser relevante, conviértete en un expositor.” El plantador de Iglesia, sea más relevante a su contexto al entregarse a la exposición. Si usted no sabe cómo hacerlo, hay un montón de buenos recursos afuera. Descargue tantos sermones de S. Lewis Johnson S. y Lloyd-Jones como sea posible. Equipo base de plantación de Iglesia: entréguese a la liberación de ese tipo de exposición. Si usted está buscando algo que funcione en la plantación de iglesias, intente la predicación expositiva. Es más importante de lo que usted piensa.
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