lunes, marzo 26, 2012

Bajo el Látigo: Qué Hacen los Pastores las Otras 167 Horas de la Semana

clip_image001Bajo el Látigo: Qué Hacen los Pastores las Otras 167 Horas de la Semana

Por Clint Archer

Un pariente me dijo: “Debe ser bueno tener que trabajar solo una hora a la semana los domingos.” Le respondí: “¿Sabes lo que es mejor? Los velocistas olímpicos sólo tienen que trabajar por 9.6 segundos o menos, cada cuatro años!”

La mayoría de los feligreses no se dan cuenta de la preparación que entra en un sermón expositivo sólido. Una percepción común entre los que están en el ministerio de enseñanza a tiempo completo –los que son fieles en preparar sermones expositivos– es cuan poco tiempo queda para las responsabilidades pastorales variadas que demandan atención.

Desde consejería a correspondientes sesiones prematrimoniales hasta la prevención de divorcios, desde visitas domiciliarias hasta visitas al hospital, desde bautismo hasta funerales, el pastor está presente en todas las facetas de la vida desde la cuna hasta la tumba. Qué honor. Qué gozo. Y que carga por soportar.

En algún lugar del tiempo medio debemos ser esculpido para nuestra preparación y enseñanza de los estudios bíblicos, grupos de casa, desayunos para hombres, reuniones, clases y cursos con ancianos, y no nos olvidemos de la expectativa central que viene, inevitablemente, cada semana, en algunos casos dos veces por semana: los sermones dominicales. Eso es antes de que cualquier tiempo personal (¿qué es eso) que la mayoría de la gente disfruta.

¿Hábitos de ejercicio, una cuota sana de sueño, aficiones, ocio, tiempo con la familia? ¿Qué cree usted que es el primero en ser afectado cuando alguien llama en lágrimas pidiendo una visita? No es el ministerio que puede ser bateado sino que se espera que los elementos de la lista de tiempo de personal sean prescindibles.

clip_image003 Piense acerca de cuando la gente puede reunirse para el asesoramiento que necesitan desesperadamente: por la noche. Piense en cuando la gente se casa: los sábados. Piense en cuando la gente muere: ¡no es programado!

No voy a lloriqueara propósito. Amo la carrera que se ocupa en la obra eterna. Me esfuerzo al saber que lo que estoy haciendo tiene un valor en la vida de la gente que amo y deja ecos en la eternidad.

Los veterinarios no se quejan de estar rodeados de los olores de los animales todo el día, y los pastores no se inmutan al ser inundados con problemas de la gente durante toda la semana. Sólo estoy señalando que si el pastor no le ha invitado un café últimamente, probablemente no lo es porque esté relajándose en la playa durante toda la semana trabajando en su bronceado.

A veces, un pastor tiene que decir no a una gran cantidad de funciones óptimas a fin de hacer tiempo para mejores tareas.

Jesús le dijo a Marta que su hermana María no estaba holgazaneando, al optar por la única cosa necesaria. No es que el servicio y la hospitalidad de Marta fuesen malos o inútiles. Fue una buena acción de principio a fin. Pero no era la mejor opción en ese momento. A veces, el mejor ejemplo de su pastor puede ser para usted es decirle que no verá porque él tiene deberes más urgentes que atender.

En ocasiones, dependiendo en cuan pesada hayan sido las citas en la semana, "el deber más urgente" puede ser simplemente mantenerse senado en la silla y meter su nariz en los libros para preparase para el sermón del domingo.

El sermón es, el momento potencialmente más efectivo de la semana del pastor, él tiene que estar preparado para ello. Tener a todo el rebaño sentados, expectantes, por una palabra del Señor, por ideas más profundas que las que pueda ofrecer su estudio bíblico personal, y una aplicación más relevante que el Dr. Phil muestra, es un pensamiento intimidante.

clip_image004 Y lo que pasa con el domingo es que está a una semana de distancia, y cada vez más cerca. Y nunca deja de estar viniendo.

Los pastores viven bajo el látigo de las expectativas de su manada, sus propias metas de productividad, y el nivel de excelencia de su Señor.

Lamentablemente, algunas personas no lo reconocen. Si la gente no ve el pastor en sus vidas, dan por sentado que él es “ratón de biblioteca”, e inaccesible a lo sumo, perezoso y falto de amor en el peor.

Si usted es un pastor, solo puedo animarle con estas tres pepitas que mi mentor me reforzó:

“Recuerde:

1. no se puede complacer a todos todo el tiempo,

2. usted sólo tiene un jefe, y

3. usted puede dormir cuando esté muerto!”

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