¿Qué es la Providencia?

Por RC Sproul

 

Una forma en que la mentalidad secular ha hecho incursiones en la comunidad cristiana es a través de la cosmovisión que asume que todo sucede de acuerdo a causas naturales fijas, y Dios, si Él está realmente allí, está por encima y más allá de todo. Él es sólo un espectador en el cielo mirando hacia abajo, tal vez animándonos pro no ejerciendo ningún control inmediato sobre lo que sucede en la tierra. Históricamente, sin embargo, los cristianos han tenido un agudo sentido de que este es el mundo de nuestro Padre y que los asuntos de los hombres y de las naciones, a fin de cuentas, están en Sus manos. Eso es lo que Pablo está expresando en Romanos 8:28 –un conocimiento seguro de la divina providencia. “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.”

Inmediatamente después, Pablo se mueve en una secuencia de predestinación: “Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.” (vv. 29-30). Entonces Pablo concluye: “Entonces, ¿qué diremos a esto?” (V. 31a). En otras palabras, ¿cuál debe ser nuestra respuesta a la soberanía de Dios y al hecho de que él está llevando a cabo un propósito divino en este mundo y en nuestras vidas? El mundo repudia esa verdad, pero Pablo responde de esta manera:

Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó[p], el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el dia; somos considerados como ovejas para el matadero. Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. (Vv. 31b-37)

Uno de los dichos más antiguos de la antigua iglesia resume la esencia de la relación entre Dios y Su pueblo: Deus pro nobis. Significa “Dios por nosotros.” Eso es lo que la doctrina de la providencia se trata. Es el ser de Dios para Su pueblo. “¿Qué, pues, diremos a esto?” Pablo pregunta. Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros, y que nos puede separar del amor de Cristo? ¿Va a ser la angustia, el peligro, la espada, la persecución, el sufrimiento, la enfermedad, o la hostilidad humana? Pablo está diciendo que no importa lo que tengamos que soportar en este mundo, como cristianos, nada tiene el poder de romper la relación que tenemos a una providencia amorosa y soberana.

La palabra providencia se compone de un prefijo y una raíz. La raíz viene del latín videre, de la cual obtenemos la palabra Inglés video. Julio César dijo la famosa frase: “Veni, vidi, vici” – “. Vine, vi, vencí.” El vidi en esa declaración, “vi,” viene de videre, lo que significa “ver.” Por eso llamamos a la televisión “video.” La palabra latina provideo, de la cual obtenemos nuestra palabra providencia, significa “ver de antemano, ver antes, previsión.” Sin embargo, los teólogos hacen una distinción entre la presciencia de Dios y la providencia de Dios. A pesar de que la palabra providencia significa lo mismo etimológicamente como la palabra presciencia, el concepto abarca mucho más terreno que la idea de la presciencia. In De hecho, lo más parecido a esta palabra latina en nuestra lengua es la palabra provisión.

Considere lo que dice la Biblia acerca de la responsabilidad del jefe de familia: “Si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo” (1 Tim 5:8). La responsabilidad se da al jefe de la familia para ser el que provee y hace provisión; es decir, esa persona tiene que saber de antemano lo que la familia va a necesitar en cuanto a los elementos esenciales de la vida, entonces satisface esas necesidades. Cuando Jesús dijo: “Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa?" (Mateo 6:25), Él no estaba abogando por un enfoque descuidado a la vida. Él estaba hablando acerca de la ansiedad. No debemos asustarnos; hemos de poner nuestra confianza en el Dios que satisface nuestras necesidades. Al mismo tiempo, Dios confía una responsabilidad a los jefes de familia para ser previsor, es decir, tener en cuenta el mañana y asegurarse de que haya comida y ropa para la familia.

La primera vez que nos encontramos con la palabra providencia en el Antiguo Testamento es en el relato de la ofrenda de Abraham de Isaac sobre el altar. Dios llamó a Abraham para llevar a su hijo Isaac, a quien amaba, a una montaña y ofrecerlo como sacrificio. Como es natural, Abraham angustiado bajo una gran lucha interna con el mandato de Dios, y mientras Abraham se disponía a obedecer, Isaac le preguntó: ( “He aquí el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?” Génesis 22:7). Abraham respondió: “Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto, hijo mío. Y los dos iban juntos.” (v. 8). Abraham habló aquí de Jehová Jireh, “Dios proveerá.” Esa es la primera vez que la Biblia habla de la providencia de Dios, que tiene que ver con que Dios está haciendo una provisión para nuestras necesidades. Y por supuesto, este pasaje ve hacia adelante a la provisión final que Él ha hecho en virtud de Su soberanía divina, el Cordero supremo que fue sacrificado por nosotros.

Este extracto es del más reciente libro de RC Sproul Everyone's a Theologian .