¿Cuántas Personas Van a Tu Iglesia?
Por Tim Challies
Entonces, ¿cuántas personas van a tu iglesia? Esta es una pregunta casi todo pastor enfrenta en casi todas las conferencias que asiste. He escrito sobre el tema antes, pero, después de haber pasado la semana en Juntos por el Evangelio, y de haber sido parte de muchas conversaciones, parece un buen momento para volver a repasarlo. Por lo general, no se necesita mucho tiempo para una conversación con un pastor para llegar a ese punto. Para el pastor que esto puede ser un momento de orgullo o la humildad, libertad o vergüenza. Y de alguna manera se trata de una pregunta que siempre parece llegar. Y viene para aquellos que no son pastores también; usted empieza a hablar de su iglesia y la otra persona, inevitablemente, hace la misma pregunta. Entonces, ¿Cuántas personas?
Me gustaría hacer la misma propuesta en dos partes que hice hace unos años: vamos a dejar de preguntar: ¿Cuántas personas van a tu iglesia?” Y cuando alguien nos haga esa pregunta, no nos vamos a sentir obligados a dar una respuesta directa.
Todos hablamos por fuera, de la realidad de que no podemos necesariamente medir el estado de salud de una iglesia por su tamaño. Todos sabemos que algunas de las iglesias más grandes del mundo se encuentran también algunas de las iglesias menos saludables del mundo. La historia del cristianismo ha demostrado desde hace tiempo-ya que no es tan difícil de llenar un edificio con incrédulos por igual haciendo comezón de oír con lo que ellos quieren oír. También sabemos que el Señor es soberano y que determina qué tan grande debe ser cada iglesia, y sabemos que en algunas áreas incluso una pequeña iglesia es un triunfo absoluto de la luz sobre la oscuridad. Y sin embargo, "¿Qué tan grande es tu iglesia?" Es una de las primeras preguntas que nos hacemos.
¿Por qué es esto? No sé las razones, pero me gustaría sugerir al menos dos. En primer lugar, creo que nuestra pregunta nos traiciona y muestra que en el fondo de nuestras mentes igualamos el tamaño y la salud. En algún lugar hacemos la conexión entre grandes y saludables, entre grandes y bendición. Agravamos el problema cuando preguntamos y respondemos a esta pregunta demasiado fácil. En segundo lugar, nosotros no hemos tomado el tiempo ni hecho el esfuerzo para formular mejores preguntas. En lugar de ello, nos inclinamos a la fácil.
Me pregunto, ¿qué pasaría si encontráramos mejores preguntas que hacer y mejores maneras de responder a ellas?. En vez de ir a la pregunta fácil de: "¿Cuántas personas van a su iglesia?" ¿Por qué no le preguntamos cosas como esta:
- ¿Cómo has visto al Señor obrando en las vidas de las personas en tu iglesia?
- ¿Qué evidencias de la gracia del Señor está experimentado su iglesia en los últimos meses?
- ¿De qué estás entusiasmado en tu iglesia en este momento?
- ¿Quién te entusiasma en tu iglesia en este momento?
- ¿Qué te ha estado enseñando el Señor?
- ¿A quién has estado discipulando recientemente? Hábleme de algunos de los futuros líderes en su iglesia.
Cuando se pregunte: “¿Cuántas personas van a su iglesia?” ¿Por qué no consideramos contestar algo como esto:
- Tantas como el Señor ha determinado que podemos cuidar en este momento.
- Basta con que estemos trabajando activamente para plantar una iglesia.
- No sé, pero déjenme decirles acerca de algunos de ellos ...
Ahora, evidentemente, hay momentos en que es perfectamente apropiado discutir los números, y especialmente cuando tenemos en cuenta que cada número es un ser humano real hecho a imagen de Dios que se nos ha encargado de cuidar. Mi preocupación no es tanto que nunca nos preguntemos sobre los números, pero que nos inclinemos en preguntar primero.
Así que dime lo que piensas. ¿Crees que sería beneficioso para la iglesia que tengamos dejar de preguntar y responder cuestión de los números?
1 comentario:
Hola , excelente evaluaciòn ante tan incòmoda e inmadura pregunta, gracias por permitirnos ver desde otro angulo esta realidad
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