Anatemas Católicos Condenan a Cristianos
Por Mike Gendron
Cuando el Papa pronuncia un anatema, “priva a las personas del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor, los excluye del seno de nuestra Santa Madre la Iglesia en el Cielo y en la tierra, y los declara excomulgados y anatematizados y condenados al fuego eterno con Satanás y sus ángeles y todos los reprobados, en tanto que no van a hacer penitencia y satisfacer a la Iglesia.” La Enciclopedia Católica nos dice: “dogmas infalibles son” la última palabra del Magisterio supremo, sin la posibilidad de reabrir la cuestión, el decreto instala el asunto para siempre.” Los dogmas “serán verdades inmutables de todo los tiempos,” ya que “se han definido y entregado a nosotros por la Iglesia” con “un testimonio infalible.” Cuando una doctrina de enseñanza es elevada a un dogma, los católicos “están obligados a creer en ellos con el fin de mantener el vínculo de la fe.”
Vemos que hay tres características de los anatemas de Roma. Ellos son inmutables que significa que nunca pueden ser revocados. Condenan a ex católicos a los tormentos del infierno eterno si no hacen penitencia y regresen a casa a Roma. Condenan católicos actuales que no creen todo dogma.
El Concilio de Trento de 1545-1563 intentó frustrar la Reforma Protestante maldiciendo con anatema a quienes crean el Evangelio bíblico y la doctrina de los reformadores. Trento arrojó 125 anatemas (maldiciones y condenaciones eternas) contra los cristianos. Casi 500 años más tarde el Nuevo Catecismo Católico defiende a Trento y sus anatemas cerca de 100 veces. Roma sigue manteniendo que una persona anatematizada está “condenada al fuego eterno con Satanás y sus ángeles.” ¿No es fascinante que nos encontramos sólo dos anatemas en el Nuevo Testamento, pero el Vaticano tuvo que crear 125 más de ellas? A continuación se presentan algunos de los anatemas que maldicen a los cristianos por el Concilio de Trento:
Sexto sesión, Canon 12 respecto a la justificación: “Si alguno dijere que la fe justificante no es más que la confianza en la divina misericordia, que perdona los pecados por amor de Cristo, o que es esta confianza sólo aquella confianza nos justifica, sea anatema” Canon 24, “Si alguien dice que la justicia recibida no se conserva ni tampoco aumenta ante Dios mediante las buenas obras, pero que esas obras no son más que los frutos y señales de la justificación obtenida, pero no la causa de su aumento, sea anatema.”
Séptima sesión, Canon 5 sobre el bautismo: “Si alguno dijere que el bautismo es opcional, es decir, no necesario para la salvación, sea anatema.”
Decimotercera sesión, Canon 1 sobre la Eucaristía: “Si alguien niega que en el sacramento de la Sagrada Eucaristía contiene verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y en consecuencia todo Cristo , pero dice que Él está en ella sólo como una señal o figura o fuerza, sea anatema.”
Vigésimo segunda sesión, Canon 3 sobre el sacrificio de la misa: “Si alguien dice que el sacrificio de la misa es sólo una alabanza y acción de gracias, o que se trata de una mera conmemoración del sacrificio consumado en la cruz, pero no propiciatorio, o que le beneficia sólo al que recibe, y no debe ser ofrecido por los vivos y los muertos, por los pecados, penas y satisfacciones, sea anatema:”
Está claro que la religión católica oficial, se apartó dogmática e irreversiblemente de la fe de los apóstoles en el Concilio de Trento. El concilio usurpó la autoridad de Dios y se atrevió a condenar a cristianos nacidos de nuevo 125 veces por rechazar los dogmas impíos y no bíblicos de Roma. Los evangélicos que siguen firmando acuerdos de unidad con esta religión apóstata deben ser conscientes de estos anatemas. Necesitamos mantener nuestros líderes evangélicos responsables y preguntarles ¿por qué están firmando acuerdos de unidad con una religión que los condena? También tenemos que advertir a los católicos que la Palabra de Dios que rechazan, los juzgará y los condenará si no se arrepienten (Jn. 12:48).
1 comentario:
Yo como ex católica practicante, doy gracias a Dios que me rescató y me dió vida por medio del evangelio de Cristo, y recuerdo que defendía esta fe católica dentro de mi hogar porque en mi ignorancia y muerte espiritual no veía a Cristo ni entendía la obra de la cruz...cuánto más ahora que sé el final que espera a los que están atados y ciegos en esta falsa
iglesia de Cristo..defenderé ardientemente la fe que salva, anunciando el evangelio de Cristo, porque para eso hemos sido salvados para dar testimonio de la verdad. que él Señor nos ayude a seguir anunciando las buenas nuevas del evangelio. y aquellos evangelios entre comillas que se congracian con la mentira que Dios tenga misericordia de sus almas porque habiendo gustado de la verdad vuelven a su vómito, mejor no haberlo conocido, esto es triste pero es cierto y está pasando. Dios bendiga a su ministerio.
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