¿Debe un Pastor Apacentar a los Que lo Desprecian en Su iglesia?
Por Brian Croft
Esto se convierte en una cuestión más preocupante para cada pastor. Nos agrada cuidar de aquellos que aman y nos apoyan. Aprendemos a desarrollar una piel dura para aquellos que nos atacan. Pero pastorear aquellos que son difíciles o nos atacan ... eso es una otra historia. Esto puede parecer una tarea imposible, pero Richard Baxter nos recuerda de nuestra responsabilidad:
“Por tanto puede ver, lo que se ha tomado como el deber de considerar a cada miembro del rebaño por su nombre, aun cuando sea el siervo hombre ó dama más humilde... Un fiel pastor debe tener sus ojos en todos ellos.”
Lo que implica Baxter aquí no es sólo el conocimiento de nuestra gente, sino que un pastor fiel tiene sus ojos en ellos con el fin de saber cómo pastorearlos de la mejor manera. Aunque reconozco que esto puede ser una de las tareas más difíciles que realizamos como pastores, debemos ser fieles en pastorear a todo nuestro pueblo que Dios ha confiado a nuestro cuidado. Debido a esto, aquí hay algunos consejos que pueden ayudar:
1) Lea Hebreos 13:17 todos los días y recuerde que Dios ha confiado a las almas de esas personas a usted. Usted dará cuenta de ellos al Gran Pastor. En ese día no va a querer dar estas palabras de defensa para nuestro Rey, “Pero Jesús, no les gustaba mi predicación!”
2) Se necesita muy poco tiempo para lastimar u ofender a su gente, pero se necesita mucho tiempo para ganar su confianza. Hay que dar tiempo para construir una relación con cada miembro de la iglesia donde te ven como su pastor. Esto no sucede por arte de magia en el momento que deslizan un título sobre usted y le pagan un sueldo (estoy sorprendido por la cantidad de pastores primerizos que piensan esto).
3) Usted puede estar tratando con personas no convertidas en su iglesia. Reciban esto con cautela. Usted no puede saber esto hasta que haya pasado el tiempo suficiente para hacer lo que Baxter nos exhorta lo anterior y hacerlo durante años. Había varios en mi iglesia de los que tuve la tentación de etiquetar “inconversos,” cuando años más tarde, sólo reveló que no había llegado a conocerlos y entenderlos como debía hacerlo siendo yo su pastor.
Así pues, mantenga los ojos en cada uno de los suyos sabiendo que eso es lo que hace un pastor fiel. Varios que querían mi cabeza en nuestra iglesia hace 5 años se encuentran todavía en la iglesia y tengo una buena relación cálida, con ellos. Esas relaciones, debido a que una vez me despreciaban, ahora son algunos de los más preciados por mí.
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