La Santificación Falsificada
Por John MacArthur
La santificación no es fácil, se necesita fidelidad, trabajo duro y disciplina. Y aun así, no es puramente una función de su voluntad, sino la obra del Espíritu Santo en usted. No es fabricado durante la noche.
Como con cualquier cosa que toma tiempo, esfuerzo y paciencia, las personas tienden a buscar atajos. Algunas personas sustituyen un sentimiento místico y subjetivo de la cercanía a Dios por el crecimiento espiritual real. Otros se aferran a las expresiones externas de piedad, mientras que el pecado todavía reside en sus corazones.
Pero ese no es el verdadero crecimiento —es falsificado. Si verdaderamente amamos al Señor, usted no puede estar dispuesto a mover los estándares sobre la santificación bíblica.
Hay muchas variedades de santificación falsa. Algunos son más fáciles de detectar que otros, pero todos conducen al mismo tipo de naufragio espiritual. Aquí están algunos para estar atentos en su propia vida.
La virtud moral a menudo puede hacerse pasar como verdadero crecimiento espiritual. Algunas personas, por diferentes razones, son justas, leales, amables, concienzudas, trabajadoras y generosas. Pueden hacerlo a través de una vida sin escándalos e inmoralidad escandalosa.
Pero la moral por sí sola no es una medida exacta de la condición espiritual de una persona. La virtud moral puede existir aparte de la santificación, incluso aparte de la salvación. Usted probablemente conoce a incrédulos que se aferran a un estándar moral alto, incluso más alto que algunos creyentes. Sin embargo, su virtud no es un sustituto de la fe salvadora. La moralidad externa no siempre equivale a una transformación interior. El crecimiento espiritual verdadero no se trata sólo de al bueno externo.
Otra falsificación del crecimiento espiritual es la superstición religiosa. Algunos creyentes siguen metódicamente las formalidades de su lectura de las Escrituras todos los días, las horas de oración y otras disciplinas espirituales prácticas como si las propias acciones merecen el favor y la bendición de Dios. Usted puede incluso ve esta actitud en las cosas pequeñas, como orar antes de comer. Se convierte en un ritual sin sentido, vacío en lugar de una oportunidad para expresar su agradecimiento real y alabanza a Dios.
La fe católica se basa en exactamente ese tipo de rituales supersticiosos. Pero así como encender velas, rociar agua bendita, rezar el rosario, y confesar sus pecados a un sacerdote no ganan la salvación, pasar por las formalidades de su vida cristiana —incluso de manera fastidiosa— no sustituyen el crecimiento espiritual.
La restricción es otro tipo posible de santificación falsa. La gente no siempre evita el pecado en favor de la justicia, a veces simplemente tienen miedo de enfrentarse a las consecuencias del pecado. Ellos no necesariamente tienen un corazón para obedecer a Dios o su Palabra. Simplemente tienen de seguir la tentación debido a los resultados.
Ese temor podría ser la señal de una conciencia bien entrenada. Tal vez la persona fue criada en un hogar cristiano y se ha incorporado en las convicciones sobre el bien y el mal. Tal vez él creció bajo el estándar moral de la Palabra de Dios y no puede desprenderse de la molesta de su conciencia. En lugar de enfrentar una conciencia atormentada o las consecuencias de su pecado, él simplemente no lo ha hacer.
La restricción del pecado eventualmente podría llevar a alguien a la verdadera fe salvadora. Pero por sí sola, no es una indicación de la obra santificadora de Dios.
Hay otra categoría de santificación falsa que llamaremos falsa profesión. Usted probablemente haya conocido a personas que desfilan su santidad y exhiben una especie de religiosidad superficial exagerada. Hay todo tipo de maneras de llamar la atención sobre sí mismo y su buen comportamiento. Pero si usted está montando un espectáculo para los demás —si su santidad exterior no está motivada por un crecimiento interno, entonces su santidad es falsa.
Otro ejemplo de falsa profesión es el tipo de experiencia subjetiva y mística que se destacó por algunos en el movimiento de la formación espiritual. Sentirse más cerca de Dios y más en sintonía con su Palabra no es una medida exacta de su santificación. De hecho, dependiendo de esas emociones superficiales es una forma segura de hacer un cortocircuito en la obra del Espíritu Santo en su vida, embotando su discernimiento y diluyendo su sabiduría.
La verdadera santificación no se trata de moralidad externa, observancia religiosa, restricción del pecado, santidad superficial, o sus sentimientos (1 Samuel 16:7). Se trata de crecer en semejanza a Cristo en todos los aspectos de su vida. Cualquier otra cosa es una falsificación.
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