Elementos de Un Estudio Bíblico Productivo: Meditar
Por John MacArthur
Al examinar y evaluar el movimiento de formación espiritual, que hemos estado considerando una cuestión clave de cómo el Señor obra en nuestras vidas: “Si la Palabra de Dios es el fundamento de nuestra fe y la fuente de nuestro crecimiento espiritual, ¿cómo hacer para sacar el máximo provecho de ella?”
La semana pasada vimos la importancia de leer y interpretar con precisión la Palabra de Dios. Esta semana quiero destacar un par de elementos más fundamentales del estudio Bíblico productivo –la primera es la meditación.
Muchos gurús de la formación espiritual están de acuerdo en que la meditación juega un papel importante en el estudio de la Biblia y el crecimiento espiritual. Pero su concepto de la meditación es mucho más amplio y más introspectivo a lo que la Biblia llama, y tiene muy poco que ver con un verdadero estudio de las Escrituras. Muchos de ellos animan a los creyentes a meditar sobre la creación, su propia imaginación, y sus propias interpretaciones subjetivas de los versículos o fragmentos de versículos, independientemente de su contexto bíblico.
En vez de pensar en la verdad firme y eterna, las formas modernas de meditación se centran en lo que un versículo o pasaje significa para el individuo, y qué tipo de aplicación puede proponer por si mismo. Es una exégesis libre para todos, donde la relevancia de las Escrituras se determina por el lector.
Ese enfoque místico está muy por debajo del mandamiento a Israel en Deuteronomio 6:6-7:
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes..
En otras palabras, el Señor quiere que su pueblo absorba Su verdad –tenerla trabajando alrededor de sus mentes constantemente.
Y cuando usted está fielmente leyendo y estudiando la Palabra de Dios, es fácil mantener Su verdad en su mente durante el día. Una mente vacía es fácilmente será atrapada en las distracciones diarias, tanto si es el encanto de la tentación o simplemente un momento de pérdida de tiempo, dejar de pensar demasiado en las Escrituras significa que está sujeto a las interrupciones y las seducciones del mundo.
En su lugar, tenemos que ser como el hombre descrito en el Salmo 1, cuyo “deleite está en la ley del Señor, y en su ley medita de día y de noche” (Salmo 1:2). El salmista pone de manifiesto los beneficios de ese tipo de devoción a la Palabra de Dios: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:3).
Al igual que el rumiar de la vaca, los creyentes deben meditar habitualmente a través de la Palabra de Dios en sus mentes. No es suficiente leerla una vez y caminar lejos –tenemos que absorber su verdad y vivir sus implicaciones para nuestra vida. Eso es meditación bíblica verdadera, y es una parte vital de cómo el Señor obra por medio de Su verdad en su vida.
Disponible en línea en: http://www.gty.org/resources/Blog/B121003
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