¿Cómo Pueden los Cristianos Decir la Diferencia Entre un Asunto Espiritual y Otro Físico?
Por Dr. Heath Lambert
¿Cómo pueden los cristianos decir la diferencia entre un asunto espiritual y otro físico?
Yo respondo a esta pregunta de dos maneras.
En primer lugar, Dios hizo a los seres humanos con dos partes constituyentes de cuerpo y del alma. Eso significa que es igual de "cristiano" ir al médico para un problema médico, como ir a un pastor para un problema matrimonial. Los cristianos abrazan la ciencia médica y el tratamiento médico como una marca de la gracia común de Dios para cuidar a los cuerpos, que Dios hizo bueno. Debido a esta realidad teológica mi credo personal es, “En caso de duda, échale un vistazo.” Eso significa que yo animo a una evaluación física a cualquier persona que está manifestando síntomas que podrían interpretarse de alguna manera como un problema médico orgánico. Los hallazgos físicos de un profesional médico competente son nuestro aliado en el buen cuidado de las personas.
Una segunda respuesta es hacer una distinción que Ed Welch discute en su libro, La Culpa es Cerebral. Welch nos anima a evaluar los síntomas de acuerdo con categorías bíblicas de la moral. Si una persona está teniendo un problema que la Biblia define en términos morales (como mentir repetidamente, por ejemplo) decimos que necesitan cuidado espiritual y la gracia de Jesús para hacer frente a ese problema. Si una persona está experimentando un problema que no es una cuestión moral o espiritual de alguna manera (como las alucinaciones de un paciente de Parkinson), entonces nos dicen que tienen un problema médico que requiere tratamiento.
Las cosas se complican aún más cuando nos damos cuenta de que algunas cuestiones espirituales tienen una base biológica. Por ejemplo, si su cuerpo no produce suficiente hormona tiroidea va a estar deprimido. Esto pone de relieve mi punto anterior acerca de confiar en los médicos como nuestro aliado en la comprensión de lo que está mal con las personas que están luchando con problemas graves.
Al evaluar estas complejidades tenemos que hacerlo con humildad, entendiendo que nuestra comprensión de tanto los problemas médicos y los espirituales son incompletos. Hay cuestiones que no entendemos y problemas que todavía no captamos. Los cristianos deben orar por sabiduría y amor mientras buscamos ordenar estos asuntos.
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