7 Ideas Erróneas Sobre Sumisión
Por Mary Kassian
Sumisión ¡OOoo . Oooo. . . . .esa “S” de miedo!
Esta mañana tuve una interesante conversación con Rachel Held Evans, quien está escribiendo un libro sobre el tema "Un año de feminidad bíblica." Aunque Rachel y yo probablemente no estaríamos de acuerdo en varios puntos respecto a la enseñanza de la Biblia sobre la feminidad, agradezco profundamente la oportunidad que nos da de dialogar y participar en el tema. Rachel me pidió que respondiera a tres preguntas sobre la sumisión:
- ¿Cuáles son algunos errores comunes acerca de lo que significa ser una "mujer sumisa".
- Por qué podrían estar algunos (pensando en la audiencia secular) sorprendidos al saber que usted se somete a su marido. En otras palabras, ¿cómo te desafían el estereotipo?
- ¿Cuánto tiempo ha estado casada, y cómo ha funcionado la sumisión prácticamente en su matrimonio? (En otras palabras, ¿Cómo se ve cuando usted se somete a su marido?)
¡Esas preguntas son excelentes! He aquí cómo respondí a su primera pregunta, “¿Cuáles son algunos errores comunes acerca de lo que significa ser una “mujer sumisa”?”
Siete ideas Falsas Acerca de la Sumisión:
MITO # 1: La sumisión es universal, la instrucción se aplica a todas las mujeres, incluso a las que están fuera de la comunidad de fe.
La instrucción bíblica de someterse se aplica a los cristianos-no a los están fuera de la comunidad de fe. Personas que no tienen el poder de vivir en el Espíritu Santo no tienen ni el discernimiento ni el poder para vivir la sumisión y la autoridad de una manera piadosa.
MITO # 2: La sumisión es de género exclusivo –que es sólo para las mujeres.
Los hombres tienen la responsabilidad de someterse también –no es sólo algo que se requiere de las mujeres. TODO cristiano, hombre o mujer, tiene la responsabilidad de someterse al Señor, y también a las autoridades que el Señor ha puesto en su vida. Es más, los conceptos bíblicos de la sumisión y la autoridad no puede ser separados. Los dos están indisolublemente conectados. Una definición bíblica de la sumisión no se puede comprenderse prescindiendo de una definición bíblica de la autoridad.
MITO # 3: La sumisión es genérica –toda mujer se somete a todos los hombres.
La Biblia instruye a una mujer a someterse a su propio marido, no a los hombres en general.
MITO # 4: La sumisión es un derecho –el marido tiene el derecho de exigir la sumisión de su esposa.
El marido no tiene derecho a exigir ó extraer la sumisión de su esposa. La sumisión es elección de ELLA, su responsabilidad ... NO es su derecho! Ni nunca. Ella es “se somete” - la decisión de cuándo y cómo someterse es llamado de ella. En un matrimonio cristiano, el énfasis no está en los derechos, sino en la responsabilidad personal. Es su responsabilidad de ser cariñosa. Es su responsabilidad de ser agradable. La responsabilidad del esposo es amar con sacrificio como Cristo amó a la Iglesia, no hacer someter a su esposa.
MITO # 5: La Sumisión es indiscriminada –que significa aceptación ciega.
La primera responsabilidad de un cristiano es someterse al Señor y a Su norma de justicia. Una mujer no está llamada a someterse al pecado, al maltrato o abuso. El Señor no quiere mujeres de “poca fuerza de voluntad” –las mujeres que carecen de discernimiento y de fuerza para responder a las cosas correctas y de la manera correcta. Las mujeres piadosas no se someten al pecado. Ellas cuidadosamente e intencionalmente pesan y disciernen la forma de someterse a la autoridad humana pecaminosa a la luz de su responsabilidad primaria de someterse a los caminos del Señor. ¡No hay lugar a ser despreciada o a un carácter débil de gelatina aquí! La sumisión no es ni ciega ni fórmulas, ni simplista. Someterse al Señor a veces conlleva consecuencias de trazar límites claros y decretar consecuencias cuando un marido peca. La sumisión es una actitud del corazón. Una mujer puede tener un espíritu sumiso, incluso cuando dice “no” y negándose a acompañar al pecado.
MITO # 6: Sumisión impide la reciprocidad –crea relaciones desequilibradas, de un solo sentido.
La sumisión y la autoridad funcionan mano con mano con todas las demás instrucciones bíblicas acerca de cómo los cristianos deben interactuar entre sí. Junto con la sumisión a su marido, una esposa cristiana también tiene la responsabilidad de ser transparente, decir la verdad, confrontar el pecado, y desafiar a su marido a niveles cada vez mayores de santidad. Mientras son herederas de la gracia de la vida, tanto el marido como la esposa tienen la responsabilidad de amar, animar y edificarse unos a otros, y de interactuar con paciencia, bondad y humildad. La autoridad y la sumisión bíblica contribuyen a la reciprocidad, y no la disminuyen o le restan. (Se trata de “ambos-y” no “cualquiera-ó.”)
MITO # 7: Sumisión promueve el abuso –que anima a los esposos a ser dominante y patanes egoístas.
Cuando es bien entendida y aprobada, el marco de las relaciones jerárquicas dentro de la comunidad cristiana tiene una función protectora, porque cada autoridad es responsable ante una autoridad superior. Esta estructura de la comunidad anima a los esposos a cumplir con su responsabilidad de amar como Cristo amó, y los mantiene responsables cuando no lo hacen. Fomenta la semejanza a Cristo y previene el abuso. Una mujer cuyo marido es abusivo puede apelar a las autoridades superiores para intervención y protección. Es responsabilidad de las autoridades proteger y buscar el bien de todos aquellos bajo su cuidado.
Desafiando el Estereotipo
La segunda pregunta de Rachel fue “¿Por qué podrían estar algunos (pensando en la audiencia secular) sorprendidos al saber que usted se somete a su marido. En otras palabras, ¿cómo desafía usted el estereotipo?
Mi respuesta:
Mi marido lleva su responsabilidad de amarme como Cristo amó a la Iglesia seriamente. Yo me tomo mi responsabilidad de someterme a él seriamente. Eso significa que soy amada y tengo una voz. Esto significa que el es respetado y apoyado. Yo trabajo con él, y voy en la misma dirección. Algunos podrían sorprenderse de que creo en la sumisión porque mi matrimonio muestra una unidad, intimidad y la mutualidad que es profunda, y envidiable. Estoy floreciendo. Tengo lo que las mujeres más quieren. Y es una gran paradoja cómo es que se ha logrado. El camino de la fe es el camino de la paradoja: pierda la vida para vivirla, de para recibir. También es una gran paradoja que honra el modelo de Dios para la autoridad y la sumisión en el matrimonio fomentando la unidad y la reciprocidad.
¿Qué Es la Sumisión?
La tercera pregunta de Rachel fue “¿Cuánto tiempo ha estado casada, y cómo ha funcionado la sumisión prácticamente en su matrimonio? (In other words, what does it look like when you submit to your husband?) (En otras palabras, cómo se ve cuando usted se somete a su marido?)
Mi respuesta:
He estado casada por 29 años –“simplemente continuamos”, dice mi mamá, quien ha estado casado por 62 años.
“Como se ve” es una pregunta difícil, ya que la sumisión no es algo extraña, no es algo “ajeno”-al carácter de una mujer redimida. La sumisión no es tanto una “acción” como una “actitud”. Por lo tanto, no puede ser dictada por prescripciones de comportamiento. La sumisión se reduce hasta un espíritu de docilidad. Significa ser suave, receptiva, flexible y agradable. Debido a las ideas erróneas en torno a la definición de la sumisión, en realidad prefieren utilizar el término “docilidad”. La docilidad viene del francés amener (dirigir). Una mujer es dócil es “dirigida” en lugar de “ingobernable” Ella es sensible a la contribución y dispuesta a cooperar. La docilidad es parte de la disposición femenina triple de 1 Pedro 3:4-5, que incluye la dulzura, calma y docilidad, que funciona en la vida de una mujer casada, en sumisión a su marido.
Entonces, el “como se ve” sobre una base en curso, es que soy suave, receptiva y agradable con mi marido. Me encanta responder a su liderazgo. Yo respeto a quien Dios creó para ser un hombre –y apoyar sus esfuerzos para proporcionar una supervisión divina para nuestra familia. Yo respeto la posición de responsabilidad que va junto con ser un esposo y padre. “Respeto” es probablemente la mejor palabra para describir lo que la sumisión se ve en mi matrimonio.
Para mí, la sumisión es una de esas cosas que son mucho más fáciles de identificar por su ausencia en lugar de su presencia. Yo sé que estoy luchando con ella cuando soy crítica, impaciente, desafiante, y “sarcástica” con mi marido, cuando me niego a cooperar y estoy que no respondo a la cooperación, cuando me precipito y tomo el control, cuando fallo en “proporcionar espacio” para que mi esposo tenga oportunidad de ser un hombre y provea una supervisión divina para nuestra familia. En otras palabras, no es evidente para mí cuando estoy sometiéndome, pero es dolorosamente obvio para mí cuando no estoy. Siento que estoy falta de respeto / sin tener en cuenta mi marido, tomando el control, y presionando contra él en lugar de apoyarlo.
Entonces, ¿cómo se ve? ¿Hay algo que me perdí? ¿Qué error encuentra más? ¿Cómo responde a las tres preguntas de Rachel? ¿O tiene alguna otra pregunta o comentario acerca de la sumisión?
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