10 Principios Para Guiar su Ofrenda
Por Jesse Johnson
En el Antiguo Testamento, enseñar a la gente acerca de dar financieramente a la obra del Señor era simple: había órdenes expresas que dictaban cuándo dar y que tanto ofrecer, y todos los fondos se destinaron al mantenimiento de la adoración en el templo y el apoyo a los levitas. Pero ese sistema desapareció con el velo del templo, y en su lugar se levanto una iglesia que es apoyada por la generosidad y ofrenda sacrificial de los que asisten.
Lo que significa que es una parte fundamental de la adoración dar financieramente a la iglesia a la que asiste. Esto es evidente en Hechos, donde la adoración corporativa tenían el dar como elemento central, y se confirma a través de las Epístolas también. Por lo tanto, ofrendar es una disciplina básica de la piedad y el Nuevo Testamento enseña los principios fundamentales que deben guiar la forma en que damos. Aquí están diez de ellos:
1) Todo lo que tienes es de Dios (Salmo 24:1). Su punto de vista de sus finanzas se basa en la visión de su propia posición en Cristo: es decir, los cristianos son esclavos (Mateo 18:21-35, Marcos 10:43-45, Lucas 12:43, 19:17, Juan 13:16 ,etc). Nuestras vidas estaban anteriormente en la esclavitud del pecado, pero fueron compradas por Jesús, y luego adquiridas por el Espíritu Santo. Nosotros, junto con todo lo que tenemos, pertenecemos a Dios. Somos sus esclavos, y todo lo que tenemos es suyo. Por lo tanto, cuando usted da a una iglesia o una organización, no está “regresando a Dios.” ¡Todo lo que tiene es suyo!
2) Dios está usando nuestras posesiones para avanzar el evangelio en el mundo (Lucas 16:1-12). Aunque somos esclavos de Jesús, nuestro maestro no está inactivo. En cambio, él está usando sus siervos para hacer dos cosas principales: edificar su iglesia y evangelizar a los perdidos. Debemos ver todos nuestros recursos a través de esa perspectiva.
3) En ese sentido, somos administradores de los recursos de nuestro amo. No somos esclavos anónimos al margen del plan del maestro, sino que todos somos mayordomos a quien mucho se le ha dado (Lucas 12:48; 1 Corintios 4:1-2, 9:17, 1 Pedro 4:10). Tenemos una libertad limitada (limitada por las prohibiciones de la escritura –en otras palabras, no debemos pecar con nuestro dinero), y podemos usar nuestra libertad para invertir los recursos de nuestro amo como creamos conveniente. Pero sabemos que el dinero que gastamos en realidad no es nuestro, y se acerca el día en que seremos llamados a dar cuenta de la forma en que lo gastamos. Recuerde que lo que tenemos es de Dios, y él está trabajando a través de nosotros por la forma en que lo usamos.
4) Por lo tanto, nuestro dar debe ser visto como una inversión (Lucas 16:1-12, Rom 14:10, 2 Cor 5:10). Sabiendo que seremos llamados a dar cuenta de la forma en que gastamos nuestro dinero, debemos dar a los ministerios que muestran un retorno de su inversión. No debemos financiar los ministerios con misiones vagas y nebulosos resultados. Más bien, debemos usar nuestro dinero para hacer amigos en el cielo por el avance del Evangelio en la tierra.
5) Nuestro ofrenda primordial debe ser nuestra iglesia local. En esta época de la historia del mundo, Dios está avanzando su evangelio a través del trabajo de las congregaciones locales. Los cristianos están llamados a formar parte de las congregaciones, para usar sus dones en las congregaciones, y ministrar a otros en su iglesia local ( aquí hay 40 versiculos que explican esto ). Con esto en mente, el ministerio principal de un creyente es en y a través de la iglesia local.
6) Dar a la iglesia financia la obra de la iglesia. Los pastores, especialmente los que predican y enseñan, deben ser pagados por la congregación por su ministerio (1 Tim 5:17-18). Por otra parte, las necesidades de los pobres en la comunidad (la comunidad de la iglesia! —1 Tim 5:3-16) se satisfacen dando a la iglesia. De esta manera, la congregación es socia con la iglesia en la predicación de la palabra y el ministerio a los pobres.
7) Dar a la iglesia es el modelo bíblico para el ministerio de misericordia y para las misiones. Los viajes misioneros de Pablo fueron financiados por individuos a través de su iglesia (1 Cor 9:6-11; Filip 4:16). De hecho, Pablo hace una observación que él nunca tuvo fondos de ninguna persona (2 Corintios 11:9). Lo mismo ocurre con el ministerio de la misericordia. Pablo ordenó a las iglesias a tomar ofrendas en el primer día de la semana (domingo) con el propósito de ministrar a los pobres de otras iglesias (1 Corintios 16:2-3, 2 Corintios 9:5; Como nota al margen, muchos iglesias estadounidenses abdican su responsabilidad de las misiones, que por supuesto impulsa a los cristianos a empezar a financiar todo tipo de misioneros directamente –por tanto, la proliferación de redes de ministerio de misericordia y misioneros que están haciendo todo tipo de cosas, menos estar bajo la autoridad de una iglesia local).
8) Dar es parte de la adoración semanal de la iglesia. Desde la primera semana de su existencia, la iglesia en Hechos se reunió para la adoración con el canto, la oración, el estudio de las Escrituras, guardar las ordenanzas y ofrendar (Hechos 2:45, 4:32, 5:2). Esto nos ayuda a entender cómo Pablo ve los principios de 1 Corintios 9 y 1 Timoteo 5 siendo aplicados. En estos dos pasajes Pablo argumenta en detalle de cómo la iglesia debe apoyar a los pobres que son miembros fieles de la congregación, y cómo la iglesia debe apoyar económicamente a los pastores. Pero, ¿cómo? Él no dicta quien debe tomar las ofrendas o de donde provienen los fondos. Pero el libro de los Hechos describe la entrega semanal de la iglesia, y esto explica su mandamiento en 1 Corintios 16:2-3 que una ofrenda se debe reunir todas las semanas cuando la iglesia se reúne.
9) La ofrenda necesita ser sacrificada y generosa. Si una persona ama el dinero, corre el riesgo de dañar su alma (1 Tim 3:3, 6:10). Una persona no puede servir a Dios y a las riquezas (Mateo 6:24, Lucas 16:13). Si una persona piensa que el dinero puede lograr la felicidad, entonces esa persona no entiende bien el dinero o la felicidad, y sin duda no entiende el evangelio. Por lo tanto, ser egoísta con su dinero demuestra que no se ve a sí mismo como un esclavo o un mayordomo, y está invitando a la ira de Dios sobre si (Mateo 18:22-35). Así, una simple marca de la fe cristiana es la generosidad con su dinero hacia su iglesia. Es por eso que Dios ama al que da con alegría, sacrificio y generosidad (2 Corintios 9:07).
10) Ofrendar a la iglesia debe ser su mejor inversión. Si usted entiende 1-9, entonces espero que usted este en un lugar donde se vea a sí mismo como administrador de los bienes de Dios, y que desea utilizar esos bienes para el progreso del evangelio por medio del evangelismo, las misiones, el cuidado de los pobres, y la predicación de la palabra. Usted entiende que la forma en que usted usa su dinero en esta vida será juzgado por Dios, y desea guardar para sí mismo tesoro en el cielo y no en la tierra. Usted sabe que la mejor manera de hacerlo es a través de la financiación de la predicación del evangelio y las misiones. ¿Y ahora qué?
Bueno, su iglesia debe ser su mejor inversión. No sólo es la iglesia el lugar que Dios le ha llamado para dar como una cuestión de principios, sino más allá de eso, la Iglesia debería estar haciendo todas esas cosas mejor y de manera más eficiente que en cualquier otra. Su iglesia debe estar viendo siempre cada dólar gastado como una inversión de la gente que le ofrendo, y debe utilizar los fondos para el progreso del evangelio en todo el mundo, así como para ocupar el púlpito con una enseñanza fuerte. En este sentido, dar a su iglesia es la forma más simple y más eficiente para ser un administrador de su dinero. No se puede pasar tiempo investigando cada misionero o cada agencia misionera que pide dinero, pero a sus ancianos si puede. Usted no puede ir por el mundo a predicar el evangelio, pero sus ancianos pueden tomar su dinero, y vincularlo con los que lo hacen. Usted no puede pasar toda la semana preparándose para predicar el domingo porque tiene un trabajo secular, pero los ancianos pueden tomar su dinero, y utilizarlo para apoyar a alguien que pueda hacerlo. Y si su iglesia no está utilizando su dinero de manera inteligente (y sabiamente me refiero a que no están invirtiendo su dinero en cosas que traen recompensa eterna), entonces es probable que sea hora de encontrar una iglesia que entienda su vocación. Si no puedes confiar en ellos con sus finanzas, usted sin duda no debe confiarles su alma.
Ofrendar en el Nuevo Testamento, obviamente, se esperaba que fuera tanto sistémico (a través de la iglesia), y sacrificial. Y cuando son ambos, te prepara bien para el tribunal de Cristo, en el que será recompensado por cómo utilizo su dinero en esta vida (2 Cor 5:10; Cf Lucas 19:12-26).
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