Amar o Morir: Apocalipsis 2:4
“El Elogio y la Queja de Cristo”
Por Alexander Strauch
No era fácil ser soporte de la lámpara de Cristo en una ciudad oscura y pagana como Éfeso. El expositor RH Charles comenta que “... Efeso era un caldo de cultivo de todo tipo de culto y superstición.” El templo pagano de Artemisa (la Diana romana) dominaba la ciudad y era considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo. La adoración del emperador (el culto imperial) prosperó en Éfeso y era un deber requerido de todos los ciudadanos. Por otra parte, la ciudad era un centro comercial próspero y una ciudad portuaria inmoral.
Conociendo todo esto, el Señor misericordiosamente reconoce su “obra” y “paciencia.” El alaba esta iglesia porque no tenía tolerancia para aquellos que profesaban la fe cristiana pero justificaban un estilo de vida inmoral: “Y que no puedes soportar a los malos.” Jesús también les alaba por probar “los que se dicen ser apóstoles y no lo son.” Al igual que los creyentes de Berea, los Efesios “examinaban cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” ( Hechos 17:11 ). Cuando apóstoles autoproclamados vinieron a enseñar, la iglesia a probó sus pretensiones de autoridad apostólica y las encontraron ser falsas. Por consiguiente, la iglesia encontró a los maestros ser agentes auto-engañados de Satanás, no representantes de Cristo –y los rechazaron junto con su enseñanza. Usted puede estar seguro de que esto les tomó valor y determinación.
Sabemos, pues, que la iglesia en Efeso era una iglesia doctrinalmente más exigente. Amaban la verdad y odiaban, como lo hizo Jesús, “las obras de los nicolaítas,” una secta cristiana inmoral y hereje (Apocalipsis 2:6). Por favor tome nota: Jesús les encomienda odiar las enseñanzas y las prácticas corruptas de esta secta falsa. Su odio de las obras de las tinieblas fue una demostración de su amor a Cristo y la Palabra de Dios. Las iglesias de hoy tienen que entender que el odio de la maldad y la mentira no es una contradicción del amor, sino una parte esencial del amor cristiano genuino (1 Cor. 13:6). El amor aborrece “el mal” y se aferra “a lo que es bueno” (Rom. 12:9). Los creyentes de Efeso, entonces, eran modelos de vigilancia teológica. Eran defensores de la verdad y amantes del evangelio. Ellos fueron inflexibles en su postura por los principios bíblicos, y por ello nuestro Señor altamente los alaba.
También sabemos que los efesios se habían enfrentado a un gran conflicto. Ellos habían resistido a los agentes de Satanás y pacientemente soportaron muchas otras circunstancias difíciles. Así que el Señor les alaba, diciendo: “y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.” ¡Que muestra de su lealtad y dedicación!
Había mucho que elogiar a la iglesia en Efeso, y debemos apremiar todas sus cualidades ejemplares. La iglesia podría haber escrito un manual de mayor venta sobre el ministerio de una iglesia exitosa. Sin embargo, no todo estaba bien. Algo estaba fundamentalmente equivocado, y Jesucristo, pone su dedo en el problema: la pérdida del amor. A la luz de todas las cualidades encomiables de esta iglesia, podemos pensar de la queja de Cristo como algo trivial, pero ante sus ojos, la iglesia había “caído.” Había abandonado el amor que alguna vez tuvo. Para el “que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1:5), esto no es poca cosa. Así, nuestro Señor dice: “Pero tengo contra ti.”
Una Falta de Amor
La queja de nuestro Señor en contra de la iglesia de Efeso es “Has perdido tu primer amor.” Literalmente traducido, el texto dice: “Has abandonado tu amor, el primero.” Se hace hincapié en el primer adjetivo, por lo que el amor al que abandonaron se refiere a su amor tal como se expresó por primera vez en el comienzo de su vida como iglesia.
Jesús no dice: “Ustedes no tienen amor.” Él dice: “Has perdido el amor que tenía al principio.” Su amor no era lo que solía ser. Aunque todavía tenían alguna medida de amor, porque eran, en su mayor parte, cristianos verdaderos y soportaban dificultades por "su nombre” (Apocalipsis 2:3), ya no poseían la clase de amor que tenían en sus primeros años como iglesia. Todavía amaban al Señor, pero no como lo hicieron al principio. Todavía se amaban, pero no como antes.
Su amor por Cristo y el uno hacia el otro alguna vez le había motivado en todo lo que hacían. Le trajo gozo, creatividad, frescura, espontaneidad y poder a su vida y obra. Pero ahora su fuente de energía se agotó. Su trabajo se había convertido en mundano, mecánico y rutinario, y sus vidas ilustraban la auto-satisfacción. En lugar de su abundante amor, carecían de el. En lugar de estar motivados por el amor de corazón, su obra se había vuelto superficial. Incluso ciertas “obras,” que surgieron de su antiguo amor, desaparecieron. Por esto, Jesús les reprende y exhorta a hacer esas obras de nuevo (Apocalipsis 2:5).
El objeto de su perdida de amor no se menciona. El texto no dice amor por Cristo, o amor por los demás creyentes. Es mejor, entonces, entender a Jesús en el sentido de amor cristiano en general, lo que incluye el amor a Dios, amor por los demás en la iglesia, y el amor por los perdidos. De acuerdo a nuestro Señor, el amor a Dios y al prójimo son inseparables compañeros (Marcos 12:29-31, Lucas 10:27). Es imposible amar a Dios sin amar a su pueblo ni a amar a su pueblo y no amar a Dios (1 Juan 4:7-5:3).
Jesús usa palabras fuertes en su queja contra los Efesios. Jesús atribuye directamente la responsabilidad a ellos cuando él dice, “has abandonado” o “entregado” el amor que alguna vez tuvieron. No se puede culpar a nadie por esta pérdida. Han tenido todas las ventajas proporcionadas por los años de buena enseñanza, el acceso a casi la totalidad de las Escrituras del Nuevo Testamento, y el poder del Espíritu Santo que morando en ellos. No es de extrañar que Cristo expresara su desagrado con la situación en Éfeso. Su pérdida del amor es su culpa. No han podido “mantenerse” a sí mismos en el amor de Dios (Judas 21). Ahora deben enfrentarse a este hecho y responder a las críticas y consejo de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario