Hace 4 años, Un Incendio Destruyó mi Casa
Por Keith Smith
Este es el cuarto aniversario del peor incendio en la historia de Los Angeles. Destruyó 500 viviendas, incluida la mía.
Era 2008, cuando el fuego de Sylmar saltó de las colinas al pie de la montaña a la ciudad. Yo era un estudiante universitario, y aún vivía en casa de mis padres. Yo era uno de los líderes de adoración en el ministerio de la universidad en mi iglesia (Grace Community Church), y yo estaba completamente a gusto en la vida.
Yo estaba con amigos, y recibí una llamada telefónica justo antes de las 11:00 PM de mi hermana. Había un fuego que se acercaba a nuestra casa y nuestra familia fue evacuada. Corrí junto con los bomberos a mi casa, y tenía cerca de 10 minutos para tomar todo lo que pude. Mi familia luego se detuvo y oró en nuestro camino. Esa sería la última vez que nos quedábamos allí –por la mañana todo lo que teníamos se quemó hasta los cimientos. Los bomberos dijeron que el calor del fuego fue tan intenso, que nuestra casa se había derretido en su base de concreto.
Mi familia y yo caminamos a través de este proceso que muchos consideraban trágico. Pero como creyentes en Jesucristo, vemos claramente que Él usó este tiempo para acercarnos más a Él y entre nosotros. Es una locura pensar que el fuego sería utilizado por Dios para traernos gozo, pero eso es exactamente lo que pasó. ¡El Dios de este universo velaba por nuestra pequeña familia!
En primer lugar, nos quedamos fascinados con como el cuerpo de Cristo nos apoyó. El amor y generosidad que la gente de la iglesia nos demostró fue increíble. Ese mismo domingo, la iglesia tomó una ofrenda para reemplazar mis guitarras y equipo de música para que pudiera continuar dirigiendo la adoración. Nuestro grupo de estudio bíblico colectó dinero para comprarnos ropa. Otros nos ofrecieron un lugar para alojarnos y comida. Cada necesidad que tuvimos fue satisfecha. Nunca voy a olvidar el amor y la generosidad de esas personas y saber que serán recompensados en el cielo.
El incendio de Sylmar entrando en Los Ángeles
Nos enteramos de primera mano que las riquezas son temporales. Si usted trabaja por las posesiones materiales, todos ellas pueden desaparecer en un instante. Este mundo se acabará, y no tienes derecho a nada mientras permanece. Lo que mis padres a menudo me habían enseñado, que lo único que importa en esta vida es lo que haces con Jesús, llegó a ser muy claro. El mismo evangelio se convirtió en nuestra alegría a través de nuestra prueba.
¿Qué quiero decir con eso? Sé que no estoy a la altura de la norma de perfección de Dios, y sé que al final me merezco ser castigado por mis pecados en el infierno. Pero Dios es compasivo y lleno de misericordia. Él envió a su Hijo para vivir esa vida perfecta y para ser nuestro sustituto en la cruz. Él venció a la muerte cuando resucitó de la tumba y vive para ser nuestro Rey. Él nos ofrece una vida que no tendrá fin con Él en el cielo. ¡Hay paz inexplicable en ese perdón! Por eso puedo estar gozosos en las pruebas. Por eso tengo la esperanza de la vida eterna en el cielo. Yo experimento gozo por esa prueba porque me hizo valorar más el cielo, y ahí es donde está mi tesoro.
La vida ha vuelto a la “normalidad” desde entonces. Mis padres pudieron comprar una nueva casa un año después. Tuve la oportunidad de encontrar un lugar para vivir después de unos pocos meses. Algunos de los tiempos más dulces leyendo mi biblia se produjeron durante las semanas y meses que siguieron al incendio. La canción “Bendito Sea Tu Nombre” adquirió un nuevo significado. De lo que estoy más agradecido es que Dios quitó todas las distracciones de mí y me mostró Su carácter en una forma muy real. Ahí es donde se encuentra el verdadero gozo. Sé que hay un montón de cosas que hacen feliz a la gente, y esas no son cosas malas porque son regalos de Dios para disfrutar. Pero esas cosas no duran, y se basan a menudo en nuestras circunstancias. El carácter de Dios si. Él es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. ¡El aniversario del incendio es sólo un recordatorio para agradecer hoy y todos los días por lo que Dios ha hecho por mí!
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” Mateo 6:19-21
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