Un Reflejo de Cristo
Por Tim Challies
En algunas áreas de mi vida Dios me ha llamado a dirigir y en otras áreas me ha llamado a seguir. Si estoy dirigiendo o seguir, el llamado es de servicio. Como dijo Jesús: “El que quiera ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos.” Los líderes deben servir en su liderazgo y los seguidores deben servir en su seguimiento.
Dios me ha llamado a dirigir a mi familia y me ha llamado a participar en la dirección de mi iglesia local. Y en toda mi dirección estas palabras de David Powlison me presentaron un desafío: “Usted en particular representa una imagen de Cristo estando al tanto por el bienestar de aquellos a quienes Dios ha puesto dentro de su cuidado."
Las palabras de Powlison de retaron, exigiendo una respuesta a esta pregunta: En mi liderazgo ¿estoy ofreciendo una imagen precisa de Cristo? ¿O los dirijo ven una imagen de Cristo que se ha pervertido y distorsionado? ¿Me pueden estando al tanto de su bienestar como Cristo esta al tanto del bienestar de sus seres amados? ¿O en su lugar ven egoísmo?
¿Mis hijos observan mi forma de dirigir a mi esposa y ven un reflejo del amor de Cristo? ¿O es que tienen motivos para dudar de que sea sincero para con ellos, que los ama con un amor firme e inmutable?
¿Los hombres y las mujeres de Grace Fellowship Church pueden verme dirigiendo y aprendiendo que Cristo obra por ellos en oración y que él desea que ellos conozcan al Padre a través de la Palabra? O es que ven una distorsión, una imagen de Cristo, que es egoísta, perezosa y ambivalente.
Por esto, estas palabras de Powlison me desafiaron como líder. Hay muchas medidas que podría utilizar en un intento de medir la efectividad de mi liderazgo. Yo podría medirlo por la forma en que la gente me recibe, por la forma en que me miran, por el número de personas que me siguen, por la riqueza o la salud o la felicidad. Cada una de estas medidas es muy fácil de manipular, cada una es demasiado subjetiva, demasiada propensa a mi propia agenda.
Pero cuando enmarco el éxito del liderazgo en su relación con Cristo, aquí es donde mi corazón tiene poco espacio para huir o esconderse o manipular. Aquí mi corazón debe ver a Cristo como modelo y yo como el que trato de ser como él. ¿Soy un buen y piadoso líder? Sólo tengo que mirar a Cristo y verme en relación con él, allí es donde voy a encontrar mi respuesta.
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