La Necesidad de los Pastores De Aconsejar
Por Bill Shannon
Vivimos en un mundo lleno de incertidumbre y tragedia. Todos los días oímos hablar de algún evento que devasta las vidas de las personas.¿A dónde pueden acudir a estas personas?¿A dónde puede acudir el marido si su esposa es encontrada en adulterio? ¿a dónde puede recurrir la madre en caso de que su hijo muera? ¿A dónde se puede recurrir en caso de perder un trabajo? ¿Las personas en esas circunstancias trágicas deben verse obligadas a buscar ayuda de consejeros profesionales?
Los pastores tienen que estar preparados para dar esperanza a la gente a través de las pruebas más duras. Deben estar preparados para llevar a los congregantes perjudicados hacia las Escrituras y señalarles a un Dios soberano poderoso que se preocupa por la perdida y dolor. El pastor debe ser capaz de revivir la esperanza común que tenemos de creer en un Dios que se interesa en personas en problemas y devastadas.
Sin embargo, con todos los recursos disponibles para los pastores, a menudo escucho de pastores subarrendar esta tarea. Refieren a los congregantes no a la Palabra, sino afuera con “profesionales.” De esta manera, los pastores relegan el cuidado del alma a los que están fuera de la iglesia, y lejos de la rendición de cuentas y la validación de los ancianos de la iglesia. El resultado es que algunos dentro de la iglesia pierden la confianza ya sea en la suficiencia de las Escrituras, o en el conocimiento del pastor de la Biblia. Después de todo, si el pastor no puede dar consejo de la Biblia, entonces, ciertamente, el problema está con el pastor o con la Biblia.
Las Escrituras nos dicen que todos los creyentes en Cristo están a la vez capacitados y equipados para el ministerio de aliento a otro creyente. Romanos 15:14 dice: “En cuanto a vosotros, hermanos míos, yo mismo estoy también convencido de que vosotros estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento y capaces también de amonestaros los unos a los otros.”
El deber y la responsabilidad de cada pastor es cuidar del alma –trabajar en su rebaño. Es la predicación de la palabra de Dios que produce la necesidad de ayuda mientras las personas se dan cuenta de que necesitan atención pastoral al eliminar el pecado habitual. El pastor debe de estar equipado para hacer este tipo de trabajo. Sí, podría haber ido al seminario, sí él puede conocer su Biblia en el griego y el hebreo, pero ¿sabe cómo hablarle a un “Joe dolido” y ayudarle en su oscuridad?
Aquí es donde se prueban los pastores, según cómo les va en las trincheras de la vida es realmente la medida de su ministerio. Tenemos que estar preparados para llevar la Biblia para soportar las dificultades de la vida, y necesitamos a un abogado con confianza-una confianza que no está en nosotros mismos, sino enraizada en la palabra de Dios. Evitar estas dificultades es fallar en última instancia como pastor y poner en duda la fiabilidad de la Biblia.
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