miércoles, mayo 08, 2013

El Mundo, el Entretenimiento y el Señorío de Cristo

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El Mundo, el Entretenimiento y el Señorío de Cristo

Por John MacArthur

Como nuevas criaturas que viven bajo la autoridad de Cristo, los creyentes han sido rescatados de la corrupción del pecado y lo han dejado de lado por la justicia (cf. Levítico 20:26). Nuestra nueva naturaleza ya no es compatible con el mundo –la obra transformadora de la salvación nos hace extranjeros en una sociedad perdida y moribunda, en desacuerdo con las mismas cosas que antes amaba. El señorío de Cristo nos obliga a denunciar la impureza y la mundanalidad que una vez informaba nuestro carácter y ocupaba nuestros corazones.

Efesios 5:3-4 tiene excelentes palabras en este sentido:

Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos; ni obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias..

Estos dos versículos solos descartan gran parte de lo que pasa por entretenimiento en el mundo de hoy, —inmoralidad sexual e impureza, chistes verdes y tonterías, y cualquier cosa que promueva la avaricia o debilita la acción de gracias. De hecho, esa lista es un buen resumen de lo que es malo en mucho de los medios de comunicación estadounidenses contemporáneos.

Las películas, por ejemplo, suelen ser valoradas de acuerdo con el lenguaje, violencia, contenido sexual y elementos de temática. Muchos de ellos no solamente no son cristianos, son anti-cristianos. No quiero decir que atacan abiertamente a la fe cristiana. Pero, al menos en algunos casos, pueden hacerlo también. Emplean palabras deshonestas y un humor lascivo (Colosenses 3:8, Tito 2:6-8), glorifican la violencia en lugar de la paz (Tito 1:7, 1 Juan 4:7-8), embellecen la lujuria y la inmoralidad en lugar de la santidad (1 Tesalonicenses 4:3-5, 1 Pedro 1:16), inculcan sentimientos de descontento y deseo en lugar de agradecimiento (Efesios 5:20, 1 Timoteo 6:6), y promueven cosmovisiones que son antítesis del cristianismo bíblico ( 2 Corintios 1:5).

¿Eso significa que un cristiano nunca debe ver películas? No necesariamente. Pero hay que ser exigente en las cosas que permitimos en nuestras mentes. Estamos llamados a renovar nuestra mente (Romanos 12:2, Efesios 4:23, Colosenses 3:16). Cuando trabajamos continuamente para llenar nuestras mentes con la suciedad de este mundo, nos hacemos de nosotros mismos un mal servicio espiritual.

(Adaptado de Right Thinking in a World Gone Wrong )


Disponible en línea en: http://www.gty.org/resources/Blog/B130508
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