El Modelo de Evangelismo Personal de Cristo

Juan 4:1-26

Por John MacArthur

Muy de vez en cuando alguien me pregunta, “¿Sabes cómo puedo ser salvo?”O “¿Sabes cómo puedo recibir la vida eterna?” No muy a menudo, pero sucede. Y cuando lo hacen, siempre estoy agradecido de que el Señor me haya dado una clara oportunidad para proclamar la verdad de Su Hijo.

Pero las oportunidades como esas son muy raras. Puede que no sea capaz de recordar la última vez que le haya pasado, es posible que nunca le haya pasado. Por supuesto, nuestra esperanza es que las personas más cercanas a nosotros vean la diferencia que Cristo ha hecho en nuestras vidas y preguntan acerca de eso, pero incluso esas situaciones son poco frecuentes.

En cambio, la gran mayoría de las oportunidades de evangelización tendrán que ser iniciadas por usted. Usted es el único que tendrá que llevara la conversación a la verdad bíblica y asuntos eternos. No podemos esperar que los perdidos espiritualmente sean curiosos acerca de la Palabra de Dios, tenemos que buscar activamente formas de inyectarlo donde y cuando seamos capaces.

Pero, ¿cómo hacemos eso?, ¿cómo podemos llevar con éxito la Palabra de Dios para influir en la vida de las personas que no tienen ningún interés en ella? Hay un sinnúmero de métodos que usted puede estudiar o seminarios que podrían asistirlo para ayudarlo a entrenarse para predicar el evangelio con habilidad.

Pero aún más instructivo que cualquier programa de evangelización por el hombre es el ejemplo de los propios métodos de evangelización de nuestro Salvador. El cuarto capítulo del evangelio de Juan nos da un gran ejemplo de evangelización personal efectiva de la vida de Cristo. De hecho, lo que usted tiene en ese pasaje familiar está tan claro como un modelo de nuestro Señor de evangelizar a un pecador como lo encontrará en cualquier parte de la Biblia. Eso hace que sea una parte muy instructiva de la Escritura, uno del que debemos estar muy familiarizados por las lecciones vividas y prácticas que nos enseña.

Jesús no esperó a que la mujer samaritana en el pozo le preguntara cómo podía ser salva, ni siquiera era consciente de sus necesidades espirituales. Pero El tomó la iniciativa, confrontó su pecado, y le ofreció misericordia y salvación.

En las próximas semanas, vamos a ver detenidamente el modelo del evangelismo personal de Cristo y ponen de relieve algunas lecciones básicas que nos ayudarán a llevar la verdad eterna sobre las vidas de los que nos rodean. Hay mucho que tenemos que aprender de este incidente específico en la vida de Cristo, y sé que será un estímulo en sus propias interacciones con el mundo no salvo a su alrededor.

Vuelve el próximo lunes por el primer paso importante: tomar la iniciativa.

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