lunes, agosto 27, 2012

Una Pérdida Gigante para la Humanidad

clip_image001Una Pérdida Gigante para la Humanidad

Por Clint Archer

Cuando Neil Armstrong murió el sábado a los 82 años, la humanidad perdió a uno de sus héroes más icónicos.

Armstrong representa el arquetipo de explorador. Fue el Colón de nuestra generación, Scott, Hillary, Einstein, nuestro pionero y descubridor. Y eso es lo que solía tomar para infundir temor y respeto en público. La admiración solía requerir un coraje obvio, un altruismo manifiesto, y un observable éxito en la superación de retos formidables.

Armstrong pegó a una población de un planeta entero a sus radios (y unos pocos televisores) al llevar a cabo con éxito una hazaña que era peligrosa, pero necesaria, para nosotros. Su pequeño paso se hizo para la humanidad. Eso es lo que hizo la cita de manera inspiradora. Arriesgó su vida en la misión Apolo 11, se catapultó hacia lo desconocido, y utilizó sus habilidades de vuelo para aterrizar manualmente el Eagle, con sólo treinta segundos de combustible restante, en el Mar de la Tranquilidad. Y lo hizo por nosotros.

Hoy en día, las celebridades tienden a ser gente famosa por ser famosa-y no mucho más. Las hazañas de valor, coraje y descubrimiento visionario ya no son necesarios los rasgos necesarios para nuestra admiración. Caso en cuestión: el nombre más buscado en Google de este año hasta ahora es ... Justin Bieber.

Yup.

Justin.

Bieber.

Pues bien, a cada uno lo suyo. Los modelos de conducta vienen en todos los calibres.

Pero cada vez que contemplamos a nuestros héroes humanos y lo que han hecho, tenemos que recordar lo que Jesús hizo. Nuestra fe no se basa simplemente en lo que Jesús enseñó, pero lo que hizo. Lo que El logró. Para nosotros.

Isaías 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”

Nuestro Salvador vivió una vida perfecta y sin pecado. Él fue a la cruz con determinación, y Él llevó nuestros pecados.

clip_image002 Al leer esta semana acerca de Neil Armstrong y el hecho histórico para el que se le conoce, hemos de disfrutar de que el centro de atención está momentáneamente en alguien que se lo ha ganado. Pero también vamos a mantener una cierta perspectiva. Creo que es lo que Armstrong hubiera querido.

Su celebridad subestimada es bien servida por su humildad característica, un rasgo que pone en vergüenza a los que se asolean en el centro de atención de menores hazañas.

He aquí un dato de la inclinación del hombre por la subestimación. Cuando se le preguntó cómo se sentía estar de pie en la Luna ofreció esta respuesta encantadora:

“Es un lugar interesante para estar. Yo lo recomiendo.”

Esto es un caballero, me hubiera gustado que haberlo conocido. Lo siento por la pérdida de su familia. Pero cada vez que perdemos un héroe de su talla es una pérdida gigante para la humanidad.

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