Toda la Vida Cristiana Cada Domingo
Por Tim Challies
Un servicio de adoración bien planificado es una tremenda bendición para aquellos que participan en él. Un servicio bien planificado no es necesariamente uno en el que el proyector nunca parpadea y los micrófonos nunca hacen ruido, o uno en el que las transiciones son suaves y el sermón no se alarga mucho tiempo. Más bien, un servicio bien planificado es aquel cuyos elementos han sido cuidadosamente planeados para cumplir los propósitos de Dios para las reuniones públicas de su iglesia.
¿Cómo, entonces, planeamos nuestros servicios? ¿Qué elementos debe tener un servicio? Hay muchas maneras de responder a la pregunta, pero como mínimo, el servicio necesita tener cantos, orar, leer las Escrituras y predicación. De manera regular, si no todas las semanas, también debe tener la Cena del Señor. Cada uno de estos elementos es exigido o exhibido en el Nuevo Testamento.
Pero quiero mirarlo desde otro ángulo que creo que puede ser útil en la planificación de nuestros servicios. Es lamentable pero realista asumir que muchas personas vienen a la iglesia el domingo habiendo dado poco pensamiento a su fe la semana anterior. Muchas personas adoran el domingo, luego se viven sus vidas ocupadas y descuidan las disciplinas de la vida cristiana. Ellos quieren orar, pero no se disciplinan para orar; tienen la intención de leer la Biblia, pero permiten que la pereza o la tiranía de lo urgente los mantenga alejados. Entonces un nuevo domingo se acerca y llegan a la iglesia sintiéndose débiles y necesitados y probablemente un poco culpables.
Esas personas son creyentes genuinos, pero inmaduros o aquellos que están pasando por esos duros períodos de estancamiento espiritual. Tal vez están en un momento difícil en la vida o están profundamente en angustia. Y en su apatía o su tormento, se relajan en su búsqueda del Señor, vacilan en su caminar cristiano.
¿Cómo podemos servir mejor a estas personas? Podemos servirles mejor dándoles toda la vida cristiana un domingo por la mañana. Podemos darles toda la vida cristiana en miniatura.
- Podemos dar un llamado a la adoración en el cual expresamos el gozo de adorar al Señor;
- Podemos proporcionar un tiempo de confesión en el cual confesamos privadamente y corporalmente que hemos pecado contra Dios;
- Podemos proporcionar un tiempo de seguridad de perdón en el que recibimos la garantía de Dios de que nos ha perdonado;
- Podemos proporcionar un tiempo de oración en el que buscamos el favor de Dios y rogamos por Su gracia;
- Podemos proporcionar un tiempo de lectura de la Escritura en el cual escuchamos a Dios hablar a través de su Palabra;
- Podemos proveer un tiempo de predicación en el cual se nos enseña de la Biblia;
- Podemos proporcionar una oportunidad para dar dadivas financieras y de esa manera expresar la generosidad y experimentar la alegría de dar;
- Podemos ofrecer tiempos de canto en los que nos regocijamos juntos mientras ofrecemos alabanza a Dios;
- Podemos ofrecer la Cena del Señor para que podamos celebrar solemnemente juntos y ser recordados del sacrificio de Cristo por nosotros;
- Podemos ofrecer una bendición en la que estamos seguros de que Dios nos ama y estará con nosotros;
- Podemos proveer un tiempo de compañerismo en el cual tenemos la oportunidad de ministrar la Palabra unos a otros y ser ministrados por otros.
En este breve servicio, tenemos toda la vida cristiana bien resumida. Y a medida que avanzamos a través de tal servicio, confiamos en que los abatidos son levantados y alentados, que los apáticos son agitados y desafiados, que los cansados son alimentados y revividos. Confiamos en que pueden tomar lo que han experimentado el domingo por la mañana e imitarlo durante la semana mientras viven la vida cristiana, ellos también pueden orar, leer, aprender y cantar y servir. El domingo les damos a los creyentes lo que necesitan no sólo el domingo, sino también los otros días. De esta manera nuestros servicios son el campo de entrenamiento, el lugar donde los creyentes son equipados para vivir la vida cristiana todos los días.
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