Calvinismo, Profecía y Premilenialismo
Por John Macarthur
La posición reformada siempre se ha acercado a la Escritura usando una hermenéutica-literal que toma la Biblia a su valor nominal y aplica las reglas normales del leguaje con el fin de comprender el texto.
Nada menos que Juan Calvino fue un firme defensor del método literal de interpretación bíblica. Según explicó: “hemos de saber que el verdadero significado de las Escrituras es el genuino y simple, abracémoslo y sostengámosle firmemente. hagamos valientemente un lado las corrupciones mortales, aquellas exposiciones ficticias que nos llevan lejos del sentido literal” (Comentario sobre Gálatas 4:22).
El compromiso de Calvino a la hermenéutica literal significaba que el buscaba el significado pretendido del autor original. Él escribió: “Puesto que casi la única tarea [del intérprete] es desplegar la mente del escritor a quien se ha comprometido a exponer, el pierde el punto, o por lo menos se desvía fuera de sus límites, según el grado en que lleva a sus lectores lejos del significado del autor [de las Escrituras]” (“Carta Dedicatoria a Simón Grynaeus,” en el comentario de Calvino sobre Romanos).
Al interpretar el texto, Calvino subrayó la seriedad de la exposición bíblica. Él escribió: “Es presuntuoso y casi blasfemo tomar el significado de las Escrituras sin el debido cuidado, como si se tratara de un juego en el que estemos jugando” (ibid.)
Por otra parte, se opuso enérgicamente una interpretación alegórica del texto.
Este error [de la alegoría] ha sido la fuente de muchos males. No sólo abrió el camino a la adulteración del significado natural de la Escritura, sino también creó confianza en alegorizar como la principal virtud exegética. Así, muchos de los antiguos sin ninguna restricción jugaron todo tipo de juegos con la Palabra sagrada de Dios, como si estuvieran lanzando una pelota de un lado a otro. También dio a los herejes la oportunidad de lanzar a la Iglesia dentro del caos, porque cuando es una práctica aceptada cualquiera interpretará cualquier pasaje de cualquier manera que se desee, cualquier idea loca, ya sea absurda o monstruosa, podría introducirse bajo el pretexto de la alegoría. Incluso los buenos hombres fueron extraviados por su afición confundida con las alegorías al formular un gran número de opiniones perversas. (Comentario en 2 Corintios 3:6)
De esta manera Calvino concluyó que los estudiantes de la Palabra de Dios deben “rechazar totalmente las alegorías de Orígenes, y de otros como él, que Satanás, con la sutileza más profunda, ha procurado introducir en la Iglesia, con el propósito de hacer de la doctrina de la Escritura ambigua y desprovista de toda certeza y firmeza” (Comentario sobre Génesis 2: 8).
Los Premilenialistas afirman incondicionalmente declaraciones como éstas. Una hermenéutica literal es la clave exegética sobre la que descansa el premilenialismo.
Pero significativamente, Calvino resultó ser inconsistente en la aplicación de su propio compromiso con la hermenéutica literal, especialmente cuando vino a la profecía de los últimos tiempos. En pasajes milenarios, el renombrado reformador con demasiada rapidez desechó su propia hermenéutica literal y utilizó un enfoque alegórico en su lugar.
Como él mismo explica:
Cuando los profetas describen el reino de Cristo, comúnmente extraen similitudes de la vida ordinaria de los hombres. . . . . . . Pero esas expresiones son alegóricas y son acomodadas por el profeta por nuestra ignorancia, para que podamos conocer, por medio de las cosas que son percibidas por nuestros sentidos, esas bendiciones que tienen tan grande y elevada excelencia que nuestra mente no puede comprenderlas. (Comentario sobre Isaías 30:25, énfasis añadido)
Por ejemplo, en su comentario a Amos 9, Calvino abandonó por completo un enfoque literal al texto, argumentando en cambio que el pasaje está lleno de "expresiones metafóricas" y "expresiones figurativas". En su opinión, el profeta Amós habló de bendiciones físicas en con el fin de describir a Israel las "bendiciones espirituales" y la "abundancia espiritual" de la iglesia. Como el propio Calvino concluyó:
Si alguien se opone y dice que el profeta no habla aquí alegóricamente; la respuesta está a la mano, incluso esto, -que es una manera de hablar que se haya en todas partes en las Escrituras, que un estado de felicidad está pintado como si estuviese ante nuestros ojos, fijándose ante nosotros las comodidades de la vida actual y las bendiciones terrenales: esto especialmente se puede observar en los profetas, porque ellos acomodan su estilo, como ya hemos dicho, a la capacidad de un pueblo descortés y débil. (Comentario sobre Amos 9: 13-15)
Pero si Calvino hubiese interpretado Amos 9 y otros pasajes apocalípticos de la misma manera que él interpretó el resto de la Biblia, usando la hermenéutica literal que él defendió, habría llegado inevitablemente a conclusiones premilenialistas. Después de todo, una hermenéutica literal, aplicadas de manera consistente, conduce al premilenarismo –un punto que los estudiosos amilenialistas han admitido abiertamente a lo largo de los años.
Por ejemplo, aquí hay algunos autores amilenialistas que reconocen ese mismo punto:
Herman Bavinck: “Con el mismo vigor y fuerza, todos los profetas anuncian no sólo la conversión de Israel y las naciones, sino también el retorno a Palestina, la reconstrucción de Jerusalén, la restauración del templo, el sacerdocio y la adoración sacrificial, etc. en. . . . . . . la Profecía nos muestra, sino una sola imagen del futuro. Y esta imagen tomada ya sea literalmente como se presenta [y como los premilenaristas lo toman]. . . . . ( Reformed Dogmatics , 658) o esta imagen exige una interpretación muy diferente a la intentada por milenarismo [premilenarismo]” ( Reformed Dogmatics, 658)
William Masselink: “Si toda la profecía debe interpretarse de manera literal, los milenaristas [premilenialistas] lo ven correctamente; pero si puede ser demostrado que estas profecías tienen un significado espiritual, entonces el Milenarismo debe ser rechazado.”. ( Why Thousand Years?, 31)
Anthony Hoekema: “Los amilenialistas, por el contrario, creen que aunque muchas profecías del Antiguo Testamento de hecho debe interpretarse literalmente, muchos otras se han de interpretar de una manera no literal.” (“Amillennialism,” in The Meaning of the Millennium: Four Views , 156)
Graeme Goldsworthy: “Se podría argumentar que, aunque los detalles pueden ser difíciles de precisar debido a la preferencia profética de imágenes poéticas y la metáfora, el panorama es muy claro. Sobre esta base, el literal afirma que Dios se revela a través de los profetas que su reino viene con el regreso de los Judios a Palestina, la reconstrucción de Jerusalén, y la restauración del templo. . . . . . . El literalista debe convertirse en un futurista, ya que un cumplimiento literal de todas las profecías del Antiguo Testamento aún no ha tenido lugar.” ( Gospel-Centered Hermeneutics 170-71)
Loraine Boettner, un postmilenialista, hace eco de sentimientos similares: “En general, se esta de acuerdo que si las profecías se toman literalmente, hacen prever una restauración de la nación de Israel en la tierra de Palestina con los Judios teniendo un lugar destacado en ese reino y poder sobre las otras naciones.” (“Postmillennialism,” in The Meaning of the Millennium: Four Views , 95).
Como demuestran estos ejemplos, el premilenialismo es el resultado de la aplicación coherente de la hermenéutica literal. Aunque Calvino defendió fuertemente el enfoque literal, era inconsistente en la aplicación de esa hermenéutica. Generaciones de teólogos reformados han seguido su ejemplo, la adopción de un enfoque alegórico a muchos pasajes proféticos.
Pero, con el debido respeto al distinguido reformador, no hay ninguna buena razón para cambiar nuestra hermenéutica cuando nos encontramos con la profecía bíblica. Debemos interpretar la profecía de la misma manera en que interpretamos la historia, como un registro de eventos que va a pasar tal que se revelan. Como señaló acertadamente JC Ryle:
Todas estos textos [proféticos] son para mi mente profecías llanas de la segunda venida y el reino de Cristo. Sin embargo, aun están sin cumplimiento, y sin embargo todas se cumplirán literalmente y exactamente. Digo "cumplidas literalmente y exactamente," y lo digo con conocimiento de causa. Desde el primer día que empecé a leer la Biblia con mi corazón, nunca he sido capaz de ver estos textos, y cientos como ellos, sobre ninguna otra luz. Siempre me pareció que así como tomamos literalmente los textos que predecían que los muros de Babilonia serán derribados, así nosotros debemos tomar literalmente los textos que predecían que los muros de Sión se construirán –esto como según la profecía de que los Judíos serían literalmente dispersos, así según la profecía los Judíos se reunirán literalmente – y esto así como las predicciones más diminutas se cumplieron sobre el tema de nuestra venida del Señor para sufrir, así las predicciones más minuciosas se efectuarán las cuales describen la venida de nuestro Señor para reinar . ( Wheat or Chaff?, 85)
Como Ryle señala, es inconsistente cambiar arbitrariamente nuestro método de interpretación cuando llegamos a la profecía bíblica. Las propias razones de Calvino para hacerlo se basaron en su suposición de que esas profecías aún no se habían cumplido en la historia, y por lo tanto no podían ser tomadas literalmente (cf. David Puckett, John Calvin's Exegesis of the Old Testament , 113.) Al rechazar la posibilidad de un cumplimiento futuro, Calvino abrazó el mismo error hermenéutico que denunció: el método alegórico.
Pero la hermenéutica alegórica, incluso cuando se utiliza con moderación (como Calvino la utilizó), está llena de peligros, porque abre la puerta a un sinfín de interpretaciones posibles y espiritualizadas.
El texto debe ser tomado en su valor nominal, no de un modo inexpresivo-literalista, sino de acuerdo con el uso normal del lenguaje. Para repetir una excelente línea de Calvino: “Hemos de saber que el verdadero significado de las Escrituras es el auténtico y sencillo.” Si el hubiera aplicado ese principio de cada pasaje bíblico, la historia de la escatología reformada habría sido radicalmente diferente.
Los que siguen en la tradición reformada, que se aferran a un enfoque literal de interpretación de la Biblia, deben ser los principales defensores de premilenarismo. Desde el punto de vista de la hermenéutica, es inconsistente para ellos no serlo.
El post de hoy es una adaptación del capítulo 7 del libro Christ's Prophetic Plans (Moody, 2012) del Dr. MacArthur.
Publicado originalmente en ingles aquí
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