Dios es Misericordioso Al No Decirnos Todo
por Jon Bloom
No hay más misericordia que el damos cuenta de que Dios no elige decirnos todo. Cuando los discípulos estaban con Jesús en el Monte de los Olivos justo antes de su ascensión al Padre, uno de ellos hizo una pregunta que debe haber estado en la mente de todos: "Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?" (Hechos 1:6).
Había sido una larga espera. 2.000 años habían pasado desde que Abraham había prometido una simiente que bendeciría a todas las familias de la tierra. Había pasado 1.500 años desde que Moisés predijo que un gran profeta se levantaría para dirigir al pueblo y 1000 años habían pasado desde que David le había prometido un heredero para su trono eterno.
Ahora, después del glorioso triunfo de la resurrección de Jesús, finalmente comprendí por qué el rey tuvo que sufrir y morir antes de que el reino pudiese venir. Jesús era el Cordero de Dios, cuya muerte podría expiar todos los pecados de todo su pueblo de todos los tiempos.
Todo tenía sentido glorioso.
Así que el escenario parecía destinado. Después de haber vencido a la muerte, este rey era invencible. ¿Qué amenaza era el Sanedrín o Herodes o Pilato o César? Seguramente había llegado el momento para el Rey esperado de asumir su reinado terrenal, ¿no?
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:7-8).
En otras palabras, “Ahora no es el momento. Y usted no necesita saber cuando será. Pero por ahora, les tengo trabajo para que hagan.”
¿Se imaginas cómo los discípulos podrían haberse sentido si el Señor les había explicado que no iba a tomar posesión de su reino terrenal por otros 2.000años más, durante el cual la Iglesia poco a poco y con gran esfuerzo y sacrificio se esparciría por el mundo? ¿2.000 años?
Dios es misericordioso al no decirnos todo. Él nos dice lo suficiente para sostenernos si confiamos en él. Pero a menudo no se siente suficiente. Nosotros realmente pensamos que nos gustaría saber más.
En su libro, El Escondite , Corrie Ten Boom, recuerda un momento en que, cuando era niña, ella regresaba a su casa en el tren con su padre después de acompañarle a comprar piezas para su negocio de fabricar relojes. Ella le preguntó que explicara cómo los niños son concebidos. Su padre se levantó y sacó de la maleta lo que había traído consigo:
“¿Lo puedes bajar del tren, Corrie?” dijo el. Me puse de pie y jale de él. Se estaba repleta de relojes y piezas de repuesto que había comprado esa mañana. "Es demasiado pesada", le dije. "Sí", dijo. "Y sería un padre muy pobre pedirle a su niña llevar esa carga. Dela misma manera es, Corrie, con el conocimiento. Cierto conocimiento es demasiado pesado para los niños. Cuando seas más grande y más fuerte lo podrás soportar. Por ahora debes confiar en que yo lo llevaré. "
Dios es también un sabio Padre, que sabe que el conocimiento es demasiado pesado para nosotros. Él no nos está engañando cuando no nos da la explicación completa. El lleva nuestras cargas (1 Pedro 5:7). Si pensamos que nuestras cargas son pesadas, hay que ver las que El está llevando. Las cargas que nos da para llevar son ligeras (Mateo 11:30).
Dios es muy paciente y misericordioso con nosotros. Algún día, cuando seamos mayores y más fuertes, nos permitirá llevar más carga de conocimiento. Pero hasta entonces vamos a mantenernos felices dejándole llevar nuestras cargas.
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