¿Qué es una Cosmovisión?
Por James Anderson
Aborto. Eutanasia. Pornografía. El matrimonio del mismo sexo. Derechos transgénero. Investigación embrionaria. Mejoramiento genético. Los cristianos que estudian el paisaje cultural en Occidente tienen un claro sentido de que las cosas se dirigen en una dirección destructiva. Mientras que la mayoría de los creyentes pueden identificar fácilmente los síntomas del declive, pocos se sienten competentes para diagnosticar y abordar las causas fundamentales. Hay muchos factores complejos detrás de estos desarrollos, pero una herramienta invaluable para una mejor comprensión y participación con nuestra cultura es el concepto de cosmovisión. Los terremotos y fisuras morales sociológicas que observamos en nuestros días se deben en gran parte a lo que podríamos llamar "placas tectónicas culturales": cambios en las cosmovisiones subyacentes y las colisiones entre ellos.
¿Qué es una cosmovisión? Como sugiere la propia palabra, una cosmovisión es una visión general del mundo. No es una visión física del mundo, sino más bien una visión filosófica, una perspectiva abarcadora de todo lo que existe y nos importa.
La cosmovisión de una persona representa sus creencias y suposiciones más fundamentales sobre el universo en el que habita. Refleja cómo respondería a todas las "grandes preguntas" de la existencia humana: preguntas fundamentales sobre quién y qué somos, de dónde venimos, por qué estamos aquí, adonde (si es el caso) nos dirigimos, el significado y el propósito de la vida, la naturaleza de la otra vida, y lo que cuenta como una buena vida aquí y ahora. Pocas personas piensan en estas cuestiones en cualquier profundidad, y menos todavía tienen respuestas firmes a tales preguntas, pero la cosmovisión de una persona al menos lo inclinará hacia ciertos tipos de respuestas y lejos de los demás.
Las cosmovisiones forman e informan nuestras experiencias con el mundo que nos rodea. Como las gafas con lentes coloreadas, afectan lo que vemos y cómo lo vemos. Dependiendo del "color" de las lentes, algunas cosas se pueden ver más fácilmente, o al revés, pueden ser hacerse falto de importancia o distorsionadas-de hecho, algunas cosas no se pueden ver en absoluto.
Las cosmovisiones también determinan en gran medida las opiniones de la gente sobre asuntos de ética y política. Lo que una persona piensa acerca del aborto, la eutanasia, las relaciones entre personas del mismo sexo, la ética ambiental, la política económica, la educación pública, etc., dependerá más que nada de su cosmovisión subyacente.
Como tales, las cosmovisiones juegan un papel central y definitorio en nuestras vidas. Forman lo que creemos y lo que estamos dispuestos a creer, cómo interpretamos nuestras experiencias, cómo nos comportamos en respuesta a esas experiencias y cómo nos relacionamos con los demás. Nuestros pensamientos y nuestras acciones están condicionados por nuestras cosmovisiones.
Las cosmovisiones operan tanto a nivel individual como a nivel social. Rara vez dos personas tienen exactamente la misma cosmovisión, pero pueden compartir el mismo tipo básico de cosmovisión. Además, dentro de cualquier sociedad, ciertos tipos de comovisión estarán representados más prominentemente que otros, y por lo tanto ejercerán una mayor influencia en la cultura de esa sociedad. La civilización occidental desde alrededor del siglo IV ha sido dominada por una cosmovisión cristiana, aunque ha habido individuos y grupos que la han desafiado. Pero en los últimos dos siglos, por razones que van desde lo tecnológico a lo teológico, la cosmovisión cristiana ha perdido su dominio, y las cosmovisiones competitivas se han vuelto mucho más prominentes. Estas cosmovisiones no cristianas incluyen:
- Posmodernismo: no hay verdades objetivas y estándares morales; la "Realidad" es en última instancia una construcción social humana.
- Panteísmo: Dios es la totalidad de la realidad; así, todos somos divinos por naturaleza.
- Pluralismo: las diferentes religiones del mundo representan perspectivas igualmente válidas sobre la realidad última; hay muchos caminos válidos para la salvación.
- Islam: hay un solo Dios, y no tiene hijo; Dios ha revelado Su voluntad para todas las personas a través de Su profeta final, Mahoma, y Su palabra eterna, el Corán.
- Deísmo terapéutico moralista: Dios sólo quiere que seamos felices y agradables con otras personas; Él interviene en nuestros asuntos sólo cuando lo invocamos para que nos ayude.
Cada una de estas cosmovisiones tiene profundas implicaciones para la manera en que la gente piensa acerca de sí misma, qué conductas consideran correctas o incorrectas y cómo orientan sus vidas. Por lo tanto, es crucial que los cristianos sean capaces de comprometerse con la incredulidad a nivel de cosmovisión. Los cristianos necesitan entender no sólo lo que significa tener una cosmovisión bíblica, sino también por qué deben mantenerse firmes a esa cosmovisión y aplicarla a toda la vida. Deberían ser capaces de identificar las grandes cosmovisiones no cristianas que compiten por el dominio en nuestra sociedad, para entender dónde difieren fundamentalmente de la cosmovisión cristiana y para hacer un argumento bien fundamentado de que la cosmovisión cristiana sola es verdadera, buena y hermosa.
El desafío es mayor que nunca. Pero no debemos desanimarnos, porque las oportunidades y los recursos disponibles para nosotros son también mayores ahora que nunca. En el último medio siglo aproximadamente ha habido un notable renacimiento en la filosofía cristiana y apologética, gran parte de los cuales se ha centrado en desarrollar y defender una cosmovisión bíblica. Todo lo que Dios llama a Su pueblo a hacer, Él les capacita para hacerlo (ver Efesios 4: 11-12, Hebreos 13: 20-21). El problema no es que la iglesia esté mal preparada, sino que todavía tiene que hacer pleno uso de lo que Cristo le ha provisto.
Este post fue publicado originalmente en la revista Tabletalk
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