La Ley de Moisés y los Gentiles
por Alva J. McClain
La relación entre la ley mosaica y los gentiles es importante y ha habido desacuerdos muy fuertes sobre este tema. Algunos mantienen que la ley es solamente para Israel y no tiene nada que ver con los gentiles. Otros afirman que la ley es para todo ser humano y es universal en sus obligaciones. Existe algo de verdad en ambas partes.
1. En cierto sentido, la ley de Moisés hizo provisión para que los gentiles participaran de sus beneficios y de sus limitaciones. Bajo el reino teocrático histórico, esta provisión es un hecho bien confirmado. Así, en cuanto a la pascua, la ley hace provisión para "el extranjero" que morare en Israel; y la misma ley era para el "natural" y para "el extranjero" (Éxodo 12:48-49). También, en el caso de las ofrendas voluntarias a Jehová, como la ofrenda encendida, las leyes referente a animales perfectos e imperfectos se aplicaban tanto a la nación como a los extranjeros en Israel (Lv 22:18-22). Las reglas en cuanto a la sangre de los sacrificios de animales fueron impuestos sobre el extranjero: "Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre vosotros, que ofreciere holocausto o sacrificio . . . comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo" (Lv 17:8, 10). Parece que bajo ciertas circunstancias, el "extranjero" podía participar en el rito de los sacrificios.
Además, Deuteronomio 23:1-7 habla de restricciones en cuanto el recibir "en la congregación de Jehová" a ciertos extranjeros, dando a entender que era posible hacerlo en algunos casos. Parece que el profeta Isaías niveló cualquier distinción que quedaba entre el israelita y "el extranjero que sigue a Jehová" (Is 56:3). Este no tenía el derecho de decir: "Me apartará totalmente Jehová de su pueblo" (Is 56:3). El punto principal en este pasaje es el guardar el día de reposo (Is 56:2).
Con tantas provisiones bien claras, escritas en la ley en cuanto al "extranjero", es difícil entender cómo creció la oposición tan fuerte de judíos contra gentiles en los días de Cristo.
(Note: Basado en Efesios 2:11-19, algunos traductores han observado a la ley como algo que ha levantado una barrera invencible entre el judío y el gentil. La traducción del versículo 14 en algunas versiones es lo que ha conducido a esta conclusión errónea. "Porque él (Cristo) . . .
que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas" (Ef 2:14-15). "La pared intermedia de separación" no está entre nosotros, es decir, entre el judío y el gentil como parece decir el texto. Esta "pared intermedia" es ciertamente "la ley de los mandamientos" mencionada en el versículo 15, la cual fue abolida por la muerte de Cristo. Pero esta "pared intermedia" de "la ley" no meramente separaba un grupo de pecadores (judíos) de otro grupo de pecadores (gentiles). Más bien, fue una barrera que separaba a todo pecador, tanto al judío como al gentil, de un Dios santo. Por eso "la ley de los mandamientos" tuvo que ser abolida para "reconciliar con Dios a ambos [judío y gentil] en un solo cuerpo" (Ef 2:16).
2. Pero completamente aparte de cualquier provisión contenida en la ley para el "extranjero" que moraba en Israel, los grandes principios fundamentales de la ley mosaica, fueron reflejados, hasta cierto grado, en la religión y la moralidad de los gentiles. La ley mosaica tenía tres partes: moral, ceremonial y civil. Hablando de los gentiles, Pablo declara que a veces "los gentiles que no tienen ley [la ley escrita], hacen por naturaleza lo que es de la ley" (Ro 2:14). Actuando así, Pablo dice, los gentiles muestran "la obra de la ley escrita en sus corazones" (Ro 2:15). El apóstol señala que todo lo bueno que ha aparecido en el mundo de los gentiles, es un reflejo aunque fuere algo indistinto de la ley divina original. Es cierto que entre las naciones paganas se encuentra, de vez en cuando, un conocimiento elevado de moralidad - un reflejo del elemento moral que aparece perfectamente en la ley escrita en las Escrituras. También, el deseo de ofrecer algún sacrificio es universal, hallado en todas las naciones, y es un reflejo de la ley ceremonial de las Escrituras. Finalmente, en el código civil de varias naciones, está reflejada la ley escrita por Dios (por ejemplo, el código sobresaliente de Hammurabi). Todo esto muestra la unidad de la ley divina, tanto en el contenido como en su fuente original. Está escrita perfectamente en las Escrituras, y está escrita no tan perfectamente en el corazón del hombre. Hay solamente una ley divina, no hay dos.
3. Por eso, concluimos que aun los gentiles fueron y están "bajo la ley", pero en un sentido diferente que los judíos. Al llegar a este punto, uno debe estudiar cuidadosamente Romanos 2:11-15. Este pasaje muestra que tanto judíos como gentiles son pecadores y están separados de Cristo. Los israelitas tenían la perfecta ley divina escrita en las Escrituras, y por medio de ella serán juzgados (v. 12b). Los gentiles no tuvieron tal ley; sin embargo, perecerán por sus pecados (v. 12a). A la objeción que los gentiles no tuvieron el mismo privilegio, Pablo dice que aunque no tenían la ley escrita, sin embargo tuvieron una ley - la ley escrita en sus corazones, una ley interior que reflejaba imperfectamente la escrita por Dios. Y por medio de esa ley serán juzgados y condenados, porque violaron la ley interna a la que su conciencia daba testimonio (vs. 14- 16). Así que, no hay acepción de personas para con Dios. Juzgados por la luz que tenían (uno en su forma original), todo ser humano tiene que perecer, sea judío o gentil. La única esperanza para el pecador, no está en la ley, sino en la gracia de Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
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