sábado, octubre 22, 2016

El Creyente y la Ley

ESJ-015 2016 1022-001

El Creyente y la Ley

Por Alva J. McClain

1. ¿Está el creyente bajo la ley? Varias contestaciones, evasivas en carácter, se han dado a esta pregunta. La mayoría se basan en una definición errónea o inadecuada de lo que significa la ley.

a. Algunos opinan que el cristiano está bajo la ley moral, pero no bajo la ley ceremonial.

b. Otros dicen que estamos bajo la ley moral, pero no sujeto a sus castigos.

c. Todavía otros proponen que estamos bajo la ley moral como una regla para la vida, pero no para salvarnos. Señalan que estamos bajo la ley para la santificación pero no para la justificación.

d. Otro punto de vista es que estamos bajo el Sermón del Monte, no bajo la ley del Sinaí.

e. Otra curiosa proposición reciente es que el creyente está bajo "la ley de Dios", pero no bajo "la ley de Moisés". Según esta disposición "la ley de Moisés" es el sistema total de la ley dada en el Pentateuco, mientras que "la ley de Dios" es solamente los Diez Mandamientos.16 Tal distinción entre "la ley de Dios" y "la ley de Moisés" no tiene base en las Escrituras. Vea Lucas 2:21-24, 39 donde la misma ley se llama "la ley de Moisés" y "la ley del Señor" y la ley a que se refiere es ceremonial en su naturaleza. También, en Marcos 7:8-13 lo que "Moisés dijo" es identificado como "el mandamiento de Dios". El pasaje citado del Pentateuco incluye uno de los Diez Mandamientos y también la sentencia de muerte del código civil. Por otra parte, no seremos mal guiados por ninguno de los puntos erróneos mencionados arriba, si tenemos una definición firme y completa de la ley divina, es decir, que la ley de Dios en la Biblia es una ley, incluyendo los elementos moral, ceremonial y civil y es inseparable de sus castigos.

2. ¿Qué significa la frase bíblica "bajo la ley" o "sujeto a la ley"? Esta expresión aparece catorce veces en la versión Reina-Valera de 1960. Dos veces la preposición griega es en (Ro 2:12; 3:19), once veces es hupo en la forma acusativa (Ro 6:14-15; 1Co 9:20; Gá. 3:23; 4:4-5, 21; 5:18). En 1 Corintios 9:20 la frase se traduce "sujeto a la ley". En el pasaje que queda (1Co 9:21) la frase "bajo la ley" es una traducción algo confusa, compuesta de una sola palabra en el griego, la cual discutiremos más adelante.

Según Green, la palabra en de los textos citados anteriormente, se refiere a la esfera en que uno mora y actúa.17 Esto describiría muy correctamente al judío en relación a la ley divina. Ya que no sólo estaba bajo la ley, sino también estuvo en la ley como la esfera de su existencia y de sus hechos.

La preposición hupo con el acusativo en los otros textos significa "sujeto al poder de alguna persona o cosa", como se traduce en 1 Corintios 9:20. Como ejemplo, Thayer cita los mismos pasajes que estamos considerando en este estudio.18 Una excelente ilustración se encuentra en Mateo 8:9 cuando el centurión romano dice, "soy hombre bajo (hupo) autoridad, y tengo bajo (hupo) mis órdenes soldados". Así como el centurión estaba bajo la autoridad militar absoluta de Roma, tanto en sus leyes como en sus castigos, de la misma manera, sus mismos soldados estaban bajo la autoridad de él.

En resumen, podemos decir que estar "bajo la ley", en el sentido bíblico, es estar bajo la ley de Dios - el sistema legal de Moisés en su totalidad indivisible - sujeto a todos sus mandamientos y expuesto a sus penalidades.

3. La palabra de Dios señala con claridad que el cristiano no está "bajo la ley". Por lo menos cuatro veces el Nuevo Testamento afirma esta grande verdad, en términos simples y sin distinción. "No estáis bajo la ley" (Ro 6:14). "Porque no estamos bajo la ley" (6:15). "No estáis bajo la ley" (Gá. 5:18). "Yo no esté sujeto a la ley" (1Co 9:20). En dos de los textos citados anteriormente, el escritor relaciona dos realidades grandes de la fe cristiana con la verdad de que "no estamos bajo la ley". En Romanos 6:14, el rescate del cristiano del señorío del pecado se une con su liberación de la ley. Y en Gálatas 5:18 nuestra libertad se considera como evidencia de que somos guiados por el Espíritu. Estos efectos prácticos en la esfera moral y espiritual se discutirán posteriormente.

a. Además, hay que tomar en cuenta que el cristiano no está bajo la ley en ningún sentido para obtener la salvación. En Romanos 3:20 leemos que "por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él". Y en este texto, el Espíritu Santo declara firmemente que todas las obras de todas las leyes están excluidas del acto divino de la justificación del pecador. No hay artículos definidos. El texto griego simplemente dice "obras de ley". Otra vez en Romanos 6:14, las Escrituras afirman que la ley como ley en sí, no hace ni una contribución en lo absoluto a la santificación del creyente, pero al contrario, la libertad de la esclavitud de la ley es un factor indispensable en la obra de Dios en el alma. Cuando Pablo trata el asunto de la seguridad del creyente en Romanos 8, él afirma que la ley no tiene poder para guardarnos con seguridad, pero, "lo que era imposible para la ley" en cuanto a esto, Dios mandó a su Hijo a cumplirlo para nosotros y en nosotros (Ro 8:3-4). Por lo tanto, la ley no puede justificarnos, santificarnos, ni guardarnos.

b. La ley no puede ayudar al hombre a ganar la salvación del pecado. En Colosenses 2:14, ¿quién puede negar la referencia al Sinaí en la frase "el acta de los decretos"? El apóstol declara que esta misma ley no sólo estaba "contra nosotros", sino que también "nos era contraria". Al hacer alusión al decálogo, "grabado con letras en piedras" el mismo escritor lo describe como "ministerio de muerte" (2Co 3:7). En Romanos 4:15 aprendemos que la ley "produce ira", y en Gálatas 3:12 que "la ley no es de fe". Cuando ciertos hombres en la iglesia primitiva insistieron que los creyentes tenían que estar bajo una pequeña parte de la ley, Pedro mismo los reprendió recordándoles que la ley era "un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar" (Hechos 15:10).

c. Según el Nuevo Testamento, el cristiano está "libre de la ley". Este es el tema central de Romanos 7. El no entenderlo o aceptarlo, lleva a la derrota moral y espiritual que se ve tan gráficamente en la última parte del capítulo. Aquellos creyentes no habían aprendido que "habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo" (v. 4), y que estaban "libres de la ley" (v. 6). Los dos verbos están en el aoristo, lo cual señala algo en el pasado que se hizo una vez y para siempre. El mismo libro resume el argumento en una declaración irrefutable, "el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree" (Ro 10:4). El orden de las palabras en el griego pone la palabra "fin" al principio de la frase. Allí es donde está el énfasis - el fin de la ley ha venido para todo creyente en Cristo. Dios dice "fin". No hay error aquí. Esta es la verdad o no hay salvación para el pecador.

d. La conclusión para el cristiano es que la ley ha sido "abolida". Nadie puede leer 2 Corintios 3 sin prejuicios y no entender que el escritor está discutiendo la mera esencia de la ley de Dios con sus "tablas de piedra" (v. 3). Todo esto, en relación al cristiano, ha perecido (v. 11); ha sido "abolido" (v. 13). Lo mismo se ve en Efesios 2:15, "aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos". Nuevamente leemos "anulando el acta de los decretos que había contra nosotros . . . quitándola de en medio y clavándola en la cruz" (Col 2:14). Al hacerlo, nuestro bendito Señor nos libró del poder de las tinieblas y triunfó sobre ellas. Ya que el gran acusador de los creyentes y todas su huestes ocupaban la ley como base de sus obras. Bajo la ley, él pudiera, y con razón, decir que nosotros merecemos el juicio y la condenación. Pero, gracias a Dios, todo esto ha terminado. Cada uno de los castigos de la ley divina ha sido pagado, cada demanda de la ley ha sido satisfecha - no por nosotros, sino por el Cordero de Dios.

(Note: Algunos proponen que los textos citados con anterioridad se aplican solamente a los elementos ceremoniales de la ley y no a la ley moral. Aquí, nuevamente dirijo al lector a mi discusión hecha en cuanto a la unidad de la ley. También, sobre Colosenses 2:14, Peake dice, "La distinción entre la ley moral y la ceremonial no tenía mérito para Pablo. La ley es una unidad y está abolida en su totalidad". Sobre la frase "quitándola de en medio", él comenta, "El cambio del aoristo a perfecto (tiempo) es significante porque expresa que continúa siendo abolida". Para el creyente no hay "punto de regreso" a la ley. En cuanto a "clavándola en la cruz", Peake agrega, "Cuando Cristo fue crucificado, Dios clavó la ley a su cruz. Así, la ley, igual como la carne, fue abrogada, compartiendo su muerte. Por eso, la ligadura ya no existe para nosotros".19)

4. En el tiempo del Antiguo Testamento, ¿en qué sentido estaba el pueblo de Dios "bajo la ley"? Esta es una pregunta que se hace inevitable al llegar a este punto. Y es una cuestión legítima que requiere una respuesta.

a. Notemos que Dios tenía un pueblo, el cual estaba "bajo la ley" desde el Sinaí hasta el Calvario. Esta es la sustancia del argumento de Pablo en Gálatas 3:17-23. El mismo, quien se había asociado en un tiempo con el pueblo de Dios del Antiguo Testamento, refiriéndose a ellos dice, "pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley" (v. 23).

b. Tenemos que considerar que en aquel tiempo el estar "bajo la ley" pudiera tener solamente dos sentidos - "bajo la ley" para obtener la salvación o "bajo la ley" como regla de la vida.

c. Podemos estar seguros que estar "bajo la ley" en aquellos días no llevaba el sentido de una forma para salvarse. Porque no hay cosa más claramente enseñada en la palabra de Dios, que nadie, en cualquier edad, podía ser salvo por guardar la ley. "Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él (Ro 3:20). Todo el capítulo 4 de Romanos está dedicada a este tema ya que ni Abraham ni David fueron salvos por la ley, sino por la fe. Con esta posibilidad excluida, hay solamente esta alternativa: "bajo la ley" para el pueblo israelita quería decir que ellos estaban bajo ella como regla de vida.

d. Ahora llevemos el argumento a su conclusión lógica. El cambio dispensacional de la edad de la ley a la edad de la gracia no significa que antes los pecadores fueran salvos por las obras de la ley y que hoy en día es por gracia. Pues ya hemos visto que nadie en cualquier edad se salva por la ley. Pero, sí, quiere decir que el pueblo de Dios en aquel tiempo estaba "bajo la ley" como regla de vida, mientras hoy no lo están. Es en este punto donde los de la teología legalista actualmente afirman que la ley está en vigor en la vida del cristiano.

¡Qué tontería! Si su afirmación es verdad, entonces ha sido cancelada la distinción entre "bajo la ley" y "no bajo la ley" y el apóstol Pablo perdió su tiempo al escribir los grandes libros de Romanos, Gálatas, y otros que declaran la importancia de esta distinción.

NOTAS

16. Vea Arthur W. Pink, The Law and the Saint (Swengel, Pa.: Reiner Publications,

n.d.)

17. S. G. Green, Handbook to the Grammar of the Greek Testament (New York: Fleming H. Revell, rev. 1912), p. 240.

18. J. H. Thayer, Greek-English Lexicon of the New Testament (New York: Harper & Bros., 1889), p. 642.

19. Peake, op. cit., p. 527-28.

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